12.5 EL SISTEMA POLÍTICO DE LA RESTAURACIÓN. El principal defensor de los derechos de la monarquía borbónica durante el Sexenio democrático fue Antonio Cánovas del Castillo quién, consciente de que el regreso de la monarquía con Isabel II provocaría muchas críticas, logró la abdicación de la reina en su hijo Alfonso. Cánovas creó el partido alfonsino, en el que reunió a todos los liberales conservadores y a gran parte del ejército. Según el plan de Cánovas, la restauración monárquica debía haber sido designada por las Cortes, para ello redactó el manifiesto de Sandhurst , que puso en boca del futuro rey, en el prometía implantar un régimen constitucional y parlamentario frente a la inestabilidad de la República: orden, patriotismo, religiosidad católica y liberalismo doctrinario, pero el General Martínez Campos se adelantó dando un pronunciamiento militar en Sagunto que, aceptado por Serrano y por el Ejército, significó la proclamación de Alfonso de Borbón como monarca con el nombre de Alfonso XII. (1875 –1885). EL SISTEMA CANOVISTA. EL PENSAMIENTO POLÍTICO DE CÁNOVAS DEL CASTILLO. Cánovas basó el sistema de la Restauración sobre dos apoyos: la soberanía compartida del Rey y las Cortes, y una práctica política que debía efectuarse sobre el principio de la existencia de unos partidos políticos oficiales que aceptasen la legalidad constitucional, dos partidos – siguiendo el modelo inglés – que fuesen turnándose en el poder (lo conseguido por un partido no debía ser ignorado o suprimido por otro). Las elecciones representaban un mero trámite con el que se pretendía dotar la decisión del Rey de cierta legitimidad popular. (Debido al falseamiento de las votaciones): ‐ El Partido Conservador tuvo su origen en el partido alfonsino, creado por Cánovas en las elecciones de 1869, y estaba formado por moderados y unionistas, algunos progresistas moderados y parte del sector católico. Era un partido muy estructurado y cohesionado. En sus bases sociales este partido estaba formado por grandes propietarios agrarios y la burguesía. Este partido estuvo tuvo liderado por Cánovas hasta su muerte en 1897. ‐ El Partido Liberal o Fusionista era un grupo más fragmentado y heterogéneo, pues no dejaba de ser un conglomerado de la oposición más moderada. Nació de una separación de los antiguos progresistas, unionistas y políticos descontentos con Canovas. En sus bases sociales este partido estaba formado por Altos funcionarios y Clases Medias. Este partido estuvo liderado por Sagasta. Sin embargo, Cánovas no tuvo en cuenta a todas las fuerzas sociales y políticas que aparecieron en este periodo e impidió a los republicanos el acceso al poder por su negativa a aceptar a la monarquía. Cánovas se propuso varios objetivos: Elaborar una constitución y desarrollar un sistema político basado en el bipartidismo y pacificar el país poniendo fin a la guerra carlista y al conflicto cubano. La primera medida política de importancia fue la convocatoria de elecciones para unas cortes constituyentes ya que la Constitución de 1869 había quedado sin efecto tras la proclamación de la República. Estas elecciones se hicieron por sufragio universal, pero posteriormente se volverá al sufragio censitario. Se trató de una Constitución de carácter muy conservador.
La Constitución de 1876. Se caracteriza por: 1. Soberanía compartida entre las cortes y el rey. (Como en la Constitución de 1845). 2. Se consideraba a la monarquía como una institución superior, incuestionable, permanente y al margen de cualquier decisión política. El rey poseía atribuciones muy amplias:
derecho de veto, nombramiento de ministros, jefe del Ejército, iniciativa legislativa, poder para convocar a las Cortes, suspenderlas o disolverlas sin contar con el gobierno.
De esta manera el monarca se sitúa por encima del gobierno. 3. Las Cortes eran bicamerales (Senado y Congreso de los Diputados). El Congreso de los Diputados era elegido por votación popular. Aunque aquí no se establece el tipo de sufragio, en una ley posterior se estableció el voto censitario y más tarde universal masculino. El Senado estaba formado por senadores por derecho propio o vitalicio, lo que daba opción al rey para nombrar a los senadores. Ambas cámaras compartían con el rey la iniciativa legislativa. 4. El poder judicial residía en los Tribunales de Justicia, que la ejercían en nombre del Rey. Se establecía una uniformidad para todos los españoles, lo que supuso el fin de los privilegios forales del País Vasco 5. Se proclama la Confesionalidad Católica del Estado, aunque toleraba las otras religiones siempre que no se hiciese manifestación pública de ellas. El Estado se compromete a mantener económicamente al clero. 6. Declaración de derechos y deberes de los españoles. La declaración de derechos se caracterizó por su sobriedad y quedaban a decisión del rey, quien podía restringirlos o suspenderlos. (Especialmente los derechos de imprenta, expresión, asociación y reunión). En el Pacto del Pardo (1885), conservadores y liberales establecieron un sistema de rotación en el poder. Cuando el partido que estaba en el poder se veía sometido a fuertes presiones internas, el rey llamaba a gobernar a otro partido. Este pacto entre los partidos garantizaba su turno en el poder de manera pacífica, ya que el cambio de gobierno se realizaba por decisión del rey, dando igual el tipo de sufragio existente. Para cambiar de gobierno, se preparaban nuevas elecciones que se caracterizan por ser manipuladas para que el resultado beneficiara al nuevo gobierno. Este falseamiento se realizaba a través del encasillado, que era un acuerdo previo entre los dos partidos sobre el reparto de los diputados. En el momento de las elecciones se recurría al pucherazo, que consiste en la manipulación de los votos. Este falseamiento de los votos era posible gracias al alto índice de analfabetismo y al desinterés de la población. Además, la dependencia campesina de los terratenientes daba lugar al caciquismo, en donde los grandes propietarios coaccionaban a los campesinos que dependían económica y laboralmente de ellos. La primera etapa de este nuevo periodo estuvo marcada por el predominio de los gobiernos conservadores presididos por Cánovas del Castillo. Esta etapa (1875 – 1881) las actuaciones más importantes del gobierno fueron: La victoria militar sobre los carlistas. Cánovas consiguió que el general Cabrera, general carlista, reconociera a Alfonso XII como legitimo rey de España. La abolición definitiva de los fueros vascos y navarros (1876), aunque siguieron teniendo privilegios económicos. Esta abolición provocó el surgimiento del movimiento fuerista que pedía la restitución de los privilegios forales y la defensa de la lengua vasca. La pacificación de Cuba. En 1878, se consigue sofocar la insurrección de los independentistas cubanos. Cuba se convierte en una provincia española, se indultó a los independentistas y se abolió la esclavitud en Cuba. Designación gubernamental de los alcaldes con más de 30.000 habitantes. Esto se realiza para reforzar el control del gobierno sobre las ciudades más grandes, donde el fraude electoral era más complicado. Establecimiento de un arancel aduanero, para aumentar las tasas, reforzar el proteccionismo y defender los productos españoles frente a la competencia extranjera. Implantación del sufragio censitario y aumentar la mayoría de edad a los 25 años. En 1881 comenzó a funcionar el turno de partidos. Los liberales estaban impacientes tras permanecer más de seis años en la oposición, presionaron a Cánovas y al rey para que les facilitaran el acceso al poder. Cánovas cedió el gobierno a los liberales de Sagasta ya que consideraba imprudente prolongar la marginación del poder del Partido Liberal, donde había destacados generales del Ejército. Así pues entre 1881 a 1884 suben al gobierno los liberales. Durante 1884 y 1885 volvieron a gobernar los conservadores con Cánovas a la cabeza.
La Constitución de 1876. Se caracteriza por: 1. Soberanía compartida entre las cortes y el rey. (Como en la Constitución de 1845). 2. Se consideraba a la monarquía como una institución superior, incuestionable, permanente y al margen de cualquier decisión política. El rey poseía atribuciones muy amplias:
derecho de veto, nombramiento de ministros, jefe del Ejército, iniciativa legislativa, poder para convocar a las Cortes, suspenderlas o disolverlas sin contar con el gobierno.
De esta manera el monarca se sitúa por encima del gobierno. 3. Las Cortes eran bicamerales (Senado y Congreso de los Diputados). El Congreso de los Diputados era elegido por votación popular. Aunque aquí no se establece el tipo de sufragio, en una ley posterior se estableció el voto censitario y más tarde universal masculino. El Senado estaba formado por senadores por derecho propio o vitalicio, lo que daba opción al rey para nombrar a los senadores. Ambas cámaras compartían con el rey la iniciativa legislativa. 4. El poder judicial residía en los Tribunales de Justicia, que la ejercían en nombre del Rey. Se establecía una uniformidad para todos los españoles, lo que supuso el fin de los privilegios forales del País Vasco 5. Se proclama la Confesionalidad Católica del Estado, aunque toleraba las otras religiones siempre que no se hiciese manifestación pública de ellas. El Estado se compromete a mantener económicamente al clero. 6. Declaración de derechos y deberes de los españoles. La declaración de derechos se caracterizó por su sobriedad y quedaban a decisión del rey, quien podía restringirlos o suspenderlos. (Especialmente los derechos de imprenta, expresión, asociación y reunión). En el Pacto del Pardo (1885), conservadores y liberales establecieron un sistema de rotación en el poder. Cuando el partido que estaba en el poder se veía sometido a fuertes presiones internas, el rey llamaba a gobernar a otro partido. Este pacto entre los partidos garantizaba su turno en el poder de manera pacífica, ya que el cambio de gobierno se realizaba por decisión del rey, dando igual el tipo de sufragio existente. Para cambiar de gobierno, se preparaban nuevas elecciones que se caracterizan por ser manipuladas para que el resultado beneficiara al nuevo gobierno. Este falseamiento se realizaba a través del encasillado, que era un acuerdo previo entre los dos partidos sobre el reparto de los diputados. En el momento de las elecciones se recurría al pucherazo, que consiste en la manipulación de los votos. Este falseamiento de los votos era posible gracias al alto índice de analfabetismo y al desinterés de la población. Además, la dependencia campesina de los terratenientes daba lugar al caciquismo, en donde los grandes propietarios coaccionaban a los campesinos que dependían económica y laboralmente de ellos. La primera etapa de este nuevo periodo estuvo marcada por el predominio de los gobiernos conservadores presididos por Cánovas del Castillo. Esta etapa (1875 – 1881) las actuaciones más importantes del gobierno fueron: La victoria militar sobre los carlistas. Cánovas consiguió que el general Cabrera, general carlista, reconociera a Alfonso XII como legitimo rey de España. La abolición definitiva de los fueros vascos y navarros (1876), aunque siguieron teniendo privilegios económicos. Esta abolición provocó el surgimiento del movimiento fuerista que pedía la restitución de los privilegios forales y la defensa de la lengua vasca. La pacificación de Cuba. En 1878, se consigue sofocar la insurrección de los independentistas cubanos. Cuba se convierte en una provincia española, se indultó a los independentistas y se abolió la esclavitud en Cuba. Designación gubernamental de los alcaldes con más de 30.000 habitantes. Esto se realiza para reforzar el control del gobierno sobre las ciudades más grandes, donde el fraude electoral era más complicado. Establecimiento de un arancel aduanero, para aumentar las tasas, reforzar el proteccionismo y defender los productos españoles frente a la competencia extranjera. Implantación del sufragio censitario y aumentar la mayoría de edad a los 25 años. En 1881 comenzó a funcionar el turno de partidos. Los liberales estaban impacientes tras permanecer más de seis años en la oposición, presionaron a Cánovas y al rey para que les facilitaran el acceso al poder. Cánovas cedió el gobierno a los liberales de Sagasta ya que consideraba imprudente prolongar la marginación del poder del Partido Liberal, donde había destacados generales del Ejército. Así pues entre 1881 a 1884 suben al gobierno los liberales. Durante 1884 y 1885 volvieron a gobernar los conservadores con Cánovas a la cabeza.