Siendo anti individualista, el sistema de vida fascista pone de relieve la importancia del Estado y reconoce al individuo sólo en la medida en que sus intereses coinciden con los del Estado.
Se opone al liberalismo clásico que surgíó como reacción al absolutismo y agotó su función histórica cuando el Estado se convirtió en la expresión de la conciencia y la voluntad del pueblo.
El liberalismo negó al Estado en nombre del individuo; el fascismo reafirma los derechos del Estado como la Seguir leyendo “Historia” »