La Restauración Borbónica: Régimen político

En 1874, España estaba marcada por el deseo de estabilidad que pretendía conseguirse con la Restauración Borbónica y la consolidación del régimen canovista. Estas pretensiones vienen influidas por la inestabilidad de la Primera República, la pérdida de apoyo campesino en el gobierno del sexenio y la fuerza de los partidarios del cambio de régimen. En diciembre de ese mismo año, Alfonso XII es nombrado rey de la mano del general Campos, tras el pronunciamiento de Sagunto.

El sistema político

El sistema político de la Restauración estuvo ideado por Antonio Cánovas del Castillo, cuyas iniciativas dieron lugar a la Constitución de 1876, que recogía los derechos individuales, la soberanía compartida entre el Rey y las Cortes, la confesionalidad del Estado y el sufragio censitario. Cánovas creó su propio partido, el Partido Liberal Conservador, y tenía en la oposición al Partido Liberal, con Sagasta al frente.

El sistema canovista

El sistema canovista determinaba un gobierno elegido mediante elecciones con apoyo de las Cortes y el Rey, pero no fue esta la realidad: tuvo lugar el turnismo entre los partidos Liberal y Conservador, que se cedían el poder periódicamente gracias a un acuerdo mutuo en el que ninguno reclamaba el gobierno mediante la fuerza armada.

Funcionamiento del sistema

El sistema funcionaba de manera que el Rey nombraba un candidato a presidente del gobierno, que era apoyado por mayoría en las Cortes. En caso de no ser así, se disolvían las Cortes y se convocaban elecciones, que ganaba siempre el candidato propuesto por el Rey. Para que el sistema funcionara era necesaria la intervención de los caciques de cada región, que amañaban los votos utilizando su poder político, mentiras y engaños para que se votara al candidato elegido o no se votara. Esto era más efectivo en las zonas rurales y se denomina «pucherazo».

Logros del Canovismo

• Reconciliación entre la Iglesia y el Estado.
• Reencuentro del ejército con la Corona.
• Fin de las guerras carlistas.
• Pacificación de Cuba.

Procesos de industrialización y urbanización

Durante esta época, situada en el último cuarto del siglo XIX, se encontraba Cánovas al frente del gobierno y la principal actividad económica del país era la agricultura y la ganadería. El ferrocarril era la conexión entre las distintas regiones, lo que propició el mercado nacional.

Agricultura

La diversidad de climas y suelos, y las pocas innovaciones tecnológicas explican el poco desarrollo de la España agraria, que culmina en una crisis a final de siglo, provocando la emigración al sur de América.

Minería e industria

Por otra parte, el desarrollo minero y la industria crecieron rápidamente. La industria minera más destacada era la siderurgia vasca, que se desarrollaba en Vizcaya, empresa que se convertiría en emblemática de la industria siderúrgica vasca. La industria textil catalana, por su parte, dominaba el mercado nacional. Sus textiles de algodón representaban casi el total de la oferta española, y todo a pesar de su gran desventaja respecto a la industria inglesa. Su éxito se debió, además de a la burguesía comercial, al apoyo del gobierno.

Crisis de superproducción

Durante la primera etapa de la Restauración, la industria catalana finalizó su proceso de mecanización, por lo que triplicó las importaciones de algodón. El mercado se vio saturado y entró en crisis de superproducción. Los beneficios de esta industria se invirtieron en construcción y edificaciones, lo que convirtió a Barcelona en un modelo urbano «europeo industrial».

Regiones menos industrializadas

El resto de las regiones, exceptuando Madrid, quedaron retrasadas en el aspecto industrial hasta mediados del siglo XX.

Sistema bancario

Finalmente, a lo largo del siglo XIX, la presencia de inversores extranjeros propició la creación de un sistema bancario español. En 1868 se creó la peseta como moneda nacional. Con el cambio de siglo aparecieron los grandes bancos de la historia económica de España: el Hispano Americano, Vizcaya y el Español de Crédito.

Hacienda estatal

En lo referente a la Hacienda estatal, esta presentó dos problemas: era absolutamente insuficiente y usaba un sistema tributario injusto y desequilibrado.

Regionalismos y nacionalismos (Movimiento obrero)

La oposición al sistema de la Restauración estuvo compuesta por movimientos antidinásticos (republicanos y carlistas), por los nacionalistas y, en menor medida, por el movimiento obrero.

Nacionalismos

Los nacionalismos tenían como objetivo la creación de instituciones propias, la autonomía administrativa y, los más radicales, la independencia de sus territorios. Los factores que propiciaron estos movimientos fueron: la presencia de dos vertientes anticentralistas, conservadoras y antiliberales, y federalistas y republicanas; los movimientos culturales que reclamaban su lengua propia y unas costumbres autóctonas; y la escasa intervención del Estado en la modernización de las ciudades.

Nacionalismo catalán

El nacionalismo catalán surgió durante el sexenio democrático, representado por el federalismo. En 1882 se fundó el Centre Català para agrupar a los catalanistas. En 1891 se fundó la Unió Catalanista, que unificó al Centre y a la Lliga Regionalista para promover las Bases de Manresa, cuyo objetivo era recuperar los derechos perdidos en el Decreto de Nueva Planta. El documento también incluía el primer programa político del catalanismo y un proyecto de Estatuto de Autonomía.

Nacionalismo vasco

Por otra parte, el nacionalismo vasco reivindicaba los fueros perdidos en las guerras carlistas, rechazaba el capitalismo y el centralismo, y culpaba a los inmigrantes de la degeneración de la raza vasca. En 1895 se creó el PNV por Sabino Arana.

Otros regionalismos

Más tarde surgió el regionalismo gallego y el valenciano como reacción al atraso y marginación de sus regiones. Aparece también el movimiento obrero como consecuencia de la introducción de la maquinaria en la industria textil catalana, lo que provocó…