Sancho Garcés III: Auge y División del Reino de Pamplona en el Siglo XI

El Reinado de Sancho Garcés III de Pamplona (1004-1035)

En los inicios del siglo XI accede al trono navarro Sancho Garcés III (1004-1035). Al ser menor de edad, comenzó a reinar bajo un consejo de regencia formado por su madre, la leonesa Jimena; su abuela, la castellana Urraca, hija de Fernán González; y por los obispos de Nájera, Aragón y Pamplona. Hombre que empleaba la diplomacia y solo en último extremo las armas, logró con negociaciones que los musulmanes devolviesen las plazas ocupadas por Almanzor, y también que se fijaran límites entre Navarra y Castilla por la línea que iba desde San Millán de la Cogolla a Garray, dejando toda La Rioja del lado navarro.

Sancho III amplió sus dominios por el este y más allá de los Pirineos, ya que además de Aragón, anexionado por García Sánchez I, incorporó Sobrarbe (1015) y Ribagorza (1018). También mantenía excelentes relaciones con el conde de Barcelona, Berenguer Ramón I, su cuñado, y con el de Gascuña, Sancho Guillermo, de quien recibió homenaje. Sin embargo, más importante es la actividad de Sancho III en el condado de Castilla y el reino de León. En 1017 se produce la muerte del conde castellano Sancho García, que dejaba al frente del gobierno a García Sánchez, un niño de siete años, cuya defensa sería asumida por Sancho III, cuñado del joven conde, que frenará las ambiciones territoriales de León y asegurará la paz en el interior del condado. Pero ese hecho dejaba al rey navarro en una situación delicada que no llegó a la ruptura porque hubo negociaciones cerradas con el matrimonio de su hermana Urraca con Alfonso V de León, con lo cual desaparecía la tensión y se aceptaba la protección que Sancho ejercía sobre las tierras castellanas, a la vez que el rey navarro desplegaba toda su capacidad diplomática para atraer a la nobleza castellana a su partido.

Pero la muerte de Alfonso V complicó la situación, pues el heredero tenía once años, Bermudo III, bajo la tutela de su madrastra Urraca, hermana del rey navarro, y pronto comenzaron los problemas. Sancho negoció el enlace entre el conde García de Castilla y la infanta Sancha, hermana del leonés, unión que acabaría con la disputa castellano-leonesa por las tierras entre el Cea y el Pisuerga (Tierra de Campos), que serían la dote de la novia. Pero el asesinato del conde el día de la boda (13 de mayo de 1029) truncó el proyecto. Sancho llevó el cuerpo de su cuñado a Oña y se proclamó conde de Castilla, alegando los derechos de su mujer, Mayor, hermana del difunto.

En León la situación se tornó muy difícil cuando una vez declarado mayor de edad, Bermudo III expulsó a su madrastra y a los nobles navarros (1032), lo que condujo a la guerra. Sancho III tomó el título de rey de León y se preparaba para atacar, pero la boda del nuevo conde de Castilla, su hijo Fernando, con Sancha, hermana del rey leonés, paró de momento el ataque. No obstante, la actitud de Bermudo III hizo que Sancho III atacase y ocupase Zamora, Astorga y la propia León (enero de 1034), pero al año siguiente tuvo que abandonar la ciudad y, poco después, en octubre del año 1035, moría. Su reino se repartió entre sus hijos:

  • García Sánchez III, el mayor, heredó Pamplona, acrecentada con las tierras ganadas a Castilla (desde Santander hasta cerca de Burgos).
  • Fernando, el segundo, heredó el condado de Castilla, aumentado con Tierra de Campos, el cual ya era efectivo desde 1029, debido a la intervención navarra en León.
  • Gonzalo, el tercero, recibió los condados de Sobrarbe y Ribagorza.
  • Ramiro, hijo ilegítimo, heredó el condado de Aragón.

Reparto del Reino de Pamplona tras la Muerte de Sancho III

Tras la muerte de Sancho III el Mayor en 1035, su vasto reino se dividió entre sus hijos, marcando un punto de inflexión en la historia de la península ibérica. Este reparto no solo reconfiguró el mapa político, sino que también sembró las semillas de futuros conflictos y alianzas.

  • García Sánchez III heredó el núcleo del reino, Pamplona, junto con las tierras conquistadas a Castilla, extendiéndose desde Santander hasta cerca de Burgos. Esta herencia lo posicionó como el sucesor principal, manteniendo la continuidad del linaje real en Navarra.
  • Fernando I recibió el condado de Castilla, ampliado con la estratégica Tierra de Campos. Su gobierno efectivo en Castilla desde 1029, gracias a la influencia navarra en León, le permitió consolidar su poder y sentar las bases para la futura independencia y expansión de Castilla.
  • Gonzalo obtuvo los condados de Sobrarbe y Ribagorza, territorios pirenaicos que, aunque menos extensos, eran cruciales para el control de las rutas transpirenaicas y la relación con los condados francos.
  • Ramiro I, aunque hijo ilegítimo, fue reconocido con el condado de Aragón. Este hecho no solo muestra la política de Sancho III de integrar a todos sus hijos en la gobernanza, sino que también fue el germen del futuro reino de Aragón, que jugaría un papel fundamental en la Reconquista y la política peninsular.

La división del reino de Sancho III el Mayor tuvo consecuencias duraderas. Por un lado, facilitó la consolidación de Castilla como una entidad política independiente y poderosa bajo el liderazgo de Fernando I. Por otro lado, la fragmentación del poder entre los hermanos sentó las bases para futuras disputas territoriales y dinásticas. La historia posterior de Navarra, Aragón, Castilla y León estaría marcada por las interacciones, conflictos y alianzas entre los descendientes de Sancho III, configurando el panorama político de la España medieval.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *