Revolución Rusa: De la Autocracia Zarista a la Consolidación Bolchevique (1905-1917)

La Rusia de los Zares

Un Imperio Inmenso y Atrasado

El zar tenía un poder absoluto proveniente de Dios y su régimen era una autocracia; no tenía que rendir cuentas a ningún parlamento. Se apoyaba en una fiel burocracia, un numeroso ejército y la Iglesia. El Imperio Ruso era una economía agraria, convivía en la propiedad comunal, llamada mir, y en la propiedad privada de menor poder, llamada kulaks. Las condiciones de vida eran muy precarias y aún pervivía la servidumbre. En la parte más occidental del imperio se había iniciado un proceso de industrialización. La industrialización comportó la aparición de un importante contingente de obreros industriales. La mayoría trabajaba en grandes empresas, percibía salarios bajos y vivía en condiciones precarias.

El Crecimiento de la Oposición

Desde finales del siglo XIX, la oposición al zarismo fue creciendo a partir de la difusión de las ideas liberales y nuevas doctrinas, como el anarquismo y el marxismo. En Rusia tomaron fuerza algunos movimientos de raíz popular, conocidos como populistas. El anarquismo consiguió un notable arraigo. También se crearon partidos liberales y de composición burguesa, como el Partido Democrático Constitucional (KDT) y el Partido Social-Revolucionario (SR). El Partido Socialdemócrata Ruso se dividió en dos facciones: bolcheviques y mencheviques.

La Revolución de 1905 y los Intentos de Reforma

En 1894, la agitación social y política aumentó. La penuria económica se había visto agravada por la derrota en la guerra ruso-japonesa. En 1905 estalló un movimiento revolucionario con una manifestación ante el Palacio de Invierno, donde residía el zar, que fue reprimida por el ejército, dando lugar al llamado Domingo Sangriento. En este participaron todos los grupos políticos opuestos al sistema. También tuvieron mucha resonancia la sublevación de la marinería y el motín a bordo del acorazado Potemkin en la ciudad de Odesa. Se convocó una Duma (Asamblea Legislativa de representantes de los distintos grupos) y el ministro Stolypin propuso una reforma agraria.

La Revolución de Febrero de 1917

La Coyuntura de la Primera Guerra Mundial

La decisión de Rusia de participar en la guerra precipitó los acontecimientos. Las fábricas se transformaron en industria de guerra y el reclutamiento de campesinos hizo disminuir la producción agraria. La escasez y el hambre se extendieron. Las derrotas militares ante Alemania, que Rusia no pudo evitar al contar con un ejército mal equipado y peor dirigido, se sucedieron. La confianza en el zar se había hundido; el desastre militar y económico condujo a una revolución de mayor envergadura que la de 1905.

La Caída del Zarismo

El movimiento comenzó el día 23 de febrero con una gran manifestación en Petrogrado y culminó el día 27 de febrero en una huelga general, que fue seguida del amotinamiento de la guarnición de la capital. Formando grupos de soviets, el zar decidió abdicar. La Duma tomó protagonismo en la crisis y, de acuerdo con el soviet de Petrogrado, impuso un gobierno provisional presidido por el príncipe Lvov. El nuevo gobierno prometió reformas políticas (libertad de opinión, de reunión) y sociales (jornada de ocho horas, derechos sindicales), pero al mismo tiempo pretendió seguir fiel a las alianzas militares y mantuvo a Rusia en la Primera Guerra Mundial. Los soviets, que controlaban la calle, exigían la retirada inmediata de la guerra. Empezó a perfilarse el doble poder: el del gobierno provisional y el de los soviets.

La Dualidad de Poderes

Lvov fue sustituido por un socialista moderado, partidario de acelerar las reformas, aunque no de retirarse del conflicto bélico: Alexander Kerenski. El nuevo gobierno prometió la celebración de elecciones en noviembre para una Asamblea Constituyente, e inició una persecución sistemática de los bolcheviques. El poder de Kerenski aumentó en agosto a raíz de un golpe de Estado de los militares zaristas protagonizado por el general Kornilov para recuperar el poder. Lenin convenció al partido bolchevique de la necesidad de pasar a la insurrección armada. Este último quedó en manos de un bolchevique, convirtiéndose en el centro de la oposición al gobierno.

La Revolución de Octubre de 1917

Las Jornadas Revolucionarias

Lenin y los soviets planificaron la insurrección, que contó con el apoyo de la Guardia Roja, una unidad armada. El 25 de octubre, coincidiendo con la celebración en Petrogrado del II Congreso de los Soviets de toda Rusia, se apoderaron de los lugares y servicios clave de la capital. El ejército no dispararía contra el pueblo y así pudo llegarse al acto decisivo: el asalto al Palacio de Invierno, donde residía el gobierno provisional.

Las Primeras Medidas Revolucionarias

Se estableció el Consejo de Comisarios del Pueblo, dirigido por Lenin, que se constituyó en el primer gobierno obrero y campesino. El nuevo ejecutivo decretó las primeras medidas: el paso de la tierra a los campesinos, el control obrero de las empresas de más de cinco trabajadores, la nacionalización de la banca y la supresión del ejército zarista. Un nuevo decreto mostró la determinación del gobierno de establecer la paz con Alemania. Las conversaciones llevaron a la firma del Tratado de Brest-Litovsk.

La Guerra Civil y el Comunismo de Guerra

Los defensores del viejo orden zarista iniciaron la resistencia armada, dirigidos por una considerable parte del ejército zarista, de los antiguos privilegiados y del campesinado propietario; estos eran los «rusos blancos», por oposición a la «Rusia roja». Junto a los blancos también lucharon una legión checa y algunas tropas inglesas y francesas. Los bolcheviques empezaron a crear un verdadero ejército, y su artífice fue Leon Trotsky. Se inició una guerra civil. El zar Nicolás II y su familia fueron ejecutados. El Ejército Rojo, tras la victoria en Ucrania, quedó vencedor en la guerra.

La guerra civil comportó que toda la economía del país se orientase hacia un único objetivo: avituallar al ejército. El «comunismo de guerra» supuso la supresión de la propiedad privada y la estatalización de la industria.

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