La Segunda República (1931-1936)
Proclamación y Gobierno Provisional
Tras la abdicación y exilio de Alfonso XIII, un Gobierno Provisional asumió el poder con la tarea de convocar Cortes Constituyentes. En este gobierno estaban representadas casi todas las tendencias políticas, desde la derecha republicana hasta la izquierda:
- Socialistas: Partido mayoritario de la izquierda con tres ministerios. Fernando de los Ríos, Indalecio Prieto y Largo Caballero.
- Republicanos Radicales: De centro derecha populista con dos ministerios. Lerroux y Martínez Barrios.
- Republicanos Radicalsocialistas: De centro izquierda con un ministerio. Marcelino Domingo.
- Acción Republicana: De la misma tendencia con un ministerio: Manuel Azaña.
- Nacionalistas Catalanes: Nicolau d’Olwer.
- Nacionalistas Gallegos: Casares Quiroga.
Fuera del gobierno quedó básicamente la derecha monárquica, el Partido Comunista de España (PCE), recién creado y con escasa influencia en las masas, y las organizaciones anarquistas apolíticas que definieron la república como una república burguesa.
La república se proclamó dentro de una difícil situación económica internacional (crisis del 29 y depresión de los años 30). En España, los efectos de la crisis supusieron caída de la producción industrial, fábricas con actividad a ritmo lento, y en la agricultura (45.5% de la población activa) cuatrocientos mil parados, altas tasas de paro también en la industria, y doscientos mil salarios muy bajos. Las repercusiones políticas de esta situación fueron altas exigencias al gobierno republicano por parte de los sindicatos UGT y CNT, al tiempo que las clases propietarias reaccionarias, monárquicas y antirrepublicanas bloqueaban en la práctica muchas reformas del gobierno. La situación internacional se radicalizaba con el ascenso de los movimientos fascistas: los fascistas italianos (Mussolini) gobernaban desde 1922 y los nazis (Hitler) alcanzarían el poder en 1933.
Las elecciones se celebraron en junio de 1931, dando la mayoría a la izquierda (coalición republicana socialista). Los comunistas obtuvieron un escaño y la derecha quedó en minoría. Se inicia así la primera etapa de la república: la izquierda en el poder.
Coalición Republicano-Socialista (1931-1933)
Esta alianza elaboró la Constitución al tiempo que inició las reformas que consideró más urgentes con el fin de dotar al régimen de una amplia base social entre las clases medias y clases trabajadoras.
Constitución de 1931
Inspirada en la constitución alemana de Weimar, fue en su momento la más progresista de Europa. Definía España como «república de trabajadores de todas las clases». El poder legislativo (Cortes) estaba compuesto por una sola cámara: el Congreso de Diputados. El gobierno era responsable ante el Congreso. Creaba el Tribunal Supremo y el Tribunal de Garantías Constitucionales, concedía a las mujeres el derecho al voto (art. 34), definía a España como estado laico y en consecuencia separaba la Iglesia del Estado, establecía la libertad de culto sin restricciones, aprobaba el divorcio y el matrimonio civil. La jefatura del estado estaba representada por el Presidente de la República elegido por el Congreso con derecho de veto y de disolución de la cámara. La Constitución fue aprobada por amplia mayoría y solo votó en contra la extrema derecha.
Las Reformas del Gobierno de Coalición
La Enseñanza
Para el republicanismo español y la izquierda, la modernización de España pasaba por la educación, el acceso de las masas a la formación y la cultura. En 1930 había un millón de niños sin escolarizar, un 44% de analfabetos en el conjunto de la población, pocos maestros y mal pagados. Las reformas del gobierno consistieron en multiplicar por ocho el presupuesto de educación con el fin de crear una red de enseñanza pública, se construyeron siete mil escuelas, se aumentó el sueldo a los maestros. En la enseñanza secundaria, los institutos se multiplicaron por dos para arrebatarle a la Iglesia el monopolio que mantenía en la educación de los jóvenes. Esta política provocó el primer enfrentamiento serio con la Iglesia española y el Vaticano.
El Enfrentamiento con la Iglesia
El enfrentamiento se enconó cuando el gobierno comenzó a aplicar el laicismo del estado. Las nuevas leyes dieron un giro a las relaciones entre la Iglesia y el estado de España. La Iglesia española, que desde el concordato de 1851 había unido su suerte a la de las clases conservadoras y había rehecho su patrimonio, no aceptó la constitución republicana. La aprobación del divorcio, del matrimonio civil, de la suspensión de la enseñanza obligatoria del catecismo en las escuelas, la desaparición de los símbolos religiosos, la prohibición de impartir enseñanza a las órdenes religiosas rompieron cualquier posibilidad de acuerdo. La quema de iglesias y conventos en once ciudades españolas (suceso no aclarado) rompieron las relaciones entre el gobierno y el Vaticano, al tiempo que católicos con cargos públicos en el estado republicano dimitieron (Antonio Maura, ministro). La Iglesia selló su alianza con la derecha española e iniciaría una política de conspiración antirrepublicana.