Segunda República Española: Auge, Reformas y Caída (1931-1936)

La Caída de la Monarquía de Alfonso XIII y la Proclamación de la Segunda República

Tras la dimisión de Primo de Rivera el 28 de enero de 1930, el nuevo gobierno presidido por el general Berenguer pretendió la vuelta a la normalidad constitucional. La monarquía era cuestionada por su comportamiento durante la dictadura.

Los republicanos, junto con los socialistas, se presentaban como la única fuerza realmente renovadora. Exigieron un proceso constituyente para alcanzar un régimen republicano y reconocían el derecho de Cataluña a un estatuto de autonomía. Ante la negativa de Berenguer de conceder estas peticiones, los republicanos recurrieron a las conspiraciones, como la insurrección de Jaca (diciembre de 1930).

El nuevo gobierno, presidido por el almirante Aznar, aceptó convocar elecciones municipales para abril de 1931. El triunfo republicano en las grandes ciudades significó la caída de la Monarquía. El día 13 de abril las multitudes empezaron a tomar la calle.

A primeras horas del 14 de abril, el ayuntamiento de Eibar proclamó la República y al mediodía en Barcelona se extendió a Sevilla, Valencia, Zaragoza… El rey Alfonso XIII se exilió.

Este primer gobierno republicano estaba integrado por una coalición formada por republicanos católicos de derecha, por republicanos de centro-izquierda, socialistas, nacionalistas catalanes y gallegos.

El Periodo Constituyente

El Gobierno Provisional se comprometió a convocar Cortes constituyentes. Los primeros conflictos llegaron pronto: quema de conventos, recorte de los privilegios de la Iglesia. Las Cortes constituyentes elaboraron una nueva constitución muy avanzada para su tiempo. Fue aprobada el 9 de diciembre de 1931:

  • Cámara única.
  • El sufragio universal se amplió a mujeres y soldados.
  • El Estado era «integral», no federal, pero se daba la oportunidad a las «regiones» para acceder a la autonomía.
  • Se reconocían los derechos individuales.
  • El gobierno podía expropiar bienes considerados de utilidad pública.

Alcalá Zamora fue elegido Presidente de la República y Azaña presidía el gobierno formado por republicanos, socialistas y nacionalistas.

El Bienio Reformista (1931-1933)

Serie de reformas que pretenden la radical separación de la Iglesia y el Estado, la modernización del ejército, la descentralización del Estado para satisfacer a los nacionalistas y la redistribución de la tierra.

La Cuestión Religiosa

La separación de la Iglesia y el Estado. Sucesivos decretos disolvieron la Compañía de Jesús, confiscando sus fincas, establecieron el matrimonio civil y el divorcio. La Ley de Congregaciones de 1933 prohibía a la Iglesia y a las órdenes religiosas la enseñanza.

Hacia la Modernización del Ejército

La reforma del ejército se debe a Azaña, que pretendía un régimen desmilitarizado, reduciendo la función de las fuerzas armadas a la defensa exterior. La oposición se puso de manifiesto mediante un golpe de Estado fracasado del general Sanjurjo en agosto de 1932.

La Cuestión Agraria

En la década de los 30, la importancia del sector primario era considerable. Existencia de latifundios. Para encarar el problema agrario se promulgó una serie de decretos que trataban de proteger a los arrendatarios y a los campesinos sin tierra.

Ley de Reforma Agraria: El objetivo de la ley no fue una revolución agraria o una colectivización de la tierra, sino que sus objetivos fueron más moderados. La ley permitía expropiar sin indemnización sólo las tierras de los Grandes de España.

El Bienio de Derechas (1933-1935)

La Crisis de la Coalición Republicano-Socialista

A lo largo de 1933 se hacía cada vez más evidente el desgaste de los políticos del Bienio Reformista. Grupos importantes de las clases medias se desplazaron hacia la derecha. Por otro lado, la ineficacia de las reformas en profundidad, que habrían mejorado las condiciones de vida del proletariado urbano y agrícola, restó apoyos al gobierno. Por ello, más pronto o más tarde, las fuerzas de izquierdas fueron radicalizándose. Alcalá Zamora aceptó la dimisión de Azaña y disolvió las Cortes en octubre de 1933. En las elecciones del 18 de noviembre, con una izquierda desencantada y desunida y con la abstención de importantes masas obreras, el centro-derecha alcanzó la mayoría parlamentaria.

La Etapa de Derechas: 19 de noviembre de 1933 a 29 de diciembre de 1935

Alcalá Zamora nombró a Lerroux jefe de un gobierno compuesto sólo por radicales, pero con el apoyo de los monárquicos y de la CEDA. Pronto comenzó la liquidación de la obra hecha en el bienio anterior.

La Revolución de Octubre de 1934: Asturias y Cataluña

La llegada de miembros de la CEDA al gobierno fue interpretada por las fuerzas de izquierda como un camino abierto al fascismo. Al día siguiente de la formación del nuevo gobierno, se produjeron huelgas generales en las grandes ciudades que fracasaron por falta de coordinación y por la respuesta contundente del gobierno. A pesar de esto, en Cataluña y Asturias los acontecimientos alcanzaron especial importancia.

En Cataluña, Lluís Companys, Presidente de la Generalitat, optó por encabezar la insurrección y proclamó el 6 de octubre «l´Estat Catalá» (el Estado Catalán) dentro de la República Federal Española. Fueron detenidos altos cargos (Azaña).

En Asturias, el movimiento obrero duró todavía muchos días, creándose una situación auténticamente revolucionaria. Anarquistas, comunistas y socialistas ocuparon la cuenca minera y se hicieron con armas. El movimiento fue aplastado, tras una dura resistencia, por el ejército el 17 de octubre.

Consecuencias:

  1. Fue un preludio de la Guerra Civil.
  2. 1000 mineros muertos, unos 2000 heridos y 300 soldados o guardias muertos. Miles de detenidos.
  3. La influencia de la CEDA en el gobierno aumentó.

En diciembre de 1935, Alcalá Zamora decidió convocar elecciones para febrero de 1936.

El Frente Popular y el Camino a la Guerra Civil (1936)

Durante la década de los 30 se fue consolidando en Europa una política de unión de las fuerzas liberales y de izquierdas para contrarrestar un fascismo cada vez más amenazante. Estos frentes amplios recibieron el nombre de frentes populares.

Para las elecciones de febrero del 36 se formó un Frente Popular con republicanos (IR, UR), socialistas (PSOE, UGT) y comunistas. El programa del Frente Popular era más que nada reformista. La derecha comenzó la campaña desunida. Pero pronto vieron la necesidad de formar alianzas, formando el Frente Nacional, que no tuvo carácter general. Falange Española presentó candidaturas propias.

Las Elecciones de Febrero de 1936

Los resultados electorales prefiguran las dos Españas que lucharán en la próxima guerra. El Frente Popular, a pesar de que obtiene un triunfo ajustado en votos, consigue una cómoda mayoría parlamentaria. El nuevo gobierno estaba formado por los republicanos de izquierdas (Izquierda Republicana y Unión Republicana), tal como estaba previsto en el programa del Frente Popular. Los socialistas quedaron fuera, dejando el gobierno en manos de unos partidos que habían obtenido un respaldo relativamente pequeño. El gobierno pasará a estar presidido por Casares Quiroga hasta el día 19 de julio, mientras que Manuel Azaña será nombrado Presidente de la República.

Hacia la Guerra Civil

El nuevo gobierno reinició las reformas del primer Bienio Republicano, sobre todo la reforma agraria. La CNT planteó la jornada de 36 horas y la expropiación de las fincas de más de 50 hectáreas. Todo ello provocó cierres patronales, huida de capitales y recrudecimiento del terrorismo, tanto de la extrema derecha como de los grupos de izquierda.

En estas circunstancias parecía claro que estaba próximo un alzamiento de los militares contra el gobierno, que a su vez reaccionó trasladando al general Mola a Navarra y a Franco a Canarias, medidas que demuestran la debilidad del gobierno que, por otra parte, teme también un estallido revolucionario. En marzo, un grupo de generales (Mola, Saliquet, Varela), a los que en el último momento se unirá Franco, acordaron “un alzamiento que restableciese el orden”, la dirección del cual recayó en Mola.

La noche del 17 de julio se insurreccionaba la guarnición de Marruecos, iniciándose un golpe de Estado, que al fracasar en muchas zonas de España, se transformará en una larga Guerra Civil.

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