Reformas en la Organización del Estado y la Monarquía Centralista en la España del Siglo XVIII: El Cambio Dinástico y sus Consecuencias
En 1713, el Tratado de Utrecht legitimó el cambio dinástico en España, instaurando a Felipe V de Borbón en el trono. Esta nueva dinastía introdujo una concepción renovada de la administración, impulsando una serie de reformas destinadas a fortalecer el poder absoluto del rey y a implementar un modelo centralista y racionalizado.