Revolución Industrial en Gran Bretaña: Causas, Desarrollo y Consecuencias

La Revolución Industrial en Gran Bretaña: Causas, Desarrollo y Consecuencias

A partir de 1870, y paralelamente a las revoluciones políticas, tuvo lugar una revolución en la industria que supuso un cambio radical en la forma de producción. Consistió en la sustitución del trabajo manual realizado en pequeños talleres por el trabajo con máquinas llevado a cabo en grandes fábricas. La Revolución Industrial fue un proceso, es decir, un cambio lento y continuado que, además de a la industria, afectó a otros sectores económicos y a todos los grupos sociales. Su origen se situó en algunas regiones inglesas hacia 1760, aunque no se consolidó hasta 1780. Durante el siglo XIX, la industrialización se generalizó al resto de Gran Bretaña y se difundió, a partir de 1830, por Bélgica, Francia y Alemania.

Causas de la Revolución Industrial

Diversos factores contribuyeron al surgimiento de la Revolución Industrial en Gran Bretaña:

  • Situación política: Tras las revoluciones del siglo XVII, se conciliaron los intereses de la aristocracia terrateniente y de la burguesía. Ambas desarrollaron una mentalidad emprendedora y dictaron leyes favorables al desarrollo económico.
  • Crecimiento demográfico: El crecimiento de la población durante el siglo XVIII, gracias a la mejora de la alimentación y a la reducción de la mortalidad, incrementó la demanda de productos y la mano de obra disponible para trabajar en la industria.
  • Mejoras en el transporte y las comunicaciones: Impulsaron el comercio y favorecieron la formación de un mercado interior.
  • Comercio exterior: Estimulado por el predominio colonial británico, aportó a la industria capitales, materias primas y mercados para la venta de los productos industriales.
  • Disponibilidad de recursos: La abundancia de recursos energéticos y minerales, como el carbón, favoreció el desarrollo industrial británico.
  • Transformaciones agrarias: Impulsaron el crecimiento demográfico, proporcionaron mano de obra a la industria y aportaron capitales.

Las Transformaciones Industriales

Transformaciones técnicas y del trabajo

Las transformaciones técnicas sustituyeron el trabajo humano por el realizado con máquinas movidas por potentes fuentes de energía. Las transformaciones en la organización del trabajo se basaron en la sustitución del pequeño taller artesanal por la gran fábrica. En ella se reunían un gran número de máquinas y trabajadores. Estos dejaron de hacer todo el trabajo para encargarse solamente de una tarea, que consistía en repetir movimientos simples complementarios. Surgió así la división del trabajo.

Las Industrias Textil y Siderúrgica

La industria textil del algodón había incrementado considerablemente su demanda en Gran Bretaña, lo cual estimuló las innovaciones técnicas destinadas a aumentar la producción. Estas innovaciones comenzaron en el tejido, lo que aumentó la producción y provocó el problema de la escasez de hilo. El problema se resolvió con la invención de máquinas de hilar que permitían elaborar varias bobinas.

La industria siderúrgica proporcionaba hierro, que se extraía del mineral fundiéndolo con carbón. Los cambios afectaron a ambos elementos: la madera empleada hasta entonces para la fusión se sustituyó por carbón mineral, gracias al uso de bombas de vapor para extraer el agua que se filtraba en las minas.

Las Consecuencias de la Revolución Industrial

  • El peso internacional de los países pasó a medirse por su nivel de industrialización y no por su extensión o por su capacidad militar.
  • Influyó en el crecimiento de la población y en la expansión urbana, dado que las industrias tendieron a localizarse junto a los núcleos urbanos.
  • Impulsó el desarrollo de las demás actividades económicas al proporcionar máquinas a la agricultura, revolucionar el transporte y estimular el comercio.
  • Favoreció el crecimiento del capitalismo al exigir crecientes cantidades de capital para financiarse.
  • Creó una nueva sociedad de clases basada en la riqueza poseída por cada individuo.
  • Favoreció el desarrollo de la ciencia y de la tecnología, necesarias para mejorar e incrementar la producción industrial, y aportó nuevos materiales y temas de inspiración al arte.

Los Cambios Demográficos y Urbanos

La población se elevó de 140 a 300 millones de personas entre 1750 y 1870. La causa principal fue el descenso de la mortalidad debido a varios motivos: la mejora de la alimentación, los avances médicos, los hospitales, etc. Como consecuencia del crecimiento, algunos países, como Gran Bretaña y los países escandinavos, iniciaron una considerable emigración hacia otros continentes. No obstante, estos cambios demográficos no tuvieron el mismo ritmo en todos los países europeos.

Las ciudades también experimentaron un fuerte crecimiento entre 1750 y 1870, debido a su propio crecimiento natural y, sobre todo, a la inmigración campesina. Las que más crecieron fueron las ciudades industriales y las comerciales.

La Revolución de los Transportes

El ferrocarril: Surgió cuando se inventó la locomotora, una máquina de vapor sobre raíles capaz de arrastrar vagones. Los primeros ferrocarriles circularon en Gran Bretaña, realizando trayectos muy cortos por terrenos llanos para transportar mercancías.

El barco de vapor: Surgió cuando el estadounidense Robert Fulton aplicó la máquina de vapor a la navegación. Los primeros barcos de vapor se movían con grandes ruedas de palas y se dedicaban al transporte fluvial.

El Desarrollo del Comercio

El comercio mundial se vio favorecido por el desarrollo de la producción y de los transportes, que facilitaron los intercambios con lugares alejados.

El Capitalismo Industrial

En las primeras etapas de la industrialización, las fábricas eran pequeñas y familiares, y se autofinanciaban con capital individual o familiar. Tipos de sociedades mercantiles:

  • Sociedades en comandita: Estaban compuestas por varios miembros. Unos se ocupaban de la administración del negocio y otros aportaban capital.
  • Sociedades Anónimas: Tenían su capital dividido en pequeñas participaciones llamadas acciones. En ellas, los accionistas se repartían los beneficios y los riesgos en función de su número de acciones.

El Capitalismo Financiero

El crecimiento del capital y del número de sociedades favoreció el surgimiento del capitalismo financiero, caracterizado por el incremento de la actividad de las bolsas y el aumento del número de bancos. Las bolsas o mercados de valores eran establecimientos donde se compraban y vendían acciones. Los bancos invertían los depósitos de sus clientes en conceder créditos a las empresas, en negocios y en comprar acciones industriales. El liberalismo económico se convirtió en la doctrina económica dominante en esta fase del capitalismo, dada la coincidencia de sus objetivos: el beneficio individual, la propiedad privada y la libertad de mercado.

La Nueva Sociedad de Clases

Las revoluciones política e industrial acabaron con la sociedad estamental del Antiguo Régimen, imponiendo una nueva sociedad de clases, donde las personas se diferenciaban por sus méritos y su trabajo, medidos por la riqueza.

La Nueva Clase Dominante: La Burguesía

La burguesía fue el grupo social ascendente. Accedió al poder político; se enriqueció con sus actividades económicas; formó parte de la élite cultural e intelectual, gracias a su formación en estudios medios, etc. No obstante, dentro de la burguesía existían considerables diferencias:

  • La alta burguesía: Incluía a rentistas que vivían de sus propiedades, grandes industriales y comerciantes, y hombres de negocios.
  • La burguesía media: Estaba integrada por funcionarios estatales y profesionales liberales, como abogados, médicos, ingenieros o profesores.
  • La baja burguesía: Incluía a pequeños comerciantes y artesanos, que se diferenciaban de los grupos populares por poseer propiedades, aunque muchas veces su nivel de vida llegó a ser muy semejante.

La Nueva Clase Dominante: El Proletariado

El proletariado era un nuevo grupo social constituido por los trabajadores asalariados de las industrias. Las condiciones laborales de los obreros industriales eran penosas. El trabajo duraba entre 14 y 16 horas diarias; se realizaba en fábricas insalubres por el ruido y la contaminación, etc. La vida de los obreros era mísera: se instalaron en barrios junto a las fábricas que carecían de las mínimas condiciones higiénicas y sanitarias, y no estaban preparados para acoger a un volumen tan alto de personas. Así, esos barrios se convirtieron en un foco de infección.

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