Revolución Rusa: Del Zarismo al Comunismo (1905-1921)

La Caída del Zarismo en Rusia (1905-1921)

Principios del Siglo XX

A principios del siglo XX, Rusia mantenía una monarquía absoluta. El zar tenía el poder supremo del Estado. La economía seguía siendo agraria, aunque la industrialización se había iniciado. Tras la abolición de la servidumbre en Rusia por Alejandro II, surge el mir o institución comunal rural. Los campesinos libres debían pagar la redención y las tierras que explotaban. El mir servía para organizar dicha explotación y, sobre todo, facilitar al Estado el cobro de redención e impuestos. Stolypin, primer ministro del zar Nicolás II, emprendió una reforma agraria en 1906 que suprimió el mir y liberalizó la propiedad agraria. La intención del ministro Stolypin era crear un grupo de campesinos prósperos (kulaks) que suministrasen el apoyo social al gobierno del zar. Permitió una modernización agraria que sacó a muchas zonas del autoconsumo hacia una agricultura comercial y abastecer, por consiguiente, a las ciudades, pero fue una reforma limitada. Proponía disolver las odshchinas (comunidades campesinas) y que el gobierno vendiese a los campesinos tierras de la corona con el objetivo de crear una clase de campesinos propietarios que se opondrían a las ideas revolucionarias. La instalación de las industrias pesadas y la construcción del ferrocarril hicieron crecer la población obrera.

A finales del siglo XIX, existían diversas políticas opuestas al zarismo:

  • Partido Constitucional Demócrata (burgueses)
  • Partido Social-Revolucionario (campesinos)
  • Partido Obrero Socialdemócrata (revolucionarios), dividido en:
    • Mencheviques (moderados), liderados por Yuli Mártov.
    • Bolcheviques (radicales), liderados por Lenin.

Se dividieron en el Segundo Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata porque los bolcheviques querían una dictadura de obreros y campesinos, y los mencheviques pretendían que se desarrollara la fase burguesa que daría lugar a una revolución.

La Revolución de 1905

El ejército zarista fue derrotado por las tropas japonesas en una guerra motivada por los intentos de expansión de Rusia en Asia. Se produjeron disturbios, causados tanto por la derrota como por la crisis económica que se vivía en ese momento. Esta revolución se desencadenó el 9 de enero, conocido como el Domingo Sangriento, cuando las masas populares se dirigieron al Palacio de Invierno en San Petersburgo, donde vivía el zar, para hacerle llegar sus peticiones, que denunciaban el mal gobierno y buscaban forzar el inicio de reformas políticas. La respuesta fue una violenta represión con numerosos muertos. Los campesinos, obreros y soldados se organizaron en soviets, creando así un modelo de organización de gran importancia. El zar se vio obligado a hacer algunas concesiones que se recogieron en el Manifiesto Imperial emitido en octubre de 1905. La principal fue la elección por sufragio universal de la Duma (Parlamento). Rusia parecía convertirse en una monarquía parlamentaria, pero el zar incumplió sus compromisos y volvió a gobernar sin contar con la Duma.

La Revolución de Febrero de 1917

En 1914, Rusia entró en la Primera Guerra Mundial. Ni su economía ni su ejército estaban preparados. Las derrotas crearon un malestar que provocó huelgas y manifestaciones. La Revolución de 1917 comenzó tras la manifestación del 23 de febrero en San Petersburgo con el lema “Paz y pan”. El 25 estalló una huelga general y el 26 se produjeron motines en los cuarteles, que se negaron a disparar contra los huelguistas. El 27 se creó un gobierno provisional (febrero-octubre) con Kerensky, miembro del Partido Social-Revolucionario, como figura destacada. El gobierno pretendía instaurar un sistema político liberal y el zar fue obligado a abdicar. Sin embargo, el gobierno provisional no tenía autoridad en todo el territorio: obreros, campesinos y soldados formaron soviets y llegaron a tener sus propias milicias armadas (la Guardia Roja, la base del Ejército Rojo creado en 1918).

La Revolución Bolchevique de Octubre de 1917

La inestabilidad social y política no pudo ser atajada por el gobierno provisional, que había decidido continuar la guerra, y las derrotas siguieron. Lenin regresó del exilio gracias al gobierno alemán y, en las llamadas Tesis de Abril, estableció el programa a seguir: retirada de la guerra, redistribución de la tierra, control de las fábricas por los comités de obreros, autonomía para las nacionalidades y entrega del poder a los soviets. Los bolcheviques prepararon una insurrección popular en julio, pero fracasaron y Lenin tuvo que exiliarse de nuevo. En septiembre, el gobierno provisional se enfrentó a un golpe de Estado del ejército liderado por el general Kornílov. En octubre, los bolcheviques intentaron de nuevo derrocar al gobierno, pero esta vez lo consiguieron. La caída del gobierno provisional se consumó tras el asalto al Palacio de Invierno el día 25. Inmediatamente, el gobierno revolucionario negoció la salida de la guerra, que se materializó en el Tratado de Brest-Litovsk de marzo de 1918, decretó el reparto de las tierras a los campesinos pobres sin indemnización para los antiguos propietarios y se reconocieron las minorías nacionales. El 25 de noviembre de 1917 se celebraron unas elecciones, en las que la mayoría de los diputados eran opositores al gobierno bolchevique, que se negó a someterse a las decisiones de los soviets. Esa misma noche, Lenin invalidó los resultados de la elección y disolvió la asamblea, quedando así todo el poder en manos de los bolcheviques, que tomaron el nombre de Partido Comunista de Rusia y luego Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).

La Guerra Civil y el Comunismo de Guerra (1918-1921)

A principios de 1918, la revolución había triunfado, pero en amplias zonas del país el futuro era incierto. Los partidarios del zarismo y los defensores del sistema político liberal intentaron acabar con la revolución por la fuerza. El país quedó dividido en dos bandos: partidarios de la contrarrevolución (Ejército Blanco) y el Ejército Rojo de los bolcheviques. La guerra civil terminó con la victoria de los bolcheviques debido a la labor organizativa de Trotsky en el Ejército Rojo. Durante la guerra, el gobierno adoptó una política económica conocida como Comunismo de Guerra, que se tradujo en la nacionalización de la industria, la colectivización del campo y la requisa de grano a los campesinos. Durante el Comunismo de Guerra se sentaron las bases del nuevo Estado. Lenin rompió con el modelo del Estado liberal burgués y lo sustituyó por la dictadura del proletariado a través de la centralización de todas las decisiones en los altos cargos del PCUS y la prohibición del resto de partidos. Las medidas económicas y políticas provocaron el descontento popular, que produjo huelgas y revueltas que el gobierno reprimió con violencia (insurrección de los marineros en la base de Kronstadt, 1921). Este periodo fue un momento duro; murieron muchos rusos por la violencia de la guerra, el hambre y el frío.

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