Revolución de 1868 a la Primera República Española: Causas, Desarrollo y Consecuencias

Causas de la Revolución de 1868

La Revolución de 1868, también conocida como La Gloriosa o La Septembrina, fue un complejo fenómeno que marcó un punto de inflexión en la historia de España. A menudo se la compara con la Revolución Francesa de 1848, pero sus raíces se encuentran en una serie de factores específicos del contexto español. Estos factores se pueden agrupar en dos categorías principales:

Crisis Económica (1866-1868)

La crisis económica que precedió a la revolución fue el resultado de la confluencia de tres crisis sucesivas:

  • Crisis bursátil de 1866: El desplome de las acciones del Banco de España y la Bolsa de Barcelona generó una gran inestabilidad financiera.
  • Crisis de la industria textil catalana: La Guerra de Secesión americana (1861-1865) interrumpió las exportaciones de algodón en rama, provocando un alza espectacular en los precios de esta materia prima esencial para la industria textil catalana.
  • Crisis agrícola de 1867-1868: La carestía de trigo, cuyo precio se duplicó entre 1866 y 1868, generó un profundo malestar social, especialmente entre las clases populares.

Crisis Política de la Monarquía de Isabel II

El reinado de Isabel II estuvo marcado por la inestabilidad política y el descontento popular. Los gobiernos moderados, cada vez más autoritarios entre 1863 y 1868, ignoraron los problemas del país y gobernaron por decreto. Esta situación llevó a la unión de las fuerzas opositoras:

  • En agosto de 1866, el Partido Progresista se unió al Partido Demócrata en el Pacto de Ostende, con el objetivo de derrocar a Isabel II y establecer Cortes Constituyentes.
  • Los Unionistas, liderados por el General Serrano tras la muerte de O’Donnell en 1867, aportaron la fuerza militar necesaria para el levantamiento.
  • Los Demócratas, influenciados por el krausismo alemán a través de la interpretación de Sainz del Río, aportaron la doctrina, defendiendo la democracia pura: sufragio universal, soberanía nacional y derechos humanos.
  • Los Progresistas, liderados por Prim y Sagasta, aunque no consideraban el sufragio universal ni el derrocamiento de Isabel II como objetivos esenciales, aceptaron estas condiciones para acabar con el dominio de los moderados.

La Revolución de 1868: La Gloriosa (17-29 de septiembre de 1868)

El 17 de septiembre de 1868, el General Prim y el Almirante Topete se pronunciaron en Cádiz al frente de una escuadra concentrada en la bahía, al grito de «¡Viva España con honra, abajo el gobierno de Isabel II!». En los días siguientes, Prim sublevó sucesivamente Málaga, Almería y Cartagena. Se formaron Juntas Revolucionarias en muchas capitales, con consignas similares: sufragio universal, abolición del impuesto de consumos y de las quintas, juicios por jurados en materia criminal y elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal directo.

El gobierno, aislado, fue derrotado en la Batalla del Puente de Alcolea (Córdoba) por las tropas del General Serrano. Isabel II se exilió a Francia, y se constituyó un gobierno provisional en Madrid. Era el fin del reinado de Isabel II.

Las Elecciones Constituyentes y la Constitución de 1869

A principios de octubre de 1868, Unionistas y Progresistas formaron un Gobierno Provisional presidido por el General Serrano, con Prim en el Ministerio de Guerra. Las primeras medidas del nuevo gobierno incluyeron: disolver la Milicia Nacional, reponer en sus puestos a profesores sancionados por motivos políticos, establecer la libertad de imprenta, reunión y asociación, el sufragio universal, la expulsión de los jesuitas, la extinción de conventos y la emancipación de los hijos de esclavos en las colonias.

En enero de 1869 se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino (mayores de 25 años), con una participación de 4 millones de españoles. Los resultados fueron:

  • Progresistas (Prim y Sagasta): 159 diputados. Se aliaron con los Demócratas monárquicos (20) y los Unionistas (69), dirigidos por Ríos Rosas.
  • Partido Republicano Federal (Pi y Margall, Figueras y Castelar): 69 diputados.
  • Moderados o «Isabelinos»: 14 escaños.
  • Carlistas: 18 escaños.

El nuevo parlamento elaboró la Constitución de 1869, la más liberal del siglo XIX español. Sus características principales eran:

  • Soberanía nacional.
  • Sufragio universal masculino (mayores de 25 años).
  • Amplia declaración de derechos, incluyendo nuevos derechos individuales.
  • Monarquía como forma de Estado, con las atribuciones del Rey conservadas.
  • Sistema bicameral (Congreso y Senado), ambos electivos.
  • Voto de censura de las Cámaras al gobierno.
  • Independencia del poder judicial, con un sistema de oposiciones a juez.
  • Ayuntamientos y Diputaciones elegidos por sufragio universal masculino.
  • Mantenimiento del «culto y clero» para sufragar a la Iglesia católica, pero con libertad de culto.

La Constitución de 1869 creó un régimen liberal-democrático, pero dentro de un orden burgués.

La Regencia de Serrano y Prim (1868-1869)

Mientras se buscaba un nuevo rey, el General Serrano fue nombrado Regente, y Prim Presidente del Gobierno y Ministro de Guerra. Se implementaron importantes medidas económicas:

  • Creación de la peseta como unidad monetaria.
  • Arancel Figuerola de 1869, que rebajó los aranceles y rompió con la tradición proteccionista.
  • Ley Figuerola del Suelo (1869) para abordar la deuda pública.

Sin embargo, las aspiraciones de campesinos, jornaleros y trabajadores no se vieron satisfechas, lo que generó reivindicaciones de reparto de tierras.

El Reinado de Amadeo de Saboya (1871-1873)

Prim buscó un nuevo rey para reemplazar a los Borbones. Finalmente, Amadeo de Saboya, hijo de Víctor Manuel II de Italia, fue elegido rey por las Cortes en noviembre de 1870. Llegó a España el 30 de diciembre de 1870, tres días después del asesinato de Prim en Madrid, su principal valedor. Aún hoy se desconoce quién ordenó su asesinato.

El reinado de Amadeo I fue un fracaso. Entre las principales medidas de su reinado se encuentran: la abolición de la esclavitud en Cuba, la regulación del trabajo infantil y los jurados mixtos en las empresas.

Sin embargo, el rey se enfrentó a serios problemas:

  1. Oposición de los Moderados: Cánovas del Castillo organizó el Partido Alfonsino, que defendía la restauración borbónica en Alfonso XII.
  2. Rebrote del Carlismo: Se produjo la Tercera Guerra Carlista (1872-1876).
  3. Oposición de los Republicanos y de los grupos campesinos y proletarios, con varios levantamientos republicanos como el de El Ferrol.
  4. Oposición del Clero, que no toleraba a la casa de Saboya.
  5. Oposición de los hacendados de las colonias, que se negaban a la abolición de la esclavitud.
  6. Inestabilidad política por la ruptura de la coalición gubernamental.

Ante estos problemas, Amadeo de Saboya abdicó el 10 de febrero de 1873.

La Primera República Española (1873-1874)

Tras la abdicación de Amadeo I, el Congreso y el Senado proclamaron la República. Los republicanos federales se dividieron en:

  • Benévolos o Legales (federalismo desde arriba), liderados por Pi y Margall.
  • Intransigentes (federalismo desde abajo), liderados por José María Orense.
  • Republicanos Unitarios, liderados por Emilio Castelar, que defendían una república centralizada y posiciones más conservadoras.

Los Gobiernos de la Primera República

Se sucedieron cuatro etapas durante la Primera República:

1ª Etapa: Estanislao Figueras (febrero-junio de 1873)

Republicano unitario y moderado, fue el primer Presidente de la República. Se enfrentó a revueltas campesinas en Andalucía, reivindicaciones obreras en Cataluña, milicias federalistas («gorros colorados») y la demanda de abolición de los consumos y las quintas.

2ª Etapa: Francisco Pi y Margall (junio-julio de 1873)

El gobierno de Pi y Margall elaboró el proyecto de Constitución de 1873, que establecía:

  • División de España en 15 estados federales, más Cuba y Puerto Rico. Andalucía se dividiría en Andalucía Alta y Andalucía Baja. Cada estado tendría su propia constitución y competencias.
  • El Presidente de la República tendría el «Poder de relación» para mantener el equilibrio entre el poder central y el federal.

El proyecto era similar a la Constitución de 1869: sistema bicameral, abolición de la esclavitud en las colonias, abolición de las quintas y prohibición del «culto y clero».

Se decretó una legislación laboral que protegía a los niños y establecía medidas de seguridad e higiene en el trabajo (24 de julio de 1873):

  • Prohibición del trabajo a menores de 10 años.
  • Jornada máxima de 8 horas para jóvenes de 14 a 17 años.
  • Obligación de crear escuelas en fábricas con más de 80 trabajadores.
  • Creación de jurados mixtos.

La Constitución de 1869 estuvo vigente durante toda la República, ya que la de 1873 quedó en proyecto.

El gobierno de Pi y Margall se vio lastrado por el resurgimiento del Carlismo y el Cantonalismo (formación de cantones o repúblicas independientes que no reconocían el poder de Madrid).

3ª Etapa: Nicolás Salmerón (julio-septiembre de 1873)

Republicano unitario, inició una acción militar contra el movimiento cantonalista. Envió a los generales Pavía y Martínez Campos. Solo sobrevivió el cantón de Cartagena. Salmerón dimitió por desacuerdo con el restablecimiento de la pena de muerte.

4ª Etapa: Emilio Castelar (septiembre de 1873-enero de 1874)

La República dio un giro a la derecha. Emilio Castelar, otro unitario, fue nombrado Presidente. Incrementó la represión cantonalista, declaró al federalismo fuera de la ley y suspendió las Cortes. Obtuvo poderes extraordinarios, recurrió a las quintas para acabar con la Guerra Carlista y disolvió la Milicia Nacional. Logró acabar con los últimos reductos del cantonalismo.

El 2 de enero de 1874, Castelar reabrió las Cortes. Tras perder una moción de confianza, se produjo el Golpe de Estado de Pavía el 3 de enero de 1874 para impedir la vuelta de los federalistas. Castelar dimitió. La República se disolvió sin apenas resistencia.

Conclusión

La Primera República Española fue un fracaso debido a:

  • La falta de una auténtica tradición republicana.
  • Los planteamientos radicales de campesinos, dirigentes de la Primera Internacional y federalistas.
  • La hostilidad de los grupos monárquicos, burgueses, la aristocracia de terratenientes, los sectores industriales y el clero.

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