Siglo XIX en España: Reformas, guerras y regencia

La crisis de 1808: La Guerra de Independencia y los comienzos de la Revolución Liberal

Repercusiones de la Revolución Francesa (1789-1808)

Ante las noticias procedentes de París, Carlos IV y su ministro Floridablanca toman medidas para evitar el contagio revolucionario: cierre de fronteras y estricta censura de prensa. Destituidos Floridablanca y Aranda por no involucrar a España en una guerra contra la Francia revolucionaria, Carlos IV nombra a Manuel Godoy como primer ministro en 1792. La ejecución de Luis XVI en enero de 1793 acelera la intervención española en una coalición internacional contra la Convención francesa. La derrota militar española fue rápida y concluyente, firmándose en 1795 la Paz de Basilea, por la que España cede la parte española de la isla de Santo Domingo y algunas ventajas comerciales.

La alianza con Francia

En 1796, Godoy se alía con Francia contra Inglaterra, que amenazaba las posesiones españolas en América (Tratado de San Ildefonso, 19 de agosto). El resultado fue desastroso: derrota del cabo de San Vicente, pérdida de la isla de Trinidad y corte del tráfico comercial con América. Tras un paréntesis de neutralidad, se firma con Napoleón el Segundo Tratado de San Ildefonso en 1800. Un año después vuelve Godoy. España invade Portugal, ocupando Olivenza (Guerra de las Naranjas (febrero-marzo 1801)), recupera Menorca, pero sufre la derrota de Trafalgar (1805).

El desastre no impidió que en 1807 se sellara el Tratado de Fontainebleau con Napoleón, permitiendo la invasión francesa de Portugal.

El Motín de Aranjuez

Para entonces, Godoy era muy criticado. Tras el fracaso de la Conspiración del Cuarto del Príncipe (El Escorial), los acontecimientos se precipitan. Godoy, al darse cuenta de las intenciones de Napoleón de ocupar España, decide el traslado de la familia real a América, pero el 19 de marzo de 1808 estalla un motín popular organizado por cortesanos partidarios de Fernando VII, apoyados por la nobleza y el clero. Godoy es depuesto, y Carlos IV abdica en su hijo Fernando VII. El nuevo rey entra en Madrid el 24 de marzo de 1808, cuando las tropas francesas ya están en la Península. Napoleón atrae a Bayona a la familia real el 20 de abril y consigue que Fernando VII devuelva el trono a su padre. Posteriormente, Carlos IV abdicará a favor de José Bonaparte.

Napoleón reúne a 93 notables españoles que sancionan la Constitución de Bayona, elaborada por él mismo, y ordena el traslado del resto de la familia real a Francia.

La Guerra de Independencia

Los madrileños se sublevan contra los franceses el 2 de mayo. La noticia recorre España produciendo levantamientos. Comienza la primera fase de la guerra, cuyo hito principal es la victoria de Castaños sobre Dupont en Bailén el 19 de julio de 1808. A comienzos de agosto, Junot solo controla el territorio al norte del Ebro. Surgen Juntas Provinciales de Gobierno que asumen la soberanía del reino y constituyen en Madrid la Junta Central Suprema Gubernativa del Reino, presidida por Floridablanca.

En noviembre, Napoleón cruza los Pirineos, ocupa Vitoria, derrota al ejército español en Somosierra y el 4 de diciembre entra en Madrid. El ejército inglés de Moore es obligado a reembarcar en La Coruña. Comienza la segunda fase de la guerra con la ocupación sistemática del territorio español, a excepción de Cádiz. En este periodo tienen lugar dos hechos decisivos: la acción de las guerrillas (Espoz y Mina, el cura Merino, el Empecinado) y la llegada del ejército inglés de Wellington, que libera Portugal.

En la primavera de 1812, la formación de la Grande Armée contra Rusia obliga a Napoleón a retirar tropas de España. Comienza la tercera fase. Wellington inicia una ofensiva general y derrota a Marmont en Los Arapiles. El fracaso francés en Rusia impulsa a Wellington a derrotar a José Bonaparte en Vitoria. Una victoria en San Marcial pone fin a la guerra. Las últimas tropas francesas abandonan Cataluña el 4 de junio de 1814.

Los comienzos de la Revolución Liberal

Paralelamente, las Juntas Provinciales delegan en la Junta Central Suprema el gobierno en nombre del rey ausente. Esta actuó con firmeza, firmando un tratado de alianza con Inglaterra, creando una contribución extraordinaria de guerra y reorganizando el ejército. Reunió todos los Consejos del Reino en uno solo, el Consejo y Tribunal Supremo de España e Indias. De él dependía un gobierno a cuyo frente estuvo Martín Garay, pero pronto surgió la Regencia, presidida por Castaños, quien convocó Cortes en Cádiz.

Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

Las Cortes de Cádiz

La celebración de elecciones en situación de guerra favoreció que se reunieran el 24 de octubre de 1810 unas Cortes con preponderancia de burgueses de ciudades comerciales del litoral (solo 9 nobles y 3 obispos). Se formaron dos grupos:

  • Liberales: partidarios de reformas revolucionarias.
  • Absolutistas: partidarios del Antiguo Régimen.

La mayoría liberal defendió dos objetivos: realizar reformas que acabaran con las estructuras del Antiguo Régimen y aprobar una Constitución. Entre las principales reformas:

  • Libertad de imprenta y supresión de la censura (1810)
  • Abolición del régimen señorial (1811)
  • Supresión de la Inquisición (1813)
  • Abolición de los gremios y libertad económica (1813)
  • Supresión de los privilegios de la Mesta (1813)
  • Desamortización de bienes de las Órdenes Militares y de los jesuitas (1813)

La Constitución de 1812

Aprobada el 19 de marzo de 1812 (La Pepa), fue la primera Constitución liberal de la historia. Elaborada principalmente por Agustín Argüelles, Diego Muñoz Torrero y Evaristo Pérez de Castro. Aspectos fundamentales:

  • Soberanía nacional
  • División de poderes: legislativo (Cortes unicamerales), ejecutivo (Rey con limitaciones), judicial (tribunales).
  • Igualdad de los ciudadanos ante la ley
  • Derechos individuales: educación, libertad de imprenta, inviolabilidad de domicilio, propiedad privada.
  • Catolicismo como única religión permitida.
  • Reorganización del ejército: servicio militar obligatorio, ejército permanente y Milicia Nacional.

La Constitución estuvo vigente entre marzo de 1812 y marzo de 1814, enero de 1820 y noviembre de 1823, y agosto de 1836 y junio de 1837.

Isabel II. Las Regencias

Regencia de María Cristina (1833-1840)

Coincide con la Primera Guerra Carlista. María Cristina de Nápoles asume la Regencia, apoyada en los liberales. Cea Bermúdez continuó una política de reformismo ilustrado. Su principal medida fue la división provincial (49 provincias), obra de Javier de Burgos, pretendiendo centralizar un territorio. Pero la medida fue insuficiente para los liberales, y María Cristina nombró a Martínez de la Rosa, un liberal moderado, cuyos objetivos fueron la transición hacia el liberalismo y detener la insurrección carlista.

En 1834 promulga el Estatuto Real, una carta otorgada que concede reformas, incluyendo Cortes bicamerales con funciones limitadas. Las reformas de Martínez de la Rosa provocaron descontento. En el verano de 1835 surgen Juntas exigiendo Cortes constituyentes, libertad de prensa, etc. La Regente nombra a Juan Álvarez Mendizábal, quien inicia reformas, siendo la más conocida la desamortización de bienes del clero. Pero las revueltas continúan. En 1836, un grupo de suboficiales se subleva en La Granja, forzando a la Regente a suspender el Estatuto Real y restablecer la Constitución de 1812. Se convocan elecciones a Cortes Constituyentes.

En 1837 se aprueba una Constitución progresista que establece una monarquía constitucional progresista. Las nuevas Cortes promulgaron leyes como la disolución del régimen señorial y la abolición del diezmo eclesiástico.

La Regencia del General Espartero (1840-1843)

Tras la victoria de los moderados en las elecciones de 1838 se suceden varios gobiernos de corta duración. En 1840, el gobierno moderado trata de frenar las reformas. El general Espartero asume las demandas de las Juntas y obliga a María Cristina a abandonar la regencia. Su gobierno autoritario sirvió para reprimir pronunciamientos moderados y provocó el descontento de los progresistas. En 1842, tras la firma del tratado de libre comercio con Gran Bretaña, se produce la revuelta de Barcelona. Su actuación le hizo perder apoyos, formándose una alianza en su contra que en el verano de 1843 forzará su salida de la regencia.

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