A partir de 1850-1870, la industrialización experimentó un impulso tan novedoso que se llegó a denominar Segunda Revolución Industrial. Algunos países tuvieron un crecimiento económico muy rápido, y hacia 1914, la segunda RI había alcanzado y superado el modelo británico. Los cambios económicos y sociales permitieron que algunas áreas del mundo suplieran muchas de sus carencias, incluso un estado como Japón.