Rusia: De la Revolución al Modelo Soviético

La Revolución Rusa y la consolidación del modelo soviético

La Rusia zarista

Una industrialización tardía

En el siglo XIX, Rusia experimentó un proceso de industrialización, con un crecimiento notable en la industria siderúrgica y del petróleo. Sin embargo, este crecimiento económico fue débil debido a la gran importancia del sector agrario, cuyo crecimiento fue lento. El desarrollo de la industria fue muy desigual, concentrándose principalmente en San Petersburgo y Moscú, mientras que en el resto del país la industria era escasa y predominaba la artesanía. Sectores como la metalúrgica, textil y del petróleo experimentaron crecimiento, pero la maquinaria seguía atrasada y el equipo industrial procedía del extranjero. No obstante, aumentó el número de empresarios rusos. Los bancos rusos mantenían vínculos con bancos extranjeros.

La política de Witte intentó aumentar el excedente exportable de productos agrícolas, limitando el consumo de los campesinos. Esta política, que pretendía fortalecer el poder del Estado frente a las potencias exteriores, limitó el crecimiento del mercado interior y terminó por agudizar los desequilibrios sociales.

La agricultura y los campesinos

La abolición de la servidumbre marcó una nueva era. Sin embargo, esta reforma agraria causó insatisfacción. En primer lugar, la tierra se repartió entre los terratenientes y los campesinos, y estos últimos consideraban que quienes la cultivaban debían ser sus dueños. En segundo lugar, los campesinos quedaron obligados a comprar su parte de tierra a plazos (derechos de redención). En tercer lugar, los campesinos no consiguieron igualdad ante la ley ni libertad, ya que las tierras no les pertenecían a ellos sino a la comunidad, y el campesino no podía abandonar la aldea sin autorización de la comunidad. En cuarto lugar, el rápido aumento de la población presionó sobre los medios de subsistencia. El tamaño de las parcelas y los métodos tradicionales dificultaron alimentar a una población cada vez mayor.

El ministro Stolypin implementó una nueva reforma agraria: fueron abolidos los derechos de redención y los campesinos fueron libres de abandonar las comunidades y adquirir las tierras. Aunque mejoraron algunos desequilibrios sociales, las condiciones de vida de los campesinos no mejoraron significativamente y la mayoría emigraron. La producción agrícola mejoró debido a la subida de precios.

En resumen, un progreso desigual, tensiones sociales y políticas, la falta de reformas democráticas y el estallido de la Primera Guerra Mundial provocaron nuevas tensiones que desembocaron en una profunda crisis del Estado ruso.

La guerra y el estallido de la revolución

La entrada en la guerra reveló el armamento débil y la falta de preparación del ejército ruso, lo que generó un gran gasto y obligó a una retirada. La escasez de alimentos provocó huelgas y manifestaciones. La abdicación del zar llevó a la formación de un gobierno provisional que inicialmente se mostró a favor de mantener la guerra. El nuevo gobierno tomó medidas como leyes protectoras del trabajo y la creación de comités de fábrica, pero no logró solucionar la escasez de pan ni mejorar la industria debido a la falta de materias primas y maquinaria.

El Gobierno provisional fue incapaz de controlar una situación verdaderamente caótica (derrotas militares, hambrunas en las ciudades, resistencia campesina) y terminó por sucumbir al golpe de Estado de los Bolcheviques a finales de 1917.

Se ocasionó una crisis política que terminó en una guerra civil. Una coalición anti-Bolchevique intentó desalojar a los Bolcheviques del poder, en un período conocido como **comunismo de guerra**, que finalizó en 1921. Este período se caracterizó por escaseces y brotes de tifus. Los campesinos debían entregar sus excedentes al Estado, lo que generó una lucha entre el gobierno y el campesinado. El rublo se hundió y la mayoría del gasto público se cubría con la máquina de imprimir billetes.

Terminada la guerra, los Bolcheviques terminaron por aceptar la necesidad de una profunda rectificación para evitar el hundimiento del nuevo Estado.

El afianzamiento de la economía soviética: de la N.E.P. a la planificación

En 1921, tras las revueltas campesinas, los órganos del partido y del Soviet aprobaron la sustitución de la confiscación de los excedentes a los campesinos por un impuesto en especie. Este giro en la política económica se conoció como la **N.E.P. (Nueva Política Económica)**.

A partir de 1922 se comenzó a normalizar el comercio exterior. Se firmaron acuerdos comerciales con Gran Bretaña y las importaciones contribuyeron a la recuperación. Es importante resaltar que la N.E.P. coincidió con la prohibición de todos los partidos políticos, excepto el Bolchevique.

Durante la N.E.P., las cosechas mejoraron y la industria se recuperó. Tras la muerte de Lenin, hubo quienes defendían la continuación de la N.E.P. y otros que eran partidarios de eliminarla. Además, las izquierdas defendían la reducción del sector privado.

A partir de 1929, se reforzó la presión para que los campesinos ingresaran en organizaciones colectivas y entregaran sus cereales. En 1930 hubo expropiaciones y deportaciones de *kulaks*. La colectivización coincidió con buenas cosechas y se exportaba. La ofensiva contra la N.E.P. y los mercados privados se reforzó con el desarrollo del primer plan quinquenal (1928-1932).

Hubo tres factores que determinaron el bajo nivel de vida de estos años: la excesiva inversión en la industria pesada, las consecuencias de la colectivización en la agricultura y el empeoramiento de la relación real de intercambio. Hubo un aumento del proceso de industrialización, pero a un coste humano y económico desorbitado.

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