Fundamentos de la Restauración
Proclamación de Alfonso como rey: La sociedad, cansada de la inestabilidad, aceptó la idea de Cánovas de proclamar rey a Alfonso XII y restaurar la monarquía borbónica. Los alfonsinos, apoyados por la burguesía, ganaron posiciones. Cánovas preparó el regreso de Alfonso y redactó un manifiesto, pero Martínez Campos proclamó al rey tras un pronunciamiento. La monarquía se restauró, siendo aceptada y el nuevo rey no defraudó.
Principios doctrinales de la Restauración: El sistema político fue ideado por Cánovas, con la ayuda de Sagasta. Cánovas, conocedor de la historia de España, estableció los siguientes principios:
- Superación de la inestabilidad.
- Síntesis entre la constitución interna del país y los ideales progresistas del Sexenio.
- La política como «el arte de lo posible», adaptada a las circunstancias.
- Civilismo frente a militarismo, el poder civil es superior al militar.
- Búsqueda de acuerdos y cesiones entre las fuerzas políticas.
Constitución de 1876
Una comisión presidida por Alonso Martínez la preparó, promulgándose el 30 de junio de 1876. Resultado de un equilibrio entre la constitución moderada y la revolucionaria, restauraba la concepción del liberalismo doctrinario, con la soberanía en las Cortes con el rey. Recogía derechos individuales del liberalismo progresista (seguridad personal, inviolabilidad del domicilio, etc.). Las Cortes constaban de dos cámaras, Senado y Congreso, con iguales facultades. Los senadores eran por derecho propio, nombrados por la corona o elegidos. Las Cortes aprobaban leyes, intervenían en la corona y las regencias. Se evolucionó del sufragio censitario al universal. Se estableció una monarquía parlamentaria, siendo la constitución más longeva, aunque existía una diferencia entre la constitución formal y la real, dada la alta tasa de analfabetismo.
Funcionamiento del Sistema Político
Partidos Políticos
Cánovas concibió la vida política sobre un bipartidismo. Los partidos dinásticos eran: el Partido Liberal Conservador de Cánovas (apoyado por las clases altas) y el Partido Liberal de Sagasta (sostenido por la burguesía industrial y las clases urbanas). Cánovas y Sagasta se entendieron, aglutinando a moderados y unionistas el primero, y a la izquierda progresista el segundo. Existían otras formaciones y partidos ilegales, como los carlistas.
Alternancia Pacífica
El poder debía regirse por el resultado electoral, pero la mecánica fue la alternancia pactada entre conservadores y liberales, generando fraude electoral mediante el «encasillado» (decidir los diputados elegidos) y el «pucherazo» (manipulación de votos).
Oligarquía y Caciquismo
La alternancia estaba predeterminada por acuerdos entre sectores políticos y sociales. La oligarquía, formada por dirigentes de ambos partidos, terratenientes y burguesía adinerada, utilizaba al cacique, persona con gran poder local que dominaba políticamente a los habitantes, evidenciando el desfase entre la España oficial y la real.
El Caciquismo, Germen de la Crisis
La alternancia dio estabilidad, superando la muerte de Alfonso XII con la regencia de María Cristina. Sin embargo, el fraude electoral era inmoral y generaba crisis. El «encasillado» imponía a los «cuneros», que no se preocupaban por sus representados.
Oligarquía y Caciquismo en Andalucía
Hubo mayor arraigo, con tres tipos de políticos: «cunero» (urbano, persona relevante), «notable» (vinculado al distrito) y «cacique» (político profesional).
Política Durante Alfonso XII y la Regencia
La pacificación fue el objetivo principal. Se acordó con el ejército y la iglesia. El poder civil se impuso al militarismo. La iglesia recuperó prestigio con la confesionalidad, permitiendo Cánovas la libertad de cultos. Las empresas clave fueron la finalización de la Tercera Guerra Carlista y la pacificación de Cuba. Martínez Campos logró la paz con el Convenio de Zanjón. Se promulgaron la ley municipal y provincial, y se actualizaron los códigos de comercio y civil. Se creó la Comisión de Reformas Sociales.