Restauración Borbónica en España: El Sistema Canovista (1874-1898)

El Sistema Canovista: La Restauración Borbónica en España

A. El regreso de los Borbones

El Sexenio democrático fracasó y el golpe de Pavía en 1874 acabó con el espíritu de la Revolución de 1868. La República de Serrano se convirtió en un gobierno autocrático controlado por los militares y demócratas radicales que tuvieron muchos problemas para poner orden y sofocar la rebelión cantonalista.

Por ese motivo, los apoyos a la restauración borbónica irán creciendo rápidamente entre la burguesía comercial, industrial y ultramarina, entre los terratenientes castellanos y los jóvenes oficiales del ejército.

Cánovas del Castillo, líder del partido Alfonsino, cada vez veía más despejado el futuro de su candidato a Rey: el hijo de Isabel II, Alfonso XII, que tenía 17 años.

El 1 de diciembre de 1874 Alfonso XII firmaba el Manifiesto de Sandhurst, donde ofrecía la restauración borbónica como solución a los problemas de España, con una monarquía dialogante, constitucional y respetuosa con los principios democráticos. Cánovas abogaba por una restauración pacífica, pero los generales Martínez Campos se adelantó y proclamó en Sagunto el 29 de diciembre a Alfonso XII, rey de España, produciéndose así, un golpe de Estado.

Cánovas, que no estaba de acuerdo con el golpe militar, ya que no deseaba tanto protagonismo para el ejército, no tuvo más remedio que aceptar los hechos consumados. Alfonso XII llegó a Madrid el 9 de enero de 1875 y fue proclamado Rey.

1. Primeras medidas

Cánovas del Castillo será el artífice del régimen de la Restauración. Desde joven militó en el partido conservador y desde su fundación en la Unión Liberal de O’Donnell. Adquiere gran protagonismo en el Bienio Progresista, ya que él había redactado el Manifiesto de Manzanares de 1854. Lideró el partido Alfonsino durante el Sexenio y logró la restauración borbónica en España, creando una monarquía parlamentaria inspirada en el estado británico, basado en el turno de partidos en el gobierno entre el Partido Conservador que dirige él y el Partido Liberal de Sagasta, aprovechando la estructura caciquil que permitía adulterar las elecciones. Fue 7 veces presidente del gobierno hasta su asesinato en agosto de 1897 en Mondragón por un anarquista italiano, Angiolillo, para vengar la muerte de los anarquistas detenidos en Barcelona por un atentado contra la procesión del Corpus.

Cánovas está convencido de la importancia de las raíces históricas de la Monarquía y de las Cortes, por lo que considera estas dos instituciones como fundamentales. Intentará fortalecerlas y darles protagonismo utilizando un régimen político ideológicamente ecléctico (conciliador, que trata de reunir distintas tendencias) y así convencer a moderados, unionistas, progresistas y demócratas. Consideraba necesario crear un régimen duradero y que acabase con los pronunciamientos militares. El Ejército debía quedarse en sus cuarteles, pero para ello era necesario garantizar el acceso pacífico al poder y la alternancia de partidos, y el Ejército debía someterse a la jefatura del Rey. Cánovas inició su labor inmediata de adaptar el régimen a la realidad del momento:

  • Suprimir las decisiones más radicales de los años precedentes.
  • Elaborar una nueva Constitución.
  • Solucionar el problema carlista y cubano.
  • Restableció el concordato con la Iglesia.
  • El Rey asume la jefatura del Ejército, y así este queda sometido a la autoridad real.

Logra buenos resultados:

  1. Acabar con la resistencia del carlismo catalán y con el vasco y navarro, obteniendo la rendición en marzo de 1876. De este modo, se suprimieron los fueros vascos y navarros, y a pesar de su derrota, se mantuvo como ideología.
  2. Terminar con la guerra de Cuba, puesto que al terminar con la guerra carlista pudo enviar allí más tropas al mando de Martínez Campos y gracias a la diplomacia de EE. UU. firmaron la Paz de Zanjón en 1878.

2. Cortes Constituyentes y Constitución de 1876

Se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes por Sufragio Universal, aunque Romero Robledo, futuro ministro de la gobernación, se encargó de “amañarlas” convenientemente para garantizar una amplia mayoría canovista:

En la Constitución de 1876 intentará preservar los siguientes principios políticos:

  • Existencia de una Constitución Interna que está por encima de los partidos y de unas instituciones tradicionales y superiores: Monarquía y Cortes.
  • La Constitución de 1876 será un texto flexible para contentar a todos los liberales, con pocos artículos y con cierto parecido a la de 1845.
  • Contemplaba la Soberanía compartida entre las Cortes y el Rey.
  • Una división de poderes falseada, ya que el Rey nombraba al Jefe de Gobierno y podía disolver las Cortes.
  • El Ejecutivo controla toda la Administración.
  • Declaración de derechos restringidos.
  • Las Cortes eran bicamerales, con un Congreso electivo y un Senado con senadores vitalicios.
  • España es un estado confesional, pero se permite la práctica de otras religiones siempre y cuando no resulten ofensivas contra la moral católica.

B. El sistema canovista

El régimen de la Restauración se caracteriza por una ideología conservadora en lo político, económico y social. Las clases altas impusieron la seguridad y el orden, las clases medias lo acataron, hartas de las crisis políticas y de la inseguridad del Sexenio, las clases bajas debieron plegarse a la represión.

Las características más importantes de este sistema fueron:

  • Bipartidismo y turnismo: El sistema canovista se inspira en la democracia parlamentaria inglesa, con dos grandes partidos que se turnaban en el poder: El partido conservador de Cánovas y el Liberal de Sagasta. La Constitución garantizaba la soberanía compartida entre el rey y las Cortes, y de este modo el poder político se centralizaba en Madrid.
    • El Partido Liberal Conservador de Cánovas estaba formado por: alta burguesía industrial y comercial, burguesía terrateniente, altos funcionarios militares y civiles, nobleza.
    • El partido liberal fusionista de Sagasta por: progresistas y demócratas del Sexenio.

    Ambos partidos coincidían en el apoyo al rey, Alfonso XII y en el Sufragio Censitario que afectaba tan solo a un 5% de la población.

  • Centralismo y control ideológico: la centralización política y administrativa era fundamental para establecer el “orden” conservador” y para garantizar el funcionamiento de la maquinaria caciquil. La legislación garantizaba hipotéticamente el principio liberal de igualdad jurídica de todos los ciudadanos, pero no se cumplía.
  • Caciquismo y adulteración electoral: El sistema funcionará con dos grandes partidos parlamentarios: El Conservador y el Liberal. Eran partidos de minorías o «de notables», con pocos militantes, que se diferenciaban más por los intereses particulares de sus dirigentes o de los territorios donde tenían más apoyo, que por diferencias ideológicas. A estos partidos se les denominaba dinásticos por vincularse a la monarquía, y dependían del caciquismo y la adulteración electoral para turnarse en el poder. El Partido Conservador liderado por Cánovas del Castillo integra al antiguo Partido Moderado, la Unión Liberal, los constitucionalistas. Defendía los intereses de los aristócratas, los terratenientes, los grandes industriales, estaba muy vinculado a la Iglesia y a la alta oficialidad del ejército. El Partido Liberal Fusionista liderado por Sagasta se nutre de los dirigentes provenientes del Partido Constitucional de la monarquía de Amadeo de Saboya (unionistas de Serrano y progresistas de Sagasta). Tendrá el apoyo de profesionales liberales, comerciantes, banqueros, militares y funcionarios. El caciquismo se convierte en un sistema de relaciones casi personales, donde la coacción, el tráfico de favores e influencias, ejercido piramidalmente desde Madrid a través de los caciques territoriales, permitía controlar las elecciones. El sistema excluía a las clases populares y garantizaba el control del poder político en los partidos Conservador (Cánovas) y Liberal (Sagasta). (Ojo, aunque el partido de Cánovas se llama conservador, también es Liberal)

    Los cambios de partido en el gobierno se producían de mutuo acuerdo.

    Existían varias formas de manipulación del voto:

    1. El Pucherazo que incluía falsear los resultados electorales.
    2. La compra de votos.
    3. Manipulación de actas electorales.
    4. Destrucción de urnas, introducción de votos falsos.
    5. La coacción violenta de los votantes.

    También el cacique ofrecía favores a cambio del voto. Esta red de caciques que existía en toda España se identificaba con uno u otro de los dos grandes partidos políticos. El cacique solía identificarse con el rico del pueblo o el señorito.

C. Evolución de la política del sistema Canovista

Etapas:

1. 1875 a 1885

El Partido Conservador, que redactó la Constitución de 1875, gobernó hasta 1881 ante la división de la oposición y hasta que el Partido Liberal se consolidó como alternativa. La defensa de la Monarquía, de la propiedad, del orden social burgués, será el fundamento de su política gubernativa.

Se realizaron las reformas administrativas y políticas que sentaron las bases de la Restauración. En la línea de avanzar en la uniformización y control administrativo desde Madrid, se abolieron los fueros vascos y navarros. Se aprobaron:

  • La censura previa a la prensa, en febrero de 1876.
  • La ley de Imprenta de enero de 1879 que garantizaba el control ideológico, al perseguir cualquier crítica a la Monarquía.
  • Las libertades de reunión o asociación eran interpretadas según criterios de los partidos en el poder, a pesar de la Ley de reunión de 1880 y la de asociación ya de 1887, por ello sólo los llamados partidos dinásticos (Liberal Conservador y liberal Fusionista) podían expresarse públicamente, condenando a la clandestinidad a Sindicatos y partidos no constitucionalistas.

El Partido Liberal de Sagasta ejerció una oposición moderada, fruto de de su debilidad que les llevó a escindirse en dos grupos, hasta que en 1878 volvieron a unificarse para apoyar definitivamente la Monarquía y aceptar la Constitución, favoreciendo la incorporación de los grupos liderados por Martínez Campos, hasta que en mayo de 1880 se unificaron en el Partido Fusionista, futuro Partido Liberal. En febrero de 1881 asumen el gobierno, adoptando una política favorable a la libertad de prensa. Permitiendo a profesores perseguidos que recuperasen sus cátedras, tolerando las actividades obreristas y republicanas.

No recuperó el sufragio universal, ni abolió las quintas o los consumos, por lo que no consiguió el apoyo de los sectores más populistas ni la izquierda tradicional, lo unido a la crisis económica de 1882-1884, provocó disturbios y huelgas esto unido a la crisis económica hizo que el gobierno de Sagasta perdiera fuerza y tuviera que ceder el poder a los conservadores de Cánovas.

En noviembre de 1885 murió Alfonso XII, dejando a su segunda esposa, María Cristina, con dos hijas menores de edad y embarazada del futuro Alfonso XIII. Cánovas y Sagasta se comprometen a mantener los principios de la Restauración, a turnarse en el gobierno. A este acuerdo se le conoce con el Pacto del Pardo.

2. Regencia de María Cristina de Habsburgo, 1885-1902

María Cristina ejerció la regencia respetando las decisiones políticas de los dos partidos hegemónicos.

  • Entre 1885-90 gobernó el Partido Liberal de Sagasta que formó gobierno en 1885 y organizó las elecciones para ganarlas holgadamente, gracias a la consabida manipulación ejercida desde el Ministerio de la Gobernación. A las Leyes de Libertad de Imprenta y de Reunión de 1883 y 1880, Sagasta incorporó otras reformas como la libertad de cátedra, y una prensa de las más libres de Europa, aunque poco influyente a nivel popular por el elevado índice de analfabetismo. El caciquismo siguió controlando la administración local y las elecciones, y se aprobó definitivamente el Código Civil de 1889, el juicio por jurados de 1888, la ley de Libertad Sindical de 1887, y el sufragio universal masculino a partir de los 25 años.
  • En 1890 Cánovas recupera la presidencia del gobierno durante dos años, destacando la Ley del arancel proteccionista de 1891, que sellaba la alianza entre la élite política y económica de los terratenientes castellanos y la alta burguesía catalana y vasca. Pero también surgen, cada vez con mayor ímpetu, el nacionalismo catalán, vasco y valenciano, un movimiento obrero anarquista y socialista que gana presencia en el campo y las zonas industriales, y resurge el republicanismo.
  • En diciembre de 1892 Sagasta formó gobierno y volvió a ganar. Se intentó reformar la administración de Cuba con el Ministro de Ultramar, Antonio Maura, pero no superó la oposición y Maura dimitió en 1894. Así se perdió una gran oportunidad para frenar la insurrección independentista que estallaría en febrero de 1895.
  • Cánovas formó gobierno para hacer frente a la guerra de Cuba intentando la negociación, primero, y recurriendo a la guerra después

3. Crisis del 98 y sus consecuencias

Desde 1826 el imperio colonial español se reducía a Cuba, Puerto Rico y Filipinas, ya que el resto se habían independizado.

La negativa a concederles a los cubanos ninguna forma de autogobierno y el cuestionamiento de la esclavitud como mano de obra, acabará distanciándolos definitivamente de Madrid. Filipinas era más pobre y España mantenía una fuerte presencia militar y un gran interés misionero.

Causas más importantes del movimiento independentista:

  • Intransigencia de España respecto a las reivindicaciones de autogobierno e igualdad
  • Crecimiento de un sentimiento patriótico entre la población autóctona (de las colonias) a lo que se unen los intereses de EE. UU.
  • Entre 1868 y 1878 ya se había producido una guerra larga con Cuba que terminó con “la Paz de Zanjón.”
  • En 1879 aparece el Partido Liberal Cubano con importantes apoyos entre la burguesía criolla partidaria de la independencia.
  • En 1892 el Partido Revolucionario Cubano de José Martí y sus ideas independentistas lograrán importantes apoyos populares, reclamando inicialmente un Proyecto de Autonomía que el ministro Antonio Maura intentará sacar adelante en las Cortes, pero fue rechazado.

Inicio de la Revolución Cubana

El llamado “Grito de Bayre” inicia la Revolución contra España, dirigida por José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez, mientras Cánovas intenta negociar con los rebeldes, para optar más tarde por la solución militar. Se consiguen una serie de avances notables con Weyler, que impone tácticas muy eficaces pero muy dramáticas para la población, por lo que al final se le sustituye en 1897.

En 1898 se produce el hundimiento del acorazado norteamericano Maine, anclado en la Bahía de La Habana, provocando la declaración de guerra de EE. UU. y su intervención en Cuba y Filipinas, a pesar de las evidencias de que todo se debió a un accidente. La campaña política y periodística a favor guerra en EE. UU. y también en España, donde muchos políticos y periodistas consideraban a EE. UU. una potencia de segunda categoría, provocó una guerra abierta, a pesar de la oposición popular que, con el apoyo del PSOE, se rebelaron contra el modo de reclutamiento bajo el lema de «¡O todos, o ninguno!». Los partidos de izquierda (republicanos) y los partidos obreristas consideraban que esta guerra respondía a los intereses de la alta burguesía y de los ricos en general, pero los que iban a morir a Cuba eran los pobres reclutados por el sistema de quintas.

La derrota final se produce el 3 de julio 1898 cuando la Armada del Almirante Cervera es hundida en Santiago de Cuba, lo que provoca el armisticio de julio de 1898 y la firma de la Paz de París en diciembre del 98, por lo que Cuba accede a su independencia.

El proceso de independencia en Puerto Rico es muy similar al cubano y se independiza, también, a raíz de la Paz de París.

En Filipinas hacía varias décadas que se venía larvando la insurrección contra la oligarquía hispana, las tropas allí acantonadas y los misioneros católicos. El impulso definitivo a favor de la independencia se lo dará la creación de la Liga Filipina de José Rizal que será capturado y ejecutado en 1896. Aguinaldo asume el liderazgo de los insurrectos, pero la ayuda estadounidense provoca las derrotas militares de Cavite y Manila. El ya referido Tratado de París de 1898 pone fin a la guerra y cede Filipinas a EE. UU.

Las consecuencias del desastre del 98

  • A nivel territorial: pérdida e independencia de Cuba, cesión de Puerto Rico, Filipinas y Guam a EE. UU. En 1899 se produce la venta de las islas Carolinas, Mariana y Palaos a Alemania.
  • A nivel económico: repatriación de capitales a España, pérdida de ingresos por impuestos, aunque compensados por el fin de los gastos de la guerra.
  • A nivel político: la derrota española provocó una crisis política, el cuestionamiento del nacionalismo patriótico español.
  • A nivel social: el pesimismo sobre la situación de España, y la aparición de un movimiento cultural y político regeneracionista que cuestionaba el sistema político.

De esta forma al final, el sistema Canovista entra en crisis.

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