Estándar 83
Estamos ante dos textos que pertenecen a uno de los fenómenos más relevantes de la Restauración: los movimientos de carácter nacionalista y regionalista en España. En este caso, el primer texto corresponde al nacionalismo catalán y fue escrito por Enric Prat de la Riba, considerado uno de los padres teóricos del catalanismo; y el segundo al nacionalismo vasco, siendo su autor Sabino Arana, el padre del nacionalismo vasco. Para poder entender estos textos debemos tener en cuenta que durante el Siglo XIX los movimientos nacionalistas en diversas zonas de España fueron un fenómeno importante durante la Restauración y surgieron como reacción a las pretensiones uniformizadoras del sistema político y al mismo tiempo, se relaciona con el desarrollo del movimiento nacionalista europeo (nacionalismo griego y nacionalismo italiano, entre otros). Así surgieron movimientos nacionalistas especialmente allí donde perduraban elementos culturales propios, o se había producido un desarrollo económico diferenciado (como ocurría en Cataluña y en el País Vasco). Por otro lado, la expansión industrial tomó gran importancia producíéndose en Cataluña, en torno al sector del algodón y en el País Vasco, respecto a la siderurgia. Es por esto que las ideas nacionalistas se vieron reforzadas entre una burguésía que estaba protagonizando la revolución industrial.
Con respecto a las similitudes podemos afirmar que ambos textos coinciden en el rechazo a la política centralizadora del sistema político canovista y los dos movimientos nacionalistas derivan de los regionalismos y muestran un carácter conservador. No se dará respuesta a las ansias de autogobierno, a través de estatutos de autonomía, hasta que no llega la Segunda República. No obstante, en 1913, entró en vigor unminstrumento que permitía a las diputaciones provinciales mancomunarse solo con fines administrativos. A este se le llamó mancomunidad de Cataluña, y estaba al servicio de la Lliga.
Asimismo, ambos líderes fundaron partidos políticos: en cuanto al nacionalismo catalán Enric Prat de la Riba y Francesc Cambó fundaron la Lliga Regionalista; y el Partido Nacionalista Vasco fundado por Sabino Arana en torno al nacionalismo vasco. Haciendo referencia a las diferencias, debemos destacar los distintos orígenes de cada nacionalismo.
El catalanismo, surgíó debido a las transformaciones socioeconómicas vividas por Cataluña desde el último tercio del Siglo XIX, el desarrollo industrial y la aparición de una importante burguésía. Además, desde 1830, surgíó un movimiento cultural conocido como Renaixença, cuyo objetivo era recuperar el catalán para la literatura y el hábito culto. Mientras que el nacionalismo vasco se originó principalmente debido a la abolición de los fueros en 1876, tras las guerras carlistas, aunque también influyó la fuerte inmigración causada por el proceso industrializador, que supuso una ruptura de la sociedad tradicional vasca. Como consecuencia, se fortalecíó una corriente de defensores de la lengua y cultura vasca (euskera). Asimismo, con respecto al rechazo a la política centralizadora del sistema político canovista, que hace referencia al autogobierno o autonomía, es donde se puede observar que Sabino Arana ( nacionalismo vasco), reclama la independencia para el País Vasco. Por el contrario Prat de la Riba, está a favor de la autonomía política para
Cataluña dentro de un modelo federalista. Él entiende que todos los territorios de una misma nacionalidad deben agruparse bajo la dirección de un Estado único “pannacionalismo”. Interpretando así, que, según Prat de la Riba, Cataluña es una nacíón y por tanto debe tener un Estado propio “Cada nacionalidad ha de tener su estado.” Otra diferencia entre ambos textos es el “antiespañolismo” que muestra el texto de Sabino Arana, que implicó el rechazo absoluto de España a la que considera como una nacíón extranjera “vosotros, degenerados y corrompidos por la influencia española, o lo habéis adulterado por completo, o lo habéis afeminado o embrutecido”. El texto pone de manifiesto el antimaketismo o xenofobia contra los españoles inmigrantes en el País Vasco como consecuencia de la Revolución Industrial “Vosotros, sin pizca de dignidad habéis mezclado vuestra sangre con la española o maketa”. Sabino Arana abandonó su postura separatista hacia 1898 mostrándose más afín al autonomismo. El nacionalismo catalán se extendíó esencialmente entre la burguésía y el campesinado. En cambio, el nacionalismo vasco se extendíó sobre todo entre la pequeña y mediana burguésía, y en el mundo rural. Cabe mencionar la aparición de otros regionalismos de la época: el gallego, que surgíó debido a la demanda de desarrollo en una zona con una economía
atrasada, y el valenciano, que defendíó la lengua y cultura valenciana.
Estándar 84
Durante la época de la Restauración se produjo una expansión extraordinaria de la acción del movimiento obrero español debido a la progresiva industrialización y la consolidación del capitalismo. De esta manera crecíó la importancia social y numérica de la clase obrera cuyas formas de actuación cristalizaron en la formación de asociaciones obreras, esto es sindicatos y/o de partidos políticos. Por otra parte, en sintonía con la división del movimiento obrero internacional, en España los socialistas y los anarquistas se fueron organizando por separado. Y, a partir de 1879, aparecieron también las organizaciones católicas, canalizadas por los jesuitas. El movimiento anarquista: El anarquismo fue la corriente mayoritaria dentro del movimiento obrero español. Sus principales focos estaban en el campo andaluz y en el proletariado urbano catalán. Sin embargo, la corriente anarquista se atomizó en múltiples tendencias, entre las cuales destacó la Federación de Trabajadores de la Regíón Española (FTRE) creada en 1881. Por su falta de disciplina interna, sus sistema asambleario, su apoliticismo y suimplantación en todos los ámbitos laborales fue el sindicato con mayor número de afiliados. Los principales rasgos ideológicos que definían a los anarquistas eran: – Defensa de la revolución violenta y del recurso a huelgas generales, insurrecciones, sabotajes y actos terroristas como medios para destruir el Estado burgués capitalista opresor y liberar a la humanidad de la explotación (asesinato de Cánovas del Castillo). – Rechazo del juego político y de la participación en elecciones, consideradas un engaño. Además, dentro de sus filas, empezó a ganar adeptos, tanto entre los campesinos como entre los obreros, la táctica propuesta por Kropotkin, partidario de la violencia terrorista o de la «propaganda por el hecho». Los años noventa fueron ricos en esta práctica, dentro de un círculo vicioso: atentado, represión con fusilamientos, nuevo atentado como represalia anarquista y nueva represión. – Rechazo de cualquier autoridad impuesta, defensa utópica de la autonomía individual total y abolición del Estado con todas sus instituciones (gobierno, ejército, policía, etc.) – Supresión de la propiedad privada y defensa del colectivismo, entendido como articulación armónica de pequeñas unidades económicamente autosuficientes donde la propiedad de los factores y medios de producción
(tierra, máquinas, capital) sería colectiva. -Anticlericalismo, negación de la religión y de la Iglesia. El movimiento socialista: La corriente marxista del movimiento obrero se organizó en 1879 alrededor de un pequeño núcleo de trabajadores de imprenta madrileños (Pablo Iglesias) seguidores de las doctrinas de Marx y Engels que decidieron pasar a la acción y constituir en 1879 el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Aprovechando la Ley de Asociaciones de 1887 y la mayor concentración obrera de Cataluña se creó en 1888 la Uníón General de Trabajadores (UGT), que, aunque estatutariamente independiente del Partido Socialista, estaba inspirada por él. Las ideas básicas del programa socialista eran: -Transformación de la propiedad individual en propiedad social o de la sociedad entera. -Posesión del poder político por la clase proletaria. -Rechazo del terrorismo, esa «política demoledora», de los anarquistas que era considerada por los socialistas una falsa vía para la liberación de los trabajadores. -El objetivo de los socialistas era la revolución, la toma del poder de forma violenta por la clase proletaria. Pero hasta que llegara el momento oportuno de llevarla a cabo era preciso atravesar una larga fase de organización y propaganda, durante la cual la lucha del PSOE debería ser pacífica y legal, participando en el juego político y presentándose a las elecciones, más que para ganar votos, para difundir el mensaje marxista, ya que la clase trabajadora sólo triunfaría cuando fuera más fuerte.
En cualquier caso, tanto el PSOE como la UGT fueron hasta inicios del Siglo XX grupos minoritarios, en comparación con los anarquistas. Los sindicatos católicos: En 1879 el jesuita Antonio Vicent fundó los Círculos Católicos, a imitación de los Círculos obreros franceses. En la práctica eran casinos populares, para apartar a los obreros de la taberna, y contaban con el apoyo de los patrones. Pero su implantación fue muy escasa debido sobre todo a su «amarillismo» –término derivado del color de la bandera del Vaticano–, es decir, su actitud colaboracionista hacia los patronos y opuesta a los sindicatos obreros reivindicativos.
Estándar 89
Antecedentes. Para entender la crisis del 98 en España hemos de tener en cuenta tanto factoresinternos (inestabilidad política hasta 1874 y falta de una política colonial clara) como externos (ascenso de USA como potencial imperialista).
Tras las pérdidas de casi todas las colonias en el primer tercio del Siglo XIX, a España sólo le quedaba Cuba, Puerto Rico y Filipinas. La gran preocupación de los gobiernos españoles era mantener estos territorios como quiera que fuera.
Pero a partir de 1868 comienzan las primeras rebeliones independentistas, en este caso en Cuba, que se irán extendiendo a Filipinas y Puerto Rico sin que los gobiernos españoles sean capaces de hallar una solución.
En Febrero de 1898 se produce una explosión, nunca del todo bien aclarada, en el acorazado norteamericano Maine en el puerto de La Habana (Cuba). El gobierno USA culpa a España y le declara la guerra. La diferencia militar entre USA y España es abismal y España es derrotada sin paliativos.
En Diciembre de 1898 se firma la Paz de París por la que España, que no contaba con ningún apoyo internacional, pierde sus últimas colonias en el Caribe y Pacífico. USA puso las condiciones que quiso en dicho tratado de paz. La derrota de España fue total.
Las consecuencias del desastre del 98 suponen para España mucho más que las pérdidas territoriales, provocándose en el país un estado de ánimo negativo, una crisis moral e ideológica.
1. Consecuencias económicas. La economía española se vio afectada menos de lo previsto, pues. Si bien la industria catalana perdíó un mercado para sus productos y unas materias primas baratas (café y azúcar), la repatriación de capitales de los indianos sirvió para el desarrollo financiero (creación de nuevos bancos) e industrial de nuevos sectores. Además, ya no se debía costear un ejército y una administración en las colonias que sólo beneficiaban a las élites españolas y promovíó una reforma de la Hacienda, para incrementar la recaudación a partir de un aumento fiscal. También se implantan medidas proteccionistas para proteger el mercado español a las industrias nacionales. 2. Consecuencias políticas. Se generan fuertes críticas al sistema de la Restauración tanto desde la clase política gobernante (revolución desde arriba, revisionismo político de Maura y Canalejas) como desde los intelectuales y otros sectores regeneracionistas que critican el sistema de la Restauración por corrupto y fraudulento y proponen para cambiar la situación programas basados en la reorganización política,
la dignificación de la vida parlamentaria, la reforma educativa, la acción orientada a la ayuda social y en definitiva una política encaminada al bien común y no en beneficio de los intereses de la oligarquía. Se refuerzan los nacionalismos catalanes (Lliga Regionalista desde 1901) y vasco (PNV) y en menor medida el gallego y el valenciano. El ejército sale muy desprestigiado por la dureza de la derrota: era evidente que las fuerzas armadas no estaban preparadas para un conflicto de estas carácterísticas. El ejército salíó muy dañado lo que traería graves consecuencias para el futuro. Se sustituyó la presencia en ultramar con una mayor atención al norte de África, con consecuencias también muy importantes en el futuro. 3. Consecuencias sociales: Unos 60.000 soldados españoles murieron entre 1895 y 1898, muchos de ellos por enfermedades infecciosas. La mayoría pertenecían a familias pobres, las que no podían pagar la redención en metálico del servicio militar y la guerra. El pesimismo se adueñó de la sociedad española. España había perdido sus últimas colonias en un momento de revitalización del imperialismo europeo y americano y el gobierno aparecía como el responsable de la catástrofe, por ello se vio la necesidad de importantes cambios en las condiciones de vida de los españoles y en su educación; en la organización social, económica y en su política interior y exterior. Sólo con cambios profundos se podría recuperar el prestigio perdido. 4. Consecuencias ideológico- culturales. Nace el movimiento literario conocido como “generación del 98”: Pío Baroja, Azorín, Unamuno y Valle Inclán reflexionaran sobre los problemas de España y sus posibles soluciones.
Estándar 95
Nos encontramos ante un diagrama de barras que muestra el porcentaje de población activa en 1877 en Estados Unidos, Francia, Alemania, Holanda, Reino Unido y España en los tres sectores económicos: servicios; industria, minería, construcción; y agricultura y pesca, como vemos en la leyenda. Entendemos por Población Activa (P. A.) a todas aquellas personas que están en disposición legal de realizar un trabajo remunerado, lo estén realizando (Población Ocupada) o no (Población Desempleada). Cabe destacar que en el sector secundario, los países con mayor porcentaje de población activa son: Reino Unido, Holanda y Alemania; y en el sector terciario: Reino Unido, Holanda y Estados Unidos. Centrándonos en el sector primario, observamos que lospaíses donde este sigue teniendo bastante peso son: España (con gran diferencia) y Estados Unidos. No obstante, estos países presentan un cierto desarrollo en los otros dos sectores.
Analizando las diferencias de España con respecto a los otros países podemos decir que, en el Sector Primario, agricultura y pesca, (barras diagonales) observamos como España es con diferencia el mayor país con población activa. Esto se debe, en el caso de la agricultura, a la reforma liberal que provocó el aumento de la roturación de tierras y de la superficie cultivada. Aunque España fue el país con más desarrollo en la agricultura con respecto a otros países, la posterior falta de desarrollo de la mecanización en el trabajo de las tierras hizo que su producción disminuyera, al contrario que en otros países de Europa más avanzados.
En cuanto al Sector Secundario, Industria, minería y construcción, (color blanco) vemos como España era inferior con respecto a los otros países. Sin embargo, se debe tener en cuenta la posición geográfica española, que implicaba costes de transporte más elevados, tanto para la adquisición de materias primas como para las exportaciones. También hay que nombrar la escasez de recursos naturales como el carbón o el hierro, además de la falta de recursos hídricos en buena parte del territorio español.
En lo correspondiente al Sector Servicios (en negro), las mayores diferencias se dan con Reino Unido y Holanda, mientras que, con respecto al resto de países, España es relativamente menor. Esto se debíó al notable atraso de los transportes, por ejemplo, la inexistencia de una red hidrográfica que permitiese el transporte fluvial como en otros países, de ahí la derivación de muchos problemas económicos. Por eso el ferrocarril se vió como la oportunidad para intentar impulsar la economía.
España aparece como un país agrario, rural, escasamente industrializado y con un Sector Servicios muy incipiente, es decir, todos estos datos, evidencian el inferior nivel de desarrollo industrial y económico que presenta puesto que se encuentra en esos años bastante atrasada respecto a los demás países europeos, especialmente con Gran Bretaña, lugar donde comenzó la Revolución Industrial.
La invasión napoleónica fue un factor que retrasó el proceso de industrialización. Todas las diferencias entre España y los demás países ocurrieron porque España se refugió en un despotismo ilustrado anacrónico entre 1814 y 1833. Con la instauración del liberalismo se intentó promover la industrialización, pero de forma insuficiente. Asimismo, la inestabilidad política entre 1814 y 1874 fue un factor negativo, puesto que presentó una elevada deuda pública añadida, y además, dificultó el desarrollo de una política industrial clara en España. También en la Restauración, las políticas proteccionistas prolongadas, unidas a la corrupción institucional, no impulsaron la innovación industrial.
Otras causas de este retraso industrial relacionadas con los problemas estructurales de la economía española pueden ser: la dependencia de la inversión
extranjera puesto que los escasos capitales españoles se invertían en tierras (desamortizaciones); la escasa demanda interna de producción industriales; falta de inversión en el sector industrial; las malas comunicaciones terrestres debido a su geografía lo que incrementó los costes del transporte; la escasez, dispersión y carestía de recursos naturales como el carbón y el hierro.
Algunos de estos problemas se fueron resolviendo a lo largo del Siglo XIX, pero de todos modos la industrialización española fue lenta, débil y tardía, si la comparamos con los países más avanzados, en tal sentido, de Europa.