Sátira Política y Crítica al Turnismo en la Restauración Española: Viñeta de ‘El Buñuelo’ (1880)

Análisis de una Viñeta Satírica de la Revista «El Buñuelo» (1880)

Esta viñeta, publicada en la revista satírica El Buñuelo el 30 de septiembre de 1880, es una fuente iconográfica primaria de contenido político. Se trata de una caricatura con una clara intención satírica contra el sistema del turnismo político, característico del régimen de la Restauración Española (1874-1902). El Buñuelo, de ideología antimonárquica, tuvo una corta vida editorial (1880-1883), publicando solo 53 números de forma irregular en Madrid. El autor firma como «Demócrito», sin que se conozca su verdadera identidad.

Contexto Histórico y Finalidad de la Viñeta

La finalidad de la viñeta era criticar, a través de la prensa, la inmovilidad de Antonio Cánovas del Castillo en el poder. Cánovas fue el arquitecto del sistema de la Restauración, basado en la alternancia pacífica de dos partidos dinásticos: el Conservador, liderado por él mismo, y el Liberal, fundado por Práxedes Mateo Sagasta. La viñeta denuncia que, a pesar de la supuesta alternancia, Cánovas se mantenía en el poder. Además, muestra a la nación española como pasiva y con los ojos cerrados ante las tácticas electorales fraudulentas del sistema.

Descripción e Interpretación de la Imagen

  • Idea Principal: La crítica central de la viñeta es el turnismo inmóvil ideado por Cánovas. En el centro de la imagen, un burro (hambriento, delgado y con los ojos vendados) hace girar una noria. En los cubos de la noria, aparece repetidamente la cabeza de Cánovas, simbolizando su constante permanencia en el poder.
  • Ideas Secundarias:
    • El burro representa al pueblo español, necesario para activar el sistema, pero que vive en condiciones precarias e ignora el funcionamiento fraudulento del turno de partidos.
    • La noria representa la maquinaria electoral, que se activa en cada elección. El giro continuo del burro siempre produce el mismo resultado: la perpetuación de Cánovas en el poder.

La viñeta también hace referencia a la literatura cervantina, con un molino al fondo y un caballo que recuerda a las imágenes descritas en El Quijote. El pie de imagen, «El turno pacífico de los partidos», es irónico, ya que en ese momento el turnismo aún no se había producido plenamente. Esto refuerza la denuncia de que el sistema no estaba funcionando como se había prometido.

La Restauración Borbónica (1874-1931): Un Sistema en Crisis

El Inicio de la Restauración y el Sistema Canovista

La Restauración borbónica comenzó en 1874 con el pronunciamiento del general Arsenio Martínez Campos en Sagunto, que proclamó rey a Alfonso XII. Este evento puso fin al inestable Sexenio Democrático (1868-1874). Antonio Cánovas del Castillo diseñó un sistema político con el objetivo de consolidar la monarquía y establecer un sistema estable. Para ello, limitó libertades, impuso un fuerte centralismo y diseñó un sistema electoral manipulable.

En 1876, se promulgó una nueva Constitución que establecía una monarquía constitucional con soberanía compartida. El sistema político se basó en el bipartidismo, con la alternancia del Partido Conservador (Cánovas) y el Partido Liberal (Sagasta). Esta alternancia, conocida como «turno pacífico», se sustentaba en el fraude electoral, a través del «encasillado» y el «pucherazo», con la colaboración de gobernadores, alcaldes y caciques locales.

La Crisis del Sistema y el Camino a la Dictadura

Entre 1914 y 1923, España atravesó una profunda crisis política. La Primera Guerra Mundial, aunque España se mantuvo neutral, agravó la situación económica y social. En 1917, estalló una crisis en tres frentes: las Juntas de Defensa (militares), la Asamblea de Parlamentarios (reformistas) y la huelga general revolucionaria (UGT y CNT). La falta de coordinación entre estos movimientos debilitó al sistema.

La inestabilidad política se agravó entre 1918 y 1923, con una alta conflictividad social, especialmente en Barcelona (huelga de La Canadiense, pistolerismo). El desastre de Annual en 1921, una derrota militar en Marruecos, fue el golpe definitivo. El general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado el 13 de septiembre de 1923, con el apoyo del rey Alfonso XIII, instaurando una dictadura.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) y el Fin de la Monarquía

La dictadura de Primo de Rivera marcó el fin del sistema de la Restauración. Inicialmente, el golpe fue bien recibido, presentándose como un régimen regeneracionista. Primo de Rivera instauró un Directorio Militar, suspendió la Constitución y creó la Unión Patriótica como partido único. Uno de sus mayores logros fue la solución temporal del problema marroquí (desembarco de Alhucemas, 1925).

En 1925, se instauró un Directorio Civil, pero el descontento creció. Alfonso XIII se distanció del dictador, quien dimitió en enero de 1930. Tras su caída, se intentó restaurar la normalidad constitucional, pero el sistema estaba agotado. Las fuerzas opositoras firmaron el Pacto de San Sebastián (agosto de 1930), acordando la instauración de la República. En las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, el triunfo republicano llevó a Alfonso XIII al exilio, y el 14 de abril se proclamó la Segunda República, poniendo fin a la monarquía borbónica.

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