La Restauración Europea
Los estados vencedores de Napoleón se reunieron entre 1814 y 1815 a propuesta del canciller austriaco Metternich en el Congreso de Viena. Su objetivo era la restauración del absolutismo monárquico. Las decisiones del Congreso de Viena se complementaron con la Santa Alianza en 1815, un tratado de ayuda mutua entre los monarcas europeos ante cualquier amenaza de revolución liberal que admitía el derecho de intervención militar. Así, a partir de 1815, liberalismo y nacionalismo se convirtieron en las dos fuerzas de oposición a la Restauración.
Liberalismo
Sistema político que fundamenta la sociedad en el individuo, el Estado, los derechos y las libertades fundamentales de las personas. El individuo libre es un ciudadano y un conjunto de ciudadanos forman la nación que detenta la soberanía. El liberalismo propugna un sistema representativo (parlamento) elegido por sufragio que elabora las leyes. También defiende la necesidad de una constitución que asegure la división de poderes para que estos no sean nunca absolutos. El derecho de propiedad es formulado como una libertad fundamental y la economía se fundamenta en el mercado; como consecuencia, el Estado no debe intervenir en asuntos económicos.
Nacionalismo
Es una ideología política que sostiene el derecho de los pueblos a decidir sobre ellos mismos y a defender su soberanía. Se puede definir nación como un conjunto de individuos que poseen una serie de lazos culturales propios. El nacionalismo se expandió a lo largo del siglo XIX en defensa de una Europa de naciones libres frente a la Europa de la Santa Alianza y de los imperios absolutistas, reagrupando en el interior de unas mismas fronteras a los miembros de una comunidad nacional. Fue el origen de la lucha de italianos y de alemanes por unificarse en un único estado.
Unificación Italiana
- Rey Carlos Alberto: Impulsor de la unificación e implantación de ideas liberales.
- Conde de Cavour: Liberal moderado.
- Garibaldi: Revolucionario.
Unificación Alemana
El liberalismo burgués demandaba reformas que garantizasen su participación a través de cartas constitucionales.
Revolución Industrial
Con una población y una agricultura en crecimiento, otro elemento básico de transformación fue la innovación tecnológica. Las primeras máquinas que se introdujeron estaban accionadas por la fuerza humana y, posteriormente, por energía hidráulica, pero la fuente de energía que revolucionó la producción y los sistemas de transporte fue el vapor, inventado por James Watt en 1769, con el carbón como combustible. Las fábricas, donde a diferencia del sistema artesanal, tiene lugar la división del trabajo, es decir, cada obrero realiza una pequeña tarea específica.
El primer sector en mecanizarse fue la industria del algodón. Empezaron a aplicarse innovaciones. Una de las primeras fue la lanzadera volante en 1733. Más adelante surgieron nuevas máquinas de hilar que incrementaron la producción de hilo. Finalmente, el telar mecánico en 1785 completó el proceso de mecanización textil.
Nuevas Fuentes de Energía
La invención de la dinamo en 1869 permitió producir electricidad en centrales hidroeléctricas. El petróleo comenzó a extraerse en Estados Unidos a mediados del siglo XIX. La invención del motor de explosión posibilitó su utilización como combustible para los automóviles en 1885, un medio de transporte fundamental a partir del siglo XX. En el ámbito de la industria, la metalurgia adquirió un gran impulso debido a la producción de nuevos metales como el acero inoxidable y el aluminio. Así, la industria del automóvil, con la invención por Henry Ford del coche utilitario, consiguió una gran expansión en Estados Unidos. La industria química logró un importante desarrollo en Alemania gracias a la fabricación de nuevos abonos, pesticidas y productos químicos como el ácido sulfúrico y la sosa. Finalmente, con la utilización de cemento armado se edificaron los primeros rascacielos.
Revolución del Transporte
Este sistema de producción nació en Estados Unidos, y la fábrica de automóviles Ford fue una de las primeras en implantarlo. Las elevadas inversiones de capital que requerían las innovaciones tecnológicas estimularon la concentración industrial y las empresas se hicieron cada vez mayores. Para restringir la competencia se firmaron acuerdos entre empresas para fijar precios y establecer áreas de influencia. Así nacieron el cártel, el trust, el holding y el monopolio.
Marxismo
A mediados del siglo XIX, Karl Marx y Friedrich Engels denunciaron la explotación de la clase trabajadora y defendieron la necesidad de una revolución obrera para destruir el capitalismo. El fin de la propiedad privada llevaría a la desaparición de las clases sociales y del Estado. A finales del siglo XIX los marxistas crearon los partidos obreros socialistas. Su objetivo era la revolución proletaria y defendían su intervención en política a través de elecciones.
Anarquismo
Tenía tres principios básicos: libertad individual, propiedad colectiva y rechazo de la autoridad. Defendían la acción revolucionaria de obreros y campesinos para destruir el Estado. Rechazaban la vida política y la organización de los partidos.
Internacionalismo
Marx, en 1864, creó la Asociación Internacional de Trabajadores en favor del internacionalismo proletario, creando la Primera Internacional Socialista. Las discrepancias entre marxistas y anarquistas la hicieron inviable y desapareció en 1876. En 1889, algunos dirigentes socialistas fundaron en París la Segunda Internacional. Ésta, a diferencia de la primera, fue exclusivamente socialista para coordinar programas y actuaciones de los partidos socialistas.