Rusia Zarista, Marxismo y Conflictos del Siglo XX

Rusia Zarista

Rusia a principios del siglo XX era mayoritariamente agraria, con un 80% de campesinos. La mayoría de estos campesinos eran pobres y analfabetos, conocidos como mujiks, mientras que un pequeño grupo, los kulaks, eran campesinos medios. La nobleza terrateniente acaparaba las grandes propiedades.

La industrialización comenzó tarde, a finales del siglo XIX, y estaba controlada por capital extranjero, principalmente francés. La burguesía industrial era escasa y el proletariado, concentrado en pocas regiones (Ucrania, Moscú, San Petersburgo, Bakú, Ural), representaba solo el 2% de la población, pero tenía gran fuerza social.

Con una burguesía y clase media débiles, Rusia mantenía una monarquía autocrática, donde el zar, apoyado por la nobleza y el clero, ejercía un poder absoluto.

A finales del siglo XIX surgieron los primeros grupos de oposición dentro de la intelligentsia. Algunos recurrieron al terrorismo, como «Voluntad del Pueblo», que asesinó al zar Alejandro II en 1881.

Luego aparecieron partidos políticos clandestinos:

  • El Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (1898), marxista, se dividió en bolcheviques (liderados por Lenin) y mencheviques.
  • El Partido Social-Revolucionario (1902), campesino y colectivista.
  • El Partido Constitucional Democrático (1905), liberal y reformista.

El último zar, Nicolás II (1894-1917), rechazaba la modernización y mantenía una concepción arcaica del poder absoluto.

El Marxismo

En 1848, Karl Marx y Friedrich Engels publicaron el Manifiesto Comunista, iniciando una nueva etapa del socialismo científico basado en un análisis riguroso de la economía capitalista y la historia.

El marxismo, expuesto en obras como el Manifiesto Comunista y El Capital, pretendía explicar y transformar la sociedad para eliminar injusticias y desigualdades.

Principios del materialismo histórico:

  1. La economía condiciona todos los aspectos de la sociedad.
  2. La historia avanza por la lucha de clases entre dominantes y sometidos (en el capitalismo, burguesía y proletariado).

Crítica del capitalismo:

  1. La burguesía explota al proletariado, apropiándose de la plusvalía.
  2. La acumulación de capital provoca una polarización entre un proletariado pobre y una burguesía rica.

Estrategia revolucionaria:

  1. El Estado capitalista oprime al proletariado, que debe conquistar el poder político por la fuerza, liderado por un partido obrero.
  2. Establecer una dictadura del proletariado donde la propiedad de los medios de producción sea colectiva.
  3. Abolida la propiedad privada, desaparecerían las clases y la necesidad del Estado, alcanzando una sociedad comunista igualitaria.

La Segunda Guerra Mundial en el Pacífico

La nueva estrategia de Estados Unidos en el Pacífico, adoptada en mayo de 1943, consistió en dos ofensivas simultáneas: una hacia Japón por el norte y otra hacia las Islas Filipinas por el sur. Aunque la resistencia japonesa entorpeció el avance, la superior capacidad industrial de Estados Unidos permitió reponer y aumentar rápidamente su material bélico.

Avanzando de isla en isla, las tropas estadounidenses se acercaron a Japón, bombardeando sus ciudades desde finales de 1944 y ocupando Iwo Jima y Okinawa entre febrero y junio de 1945. Al mismo tiempo, Estados Unidos recuperó las Islas Filipinas en una campaña prolongada desde octubre de 1944 hasta bien entrado 1945.

A pesar de las derrotas, Japón no parecía dispuesto a rendirse. El nuevo presidente estadounidense, Harry S. Truman, ordenó el lanzamiento de bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945, respectivamente. Las bombas causaron devastación y numerosas muertes, principalmente de civiles.

Dos días después del bombardeo de Hiroshima, la Unión Soviética declaró la guerra a Japón e invadió Manchukuo. El 2 de septiembre de 1945, Japón capituló, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial.

El Segundo Reich Alemán

El Segundo Reich o Imperio Alemán nació en 1871, tras la unificación alemana liderada por el rey de Prusia, Guillermo I, y su canciller, Bismarck. Desde entonces, su poder económico y militar creció, convirtiéndose en la segunda potencia industrial de Europa, superando al Reino Unido hacia 1910, aunque sin alcanzar su dominio naval ni colonial.

Políticamente, Alemania se organizó como una federación dominada por Prusia. Los 26 Estados miembros conservaban sus propias instituciones y una amplia autonomía, excepto en defensa y política exterior. El Reich tenía dos instituciones legislativas: el Reichstag, elegido por sufragio universal masculino, y el Bundesrat, compuesto por representantes de los Estados.

El káiser, también rey de Prusia, era la máxima autoridad del Reich, con amplios poderes, incluyendo la jefatura del ejército y la política exterior. Además, nombraba al canciller federal, que presidía el Bundesrat y solía ser el canciller de Prusia.

A pesar de la apariencia formal de una constitución federal y sufragio universal, el Imperio Alemán era dirigido por Prusia, bajo un poder autoritario sostenido por la aristocracia (los junkers) y la alta burguesía. Entre 1870 y 1914, aunque hubo cambios tras la caída de Bismarck, el autoritarismo y el militarismo se mantuvieron constantes.

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