La Repoblación en la Península Ibérica
El proceso de repoblación está intrínsecamente ligado al de la conquista. Los terrenos conquistados al poder musulmán debían ser organizados y poblados. La repoblación es, por tanto, un proceso de integración de los territorios conquistados a los musulmanes. En algunos casos, se respetó a la población musulmana, mientras que en otros, esta emigró. Los reyes intentaron atraer campesinos para poner las tierras en cultivo. Este proceso consistió también en reorganizar el territorio conquistado desde un punto de vista político, económico y social.
La repoblación fue posible gracias al aumento demográfico que experimentó la península desde el siglo XI y por las inmigraciones de mozárabes y francos que se desarrollaron en esta época en busca de mejores condiciones de vida.
Modelos de Repoblación
Se distinguen distintos modelos de repoblación:
La Presura o Aprisio: Consiste en la ocupación personal del terreno y afecta a la parte norte del Duero y a lo que se conoce como Cataluña Vieja. No está organizada por la monarquía. La repoblación se realiza de forma espontánea de dos maneras: pequeños campesinos procedentes del norte ocupan de forma individual la tierra, repartiéndosela en pequeñas propiedades que reciben el nombre de presuras. Se van formando comunidades de hombres libres, propietarios de su tierra, que se organizan en aldeas. La ocupación de las tierras podía llevarse a cabo de forma colectiva. La Iglesia y los nobles ocupan grandes extensiones y asientan campesinos, quienes caen en la servidumbre y se vuelven dependientes.
Población Concejil: Se produce un cambio de fuerzas. El califato entra en crisis y aparecen las taifas. Los reinos cristianos avanzan sobre el Valle del Tajo y del Ebro. El objetivo de la corona es asegurar el control de tierras de frontera mediante la concentración de la población en núcleos bien definidos y limitar el poder territorial de las grandes familias nobiliarias. El territorio se divide en concejos con grandes términos regidos por una ciudad o villa cabecera fortificada, en la que se instala el representante del rey y un grupo de caballeros para su defensa. Esta repoblación está planificada por el poder central, en el que el rey concede un fuero a los repobladores, y estos se concentran en concejos. Esta modalidad repobladora da lugar a la aparición de un grupo social: los caballeros villanos, encargados de la defensa y lucha contra los musulmanes.
Repoblación de las Órdenes Militares: Afecta a Extremadura y al Valle del Guadiana, así como a zonas del alto Turia y Júcar. Se trata de zonas muy extensas y poco pobladas en cuya conquista habían participado las órdenes militares. En compensación, recibieron grandes extensiones de terreno que se dividieron en encomiendas. La población que se asienta es reducida y se concentra en torno a los castillos en los que se instalan las órdenes militares. Los cruzados protegen a estos pobladores a cambio de trabajar sus tierras. Es un poblamiento muy concentrado en poblaciones rurales poco numerosas pero de gran tamaño y muy alejadas entre sí. Estas grandes propiedades adquieren pronto una orientación ganadera y, a partir del siglo XIII, se convierten en espacios para el pasto de grandes rebaños trashumantes de ovejas merinas productoras de lana.
Repoblación por Repartimientos: Se aplicó en el Valle del Guadalquivir, Murcia, Reino de Valencia y Baleares. En las ciudades que se resisten a la conquista, se expulsa a la población islámica; en las que no, se trasladan a las zonas rurales, adjudicando la mayor parte de sus viviendas y tierras a los conquistadores mediante el repartimiento. Tras la conquista de cada ciudad, se hacen inventarios de los bienes y se reparten en lotes. El rey distribuye estos lotes entre la población cristiana de acuerdo con su nivel social y el grado de participación en la conquista. Son de varios tipos: los donadíos, que son los grandes lotes para la aristocracia más poderosa y grandes obispados; los heredamientos, que son de menor tamaño y se entregan a la nobleza de segundo orden; y las parcelas, que son lotes pequeños para campesinos participantes en la lucha.
Consecuencias de la Repoblación
Las consecuencias de esta repoblación fueron la creación de grandes latifundios en poder de la Iglesia, la nobleza y las órdenes militares.
La Romanización en Hispania
La romanización es el proceso mediante el cual la población indígena adopta los modos de vida romanos en todos los campos. Se inicia con la conquista, pero no es un proceso homogéneo ni en el tiempo (se intensificó a partir del siglo I a.C.) ni en el espacio (algunas áreas fueron muy romanizadas, como el litoral Mediterráneo y Baleares, otras en cambio no, como el caso del norte). Lo importante es que España pasa a ser una provincia romana.
Medios Utilizados para la Romanización
La Conquista: 218-219 a.C. La presencia romana en la península se debe a las guerras púnicas. El dominio de Hispania pasó a ser definitivo y sistemático. Hispania se convierte en una provincia romana. Este periodo es el primer intento de organizar la península como un conjunto coherente bajo el poder político de Roma y bajo unos principios comunes. Roma quería cortar las bases púnicas en España y, además, tenía la posibilidad de controlar los recursos al expulsar a los cartagineses. En la guerra se diferencian varias fases:
- Ocupación del litoral Mediterráneo, también del Valle del Guadalquivir y del Ebro. Su objetivo era privar a Aníbal de sus bases en Hispania. Toma Cartagonova y Gades (que era colonia fenicia). También se produjeron enfrentamientos con los pueblos ibéricos.
- Sometimiento de la meseta. Roma se enfrenta a los lusitanos y a los arévacos.
- Franja cantábrica. Ya en época de Augusto. Se somete a los galaicos, cántabros y astures. Con ello comienza la pax romana. Hispania asimila los modos de vida romanos en todas las facetas.
Administración Provincial: Para garantizar mejor el dominio y cobrar los impuestos, Hispania se divide en provincias. Las provincias se dividen a su vez en conventos jurídicos a efectos de administración de justicia y cobro de impuestos. En la República romana, Hispania se dividió en dos provincias: Ulterior (que era el Valle del Guadalquivir, con capital en Corduba) y Citerior (franja mediterránea, Valle del Ebro, con capital en Tarraco). Al frente de cada una, Roma sitúa un pretor. En época de Augusto, la península se divide en tres provincias: Bética (Córdoba), Lusitania (Mérida Augusta) y Tarraconensis (Tarraco). La Bética era controlada por el Senado. La Tarraconensis y Lusitania estaban gobernadas por el emperador y sus tributos iban a él. Como consecuencia de la crisis que afectó al imperio, las estructuras territoriales se modificaron y se añadieron nuevas provincias: Gallaecia, Cartaginense y Baleárica.
Las Ciudades y Comunicaciones: La ciudad era la unidad administrativa básica y el instrumento de romanización. Es el centro de poder político y el escenario de la vida social y del ejercicio de la ciudadanía. Los romanos tomaron las existentes y crearon otras muchas. Se organizan siguiendo el modelo de Roma, son de planta ortogonal, ubican allí los edificios públicos y tenían buenas infraestructuras. No todas tenían el mismo rango jurídico: las había colonias (fundadas de nuevo para gente de Roma y soldados veteranos), federadas (éstas eran libres porque habían colaborado en la conquista y tenían un trato de privilegio) y estipendiarias (que pagaban tributos). Se les concedió a todas el derecho romano. Las ciudades se comunican a través de una red viaria. Las grandes vías eran la Vía de la Plata (de norte a sur), la Vía Atlántica y la Vía del Norte.
Las Estructuras Económicas y Sociales: España se convierte en una colonia de Roma basada en un intercambio desigual: explotaron sobre todo la minería (oro, plata, plomo, mercurio), una agricultura importante con la explotación de cereales, vid y olivo, explotaron el pescado destacando la salazón de pescado, destacaron los latifundios trabajados con esclavos y las villas más tardías dedicada a la comercialización. En cuanto a las estructuras sociales organizan en múltiples grupos pero con distinta condición jurídica: los colonos romanos e itálicos una minoría con plenos derechos, las élites indígenas limitan a los romanos terminan convirtiéndose en ciudadanos romanos de pleno derecho, los indígenas libres que son la base de la sociedad y los esclavos que no tienen derechos políticos ni jurídicos.
La Cultura: Tres grandes aportaciones de Roma:
- El latín, que será la lengua utilizada en Hispania y desaparecen las lenguas para romanas.
- El derecho romano simbolizan las relaciones entre los habitantes del imperio y el estado.
- La religión. Los romanos practicaron la tolerancia. La actitud de tolerancia se acabó al llegar el cristianismo fue perseguido por que rechazaba el culto al emperador. Más tarde el cristianismo fue entrando el imperio romano hasta que Constantino legalizó y Teodosio lo convirtió en religión oficial del imperio. esto dándole privilegios y prohibiendo la práctica de otros cultos dentro de él surgen sectas con doctrinas contrarias a las de la Iglesia oficial romano.