La Operación Barbarroja
En junio de 1941, los alemanes iniciaron la conquista de la Unión Soviética. La maquinaria empleada para esta empresa estaba compuesta por más de 3 millones de soldados y varios miles de tanques y aviones. En la empresa, contaron con la ayuda de italianos, húngaros, rumanos, finlandeses y españoles. Frente al ejército alemán, experimentado tras dos años de conflicto, estaba el ejército ruso, mal preparado y peor dirigido. En ese momento, se pusieron de manifiesto los errores cometidos por Stalin a partir de 1935 con la persecución y eliminación física de miles de oficiales y suboficiales del ejército, que fue sustituido por militares de segunda fila con una pésima preparación. Los alemanes, utilizando su táctica de guerra relámpago, ocuparon en pocos meses la mayor parte de la Rusia europea, provocando, además, la muerte de más de 1 millón de soldados rusos y la captura del doble. La línea de frente se situó en noviembre de 1941 en Leningrado, Moscú y Rostov del Don.
El Avance Alemán y el Invierno Ruso
Desde junio a noviembre de 1942, los alemanes consiguieron éxitos brillantes gracias a la puesta en práctica de la guerra relámpago, cuya aplicación fue favorecida por el relieve de la Unión Soviética y la falta de preparación de los mandos militares rusos. La situación cambió en noviembre como consecuencia de dos factores: el primero fueron las dudas estratégicas de Hitler, que dudó entre ocupar Leningrado o atacar Moscú, lo cual dio tiempo a los rusos a organizar la defensa de la capital. El segundo factor fue la llegada del invierno, para el cual los alemanes no estaban preparados. Además, el invierno de 1941 fue especialmente duro y las temperaturas llegaron a alcanzar los -35ºC.
Esto se tradujo en la primera derrota alemana en la década de la guerra, en la batalla de Moscú, derrota que demostró que los alemanes no eran invencibles.
El Objetivo: El Petróleo del Cáucaso
En el año 1942, a partir de la primavera, los alemanes se trazaron como objetivo la ocupación de las reservas de petróleo rusas del Mar Caspio. El ataque se inició en verano y los alemanes dividieron sus tropas en dos ejércitos. El ejército A atacaría y ocuparía la ciudad de Stalingrado, que era un punto estratégico para el transporte de mercancías hacia Moscú, y el ejército B se encargaría de ocupar los pozos petrolíferos de Bakú. Los rusos, ante la ofensiva alemana, tuvieron que retirarse con grandes pérdidas y consiguieron encerrar a los alemanes en Stalingrado, donde les obligaron a llevar a cabo una batalla urbana para la que no estaban preparados.
La Batalla de Stalingrado
Las tropas alemanas estaban dirigidas por un general que no tenía experiencia en campos de batalla, llamado Von Paulus, que además obedecía ciegamente todas las órdenes que le daba Hitler por erróneas que fueran. El ejército alemán encargado de ocupar Stalingrado era el 6.º Ejército, compuesto por medio millón de hombres, apoyados por tropas italianas, húngaras y rumanas, que se encargaron de cubrir el flanco norte.
Los rusos estaban dirigidos por Chuikov, pero el mando absoluto lo tenía Zhúkov. La táctica seguida por los rusos fue llevar a los alemanes a una encerrona para intentar desangrarlos, sin mantener un gran número de soldados en Stalingrado, pero enviando todo lo necesario para que pudieran seguir combatiendo y llevando a cabo una guerra de guerrillas.
Stalingrado está situado en la orilla derecha del río Volga. La orilla izquierda estaba ocupada por los rusos y allí instalaron la artillería y los depósitos para acumular los productos necesarios para suministrar al frente.
El Cerco y la Derrota Alemana
En la primera fase de la batalla, los alemanes consiguieron ocupar hasta el 85% de la ciudad a costa de grandes pérdidas, pero a partir de noviembre y principios de diciembre, cuando los termómetros marcaban -20ºC, los rusos contraatacaron por medio de un movimiento de tenaza que rodeó la ciudad de Stalingrado. Este movimiento destrozó las líneas defendidas por los húngaros, italianos y rumanos.
Los rusos consiguieron cercar la ciudad e impidieron el intento alemán por liberarla. A partir de ese momento, el destino del ejército alemán quedó sellado. Necesitaban un promedio de 500 toneladas de suministros diarios y la aviación intentó transportarlos aprovechando los dos aeropuertos de la ciudad, que se llamaban Gumrak y Pitomnik, pero la cantidad máxima que consiguieron transportar fue de 200 toneladas diarias, lo cual condujo al 6.º Ejército a carecer de combustible, ropa, municiones y comida.
La situación fue empeorando y fracasó el intento de liberación, que no pudo romper las líneas rusas. A finales de enero de 1943, Paulus desobedeció a Hitler y rindió las tropas alemanas. El balance fue espeluznante: perecieron más de 2 millones de personas y fue el final del triunfo alemán.