Inicio de la Industrialización (1855-1890)
España se incorporó tarde a la primera revolución industrial. Tenía una mala dotación en algunas materias primas y productos energéticos, el espíritu de empresa era escaso, había poco capital disponible y el atraso tecnológico era notable. Además, la política industrial fue inadecuada. España siguió siendo un país agrario, a pesar de esto, se crearon algunas industrias textiles y siderúrgicas.