La Entrada de Rusia en la Primera Guerra Mundial
Rusia entra en la guerra pensando que sería corta, aumentaría el respaldo al zar (Nicolás II) y ampliaría sus áreas de dominio en los Balcanes y el Cáucaso. En agosto de 1914, Rusia ataca a Prusia oriental, pero Alemania y Austria contraatacan y vencen a Rusia en las batallas de los Lagos Masurianos y Tannenberg. Las derrotas rusas demuestran la incapacidad de un ejército compuesto en su mayoría por campesinos.