4.1. LOS REINOS CRISTIANOS EN LA BAJA Edad Media: LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA. LAS INSTITUCIONES
El reino de Castilla constituía una monarquía hereditaria y patrimonial, donde la nobleza se opónía a las pretensiones monárquicas. Esto llevó, en el Siglo XIV, a la guerra civil entre Pedro I, y Enrique de Trastámara, que encabezó una rebelión nobiliaria. Tras la guerra se instauró una nueva dinastía en el trono, Trastámara, y la nobleza fue recompensada con generosas concesiones por su apoyo al nuevo monarca (mercedes enriqueñas).A pesar de ello en la baja edad media la monarquía se fortalecíó. Se produjo la fusión de las Cortes de Castilla y León, nace la Audiencia (Chancillería) como órgano supremo de justicia, sólo supeditado al rey;
Y aparecen la Contaduría o hacienda, y el Condestable que dirige el ejercito regional. La Corte extraordinaria, (asamblea de los tres estamentos), limita su función al voto de subsidios extraordinarios a la corona.
Se crea el Consejo Real, con legistas que asesoraban al rey en todo tipo de decisiones. En el ámbito local destaca la intervención monárquica en los municipios; se establecen los regimientos formados por regidores nombrados por el rey con carácter vitalicio y con la figura del corregidor, representantes permanentes del rey en los principales municipios.La Corona de Aragón tenía un carácter confederal, ya que estaba constituida por una serie de reinos, Aragón, Cataluña y Valencia, con diferentes leyes e instituciones.Tras varios enfrentamientos entre los nobles y el rey, en 1283, Pedro III, firmó el Privilegio General. Gracias a esto, aunque hubo enfrentamientos puntuales, las relaciones entre el rey y sus vasallos fueron mejores que en Castilla.
Las instituciones reflejaban las peculiaridades del carácter federal de la Corona: existían cortes independientes en Aragón, Cataluña y Valencia. Las comisiones temporales de las cortes se convirtieron en diputaciones permanentes, que ampliaron sus competencias: la de Cataluña o Generalitat, la diputación del reino de Aragón y la del reino de Valencia. En el reino de Aragón se creó el cargo de Justicia de Aragón, su función primordial era la defensa de los fueros del reino. La autoridad real estaba representada en los distintos territorios por lugartenientes o virreyes, que actuaban en su nombre. Los municipios fueron cayendo bajo el control de oligarquías urbanas con distintos cargos donde destaca el consejo municipal como el consejo de Ciento en Barcelona.
4.2. LOS REINOS CRISTIANOS EN LA BAJA Edad Media: CRISIS DEMOGRÁFICA, ECONÓMICA Y POLÍTICA.
Los dos últimos siglos medievales coinciden con una fase de crisis demográfica en Europa, que también afectó a los reinos peninsulares. En la primera mitad del Siglo XIV malas condiciones climáticas arruinaron las cosechas y
desencadenaron crisis de subsistencia. También la peste negra o bubónica llegó a la península en 1348, y se extendíó con rapidez desde las Baleares y la costa levantina hacía el interior; después de la primera oleada la población,
debilitada por el hambre, era más propensa a contraer enfermedades, después hubo otros brotes más localizados. Afectó más al litoral que al interior y más a las ciudades que al campo, además de gran mortandad, se produjeron movimientos de población y despoblamientos en algunas zonas. Además disminuyó la mano de obra y subieron los precios.La crisis no sólo afecto a los más pobres, sino que supuso para los
señores (nobleza y clero) una disminución de rentas y vasallos. La reacción señorial se centró en recuperar sus pérdidas a costa de los campesinos y de la monarquía adquiriendo un aumento de poderes (nuevos privilegios como el mayorazgo. Esto produjo conflictos sociales: se dieron revueltas campesinas de carácter antiseñorial como la de los forans en Mallorca, las guerras hermandiñas en Galicia o el movimiento remensa en Cataluña; y de carácter anticoncejil. Además se produjeron ataques contra la población judía y, en menor medida, islámica por parte del pueblo llano. Por otro lado se inicia el proceso de fortalecimiento de las monarquías que choca con las pretensiones de la nobleza de detentar el máximo poder en sus señoríos y fuera de ellos. Esta situación de crisis política y demográfica permitíó liquidar la vieja sociedad feudal y poner las bases para la Edad Moderna.
4.3. LOS REINOS CRISTIANOS EN LA BAJA Edad Media: LA EXPANSIÓN DE LA CORONA DE ARAGÓN EN EL MEDITERRÁNEO.
De los territorios que integraban la Corona de Aragón,tres de ellos: Cataluña, Valencia y Mallorca se abrían al Mediterráneo, lo que determinó su vocación comercial y su ámbito de actuación. Desde finales del Siglo XIII losmonarcas aragoneses emprendieron una importante expansión política por el Mediterráneo. A pesar de la oposición de Francia y el Papado, incorporaron a la Corona: Sicilia, Cerdeña y el reino de Nápoles. Incluso durante un tiempo pertenecieron a Aragón los ducados griegos de Atenas y Neopatria conquistados por tropas mercenarias catalanas, los almogávares, en árabe los que entran en tierra enemiga, que habían acudido en ayuda del emperador bizantino contra los turcos.Gracias a esta expansión se desarrolló un
activo comercio internacional, en el que Cataluña y sobre todo Barcelona, tuvo un papel prioritario. Se exportaban hierro y tejidos y se importaban cereales, pieles y especias. La etapa de máximo esplendor del comercio catalán fue en el Siglo XIV, pero la crisis bajo medieval afectó a esta actividad y Valencia sustituyó a Barcelona como principal puerto mercantil.La caída de del Imperio bizantino (1453) y el avance turco aceleraron la decadencia del comercio Mediterráneo, al mismo tiempo que surgían las rutas atlánticas.
5.1 LOS REYES CATÓLICOS Y LA UníÓN DINÁSTICA: INTEGRACIÓN DE LAS CORONAS DE Castilla Y DE ARAGÓN.
Tras la muerte de Enrique IV en 1474 se desencadenó una guerra sucesoria en Castilla entre Isabel, casada con Fernando hijo del rey de Aragón (1469), y su hermana Juana, hija de Enrique. La victoria de los RRCC tras la batalla
de Toro en 1476, convirtió a Isabel en reina de Castilla. Fernando sucedíó a su padre Juan II, como rey de Aragón en 1479. De este modo quedaron unidas las dos grandes Coronas peninsulares. Más tarde la guerra de Granada (1482-1492) supondría la incorporación del reino granadino a Castilla y en 1515 Fernando anexionaría Navarra, ocupada militarmente en 1512, a Castilla. Aunque Fernando e Isabel decidieron gobernar conjuntamente en todos sus territorios, según lo establecido en la “Concordia de Segovia”, (1475) la uníón de Castilla y Aragón fue meramente dinástica, ya que cada reino conservó sus propias leyes e instituciones. La uníón entre Aragón y Castilla fue fruto de la aportación al matrimonio de los dos cónyuges, sin que ninguno de ellos pretendiera dar un paso hacia la integración política de sus territorios. Las diferencias entre la Corona de Aragón y la de
Castilla eran notables. Castilla superaba a Aragón en extensión, riqueza económica y población, además Castilla tenía unas cortes, una moneda y unas instituciones comunes y no tenía aduanas interiores, mientras que Aragón estaba formado por tres reinos con instituciones propias. A la muerte de Isabel (1504) Castilla quedó bajo el gobierno de su hija Juana y Fernando pasó a ser exclusivamente rey de Aragón, pero la muerte de Felipe de Austria marido de Juana y la pérdida de la razón de esta convirtió a Fernando en regente de Castilla. Finalmente ambas coronas recayeron en un mismo heredero: Carlos, nieto de los reyes católicos e hijo mayor de Juana.
5.2 LOS Reyes Católicos CONQUISTA DEL REINO Nazarí
El reino musulmán de Granada era una fuente continua de conflictos a pesar de que sus emires se declarasen vasallos de Castilla y tributasen por ello. Conseguida la uníón de los dos grandes reinos peninsulares y finalizada la contienda de sucesión en Castilla, los RRCC orientaron sus esfuerzos a la conquista de Granada, con la intención de completar la unidad peninsular; es probable también que percibieran la necesidad de orientar el carácter belicista de la nobleza contra los musulmanes. Además de la nobleza participó en la conquista la Santa hermandad que aportó hombres y dinero. La guerra comenzó en 1482 aprovechando el incidente de la toma de Zahara por parte de Granada. A la victoria castellana contribuyeron las luchas internas en Granada entre bandos rivales y al enfrentamiento del emir, Muley Hacén, su hermano Muhamma el Zagal y su hijo Boabdil. Fue una guerra más de asedios que de batallas campales. La última campaña fue el asedio de la ciudad de Granada que duró casi un año. Finalmente, el emir Boabdil
negoció en secreto la rendición y unas generosas capitulaciones que sólo se respetaron al principio. Los musulmanes que optaron por no emigrar fueron finalmente obligados a convertirse al cristianismo, transformándose así en moriscos, por los decretos de 1501 y 1502. El 2 de Enero de 1492 los Reyes Católicos tomaron posesión de la Alhambra y culminaron el proceso de reconquista. La incorporación de Navarra no se produjo hasta después de la muerte de la reina Isabel. El pretexto fue una supuesta conspiración de Navarra y Francia contra Castilla, esto sirvió de justificación a Fernando para ocupar Pamplona militarmente en 1512. En 1515 en las Cortes de Burgos Fernando anexiónó el reino de Navarra a la corona de Castilla, aunque conservando sus fueros e instituciones propias.
5.4 ORGANIZACIÓN DEL ESTADO
El reinado de los Reyes Católicos presenta rasgos medievales al tiempo que se establecen las bases para un Estado moderno que irán desarrollando sus sucesores. Al aumentar su poder y las competencias del estado la administración se
fue haciendo más compleja y especializada y requería mayor número de juristas y letrados en su mayoría pertenecientes
a la pequeña nobleza.
En Aragón, existía un virrey o delegado real en cada uno de los reinos con poderes ejecutivos y judiciales. El Consejo
de Aragón era un organismo consultivo y a veces actuaba como tribunal Supremo. En el gobierno de las ciudades
Fernando introdujo el sistema de sorteo para la elección de cargos municipales, en un intento de limitar el poder
oligárquico.
En Castilla el Consejo real se convirtió en el órgano más importante y acabó denominándose Consejo de Castilla. Sus
miembros se reunían primero en diversos comités que fueron convirtiéndose en Consejos especializados: el de la
Inquisición, el de las Órdenes, el de la Hermandad, el de Hacienda y el de Indias. En las ciudades castellanas el
representante de la monarquía era el corregidor que tenía competencias en materias diversas: políticas, administrativas,
financieras…
En el ámbito de la justicia se desarrollaron las instituciones creadas por sus predecesores. En Castilla existían dos
Chancillerías con función de tribunales superiores: una en Valladolid y otra en Granada. Y dos Audiencias: una en
Santiago y otra en Sevilla. En la Corona de Aragón, Fernando creó una Audiencia en cada uno de los reinos. Sin
embargo la administración de justicia se vio dificultada por la existencia de señoríos que quedaban fuera de la
jurisdicción real y por la gran diversidad de fueros y normas locales confusas y a veces contradictorias entre sí.
El único órgano común en los dos reinos era la Inquisición, encargada de velar por la ortodoxia católica, que en
ocasiones se convirtió en un instrumento político de la monarquía.