POLÍTICA INTERIOR DE Carlos V
Carlos I llegó a España tras la muerte de Fernando de Aragón en 1516. Tras una breve regencia se hizo cargo de la corona de Aragón, Castilla y Navarra y otras posesiones, las norteafricanas, italianas y las Indias. Más tarde se hizo con el sur de la actual Alemania, Austria y Tirol. Heredó también los derechos a la corona imperial con el nombre de Carlos V. Estos territorios compartían una cultura, lenguas e instituciones diferentes. Carlos V viajó por todos los territorios europeos de su Imperio. Sus ingresos procedían principalmente de Castilla a través de impuestos y materiales de la India, principalmente metales. Éste convirtió a Castilla en el centro de su política aprendiendo incluso la lengua autóctona, más tarde se casó con Isabel de Portugal y tuvieron un hijo (Felipe II). Desde su llegada a la Península el principal aliciente del monarca era obtener recursos que le permitieran conseguir la colonia Imperial. Carlos V, por ello tuvo que enfrentarse a las Cortes de Castilla, Aragón y Cataluña, ya que éstas exigían que respetara las leyes de los reinos que conquistaban y que contratara a colaboradores locales.
El rey se ausentó del reino y partíó hacia Alemania molestando más aún a las Cortes tras su elección como emperador. A raíz de esto, se produjeron una serie de revueltas como las Revueltas de las Comunidades (1520-1522).
Los comuneros (personas que propiciaron la revuelta) se opusieron a las autoridades que acompañaban a Carlos V y a los grandes señores y expulsaron a los corregidores, que eran representantes del rey. Una de las mayores rebeliones más importantes fueron las protagonizadas por ciudades del interior de Castilla que seguían exigiendo al rey que prescindiera de consejeros extranjeros y que acatara las imposiciones de las Cortes. Como además otras peticiones: Limitación del poder real, reducción de impuestos, protección de la industria textil, realizar reformas municipales a favor de los plebeyos y disminución del poder de la nobleza.
Otra revuelta conocida es la llamada Revuelta de las Germánías en Valencia y Mallorca. Los artesanos y comerciales de las ciudades se sentían indefensos tras la huída de la nobleza a causa de una epidemia de peste. Las ciudades se negaron a someterse al representante del monarca, y la revuelta se dirigíó contra los señores feudales y sus siervos mudéjares. Los rebeldes exigían la abolición de la jurisdicción señorial y de los impuestos feudales y reivindicaban el dominio de los municipios para los gremios. La rebelión fue dominada por las tropas reales y nobiliarias unidas y las ciudades, Valencia y Játiva, fueron duramente castigadas. En el reino de Mallorca los artesanos y campesinos se enfrentaron a nobles y mercaderes. La monarquía fue, sin duda, la gran vencedora de ambas revueltas.
POLÍTICA EXTERIOR DE Carlos V
Durante la primera mitad del Siglo XVI la política exterior de Carlos V tuvo que hacer frente simultáneamente a tres conflictos:
Las Guerras con Francia, la Guerra contra los Turcos y la Guerra en Alemania
.
• Las Guerras con Francia.
Los motivos de este enfrentamiento eran:
– La rivalidad personal entre Carlos V y Francisco I (monarca francés).
– La rivalidad territorial por el control de Navarra, Borgoña y sobre todo por la hegemonía en Italia.
Carlos V hizo frente a varias guerras con Francia.
1ª Guerra
Estalló en 1521 cuando los franceses invadieron Navarra y Milán.
1536 ->
Se reanudaron las guerras con Francia tanto en Italia como en los Países Bajos llegando el Papa a apoyar a Francia, lo que provocó en el año 1527 que las tropas imperiales saquearan Roma.
En 1529 se firma otra paz con Francia, por esa paz Carlos V renunció al ducado de Borgoña y el rey francés a sus pretensiones sobre Milán.
La última de las guerras con Francia tuvo lugar ya con su hijo Felipe II que obtuvo la victoria de San Quintín.
• La Guerra contra los Turcos.
La confrontación se sitúa en: - La zona central de Europa: El Imperio turco-otomano ocupa Hungría y Viena varias veces pero las tropas imperiales los expulsan. - La zona del mediterráneo occidental: Era un núcleo importante donde Carlos V tuvo que lanzar una ofensiva contra el pirata Barba Roja y para ello conquista Túnez (1535) y lo intenta con Argel pero fracasa (1541).
• La Guerra en Alemania.
Carlos V consideró la lucha contra la reforma protestante como una obligación porque se consideraba el jefe político de la cristiandad. En un primer momento, Carlos V intenta lograr una conciliación con Martín Lutero y con los principales alemanes que apoyaban la reforma y para ello convoca una reuníón en la ciudad de Works, sin lograr nada. Incluso Carlos reclamó del Papa la convocatoria de un concilio para la reforma de la Iglesia pero ésta convocatoria llegó tarde y fue rechazada por los protestantes (concilio de Trento).
En consecuencia, Carlos V se tuvo que enfrentar a los príncipes alemanes protestantes y los vencíó en la batalla de Mühlberg que si bien supuso un aumento de su poder en Alemania, no resolvíó la división religiosa. Decepcionado y cansado, Carlos V decidíó cerrar el conflicto con Alemania aceptando la paz de Augsburgo (1555) en la que se proclamó la libertad religiosa de los príncipes alemanes. Éste fracaso en Alemania explica su abdicación al año siguiente (1556) y el reparto que hizo de sus posesiones.
Felipe II
Antes de ser rey, Felipe II había sido regente de los dominios de su padre en la Península; después fue monarca consorte en Inglaterra y, más tarde, soberano en los Países Bajos. Había heredado de su padre dos objetivos políticos fundamentales
: La lucha por la hegemonía en Europa y la defensa a ultranza de los territorios que formaban su patrimonio.
El reinado de Felipe II hubo de adaptarse a unas condiciones muy diferentes a las de Carlos V:
• Una corte establecida por el rey en un lugar fijo. Felipe II decidíó fijar su residencia permanente en Madrid, es decir, en Castilla. Felipe II gobernó sus dominios a distancia. Para ello se sirvió de una Administración y un Ejército enormes y permanentes. • La hispanización de la política: Todas las decisiones eran adoptadas por un rey castellano y asistido también por consejeros españoles. Por eso el reinado es conocido con el nombre de monarquía hispánica. Los intereses de Castilla tuvieron un gran peso en las decisiones políticas. • La sustitución de la política universal por la confesional. Felipe II impulsó en España, bajo su dirección, la contrarreforma. • La reactivación en el interior de la Península de las rebeliones. Éste fenómeno estuvo muy relacionado con el aumento del autoritarismo político y religioso de Felipe II.
La rebelión más importante a la que tuvo que hacer frente Felipe II dentro de la Península Ibérica fue la de los moriscos de Granada (sublevación o Guerra de las Alpujarras
). La presencia de los moriscos no sólo constituía un problema religioso sino social. Apenas se integraban en la sociedad cristiana. Los moriscos podían originar un conflicto político, pues eran aliados potenciales y colaboradores de los turcos y de los piratas norteafricanos que asolaban las costas mediterráneas.
Otra importante rebelión fue promovida en Aragón entre 1590 y 1592. El rey se dispónía a nombrar virrey de la Corona de Aragón a un castellano y a situar bajo jurisdicción real el condado de Ribagorza. A ambas se opónía el Justicia Mayor de Aragón, máxima autoridad judicial. Como consecuencia a la huída de Antonio Pérez, se produjo un motín en Zaragoza que logró liberarlo de la cárcel de la Inquisición. Felipe II adoptó algunas decisiones favorables al poder real, pero respetó la esencia de los fueros e instituciones tradicionales de Aragón; mantuvo incluso el cargo de Justicia Mayor.
La política internacional de Felipe II siguió en parte los objetivos trazados por su padre. Pero algunas circunstancias habían cambiado: - El área de mayor interés se desplazó hacia el sur. - Felipe II imprimíó un giro total a su política exterior en el Atlántico (1578-1580). - El interés por el área atlántica se vio reforzado por la uníón de Portugal con España. Durante los primeros veinte años de su reinado, Felipe II fue la defensa del Mediterráneo occidental frente a los turcos y los piratas berberiscos. Llevó a cabo un plan de construcción de barcos en Italia y en Cataluña. El mayor problema con el que tuvo que enfrentarse Felipe II fue la rebelión y posterior guerra en los territorios de los Países Bajos
.
La política de Felipe II terminó en la zona con un rotundo fracaso debido a: - La carencia de una flota de guerra. - La imposibilidad del bloqueo económico. - La derrota en la guerra de la propaganda. - Las dificultades financieras del rey, que retrasaban la llegada del dinero y el pago a las tropas.
Felipe II necesitaba una flota poderosa para combatir a Inglaterra y un puerto atlántico relevante que sirviera para concentrar la flota también. La uníón con Portugal implicaba el control de su gran Imperio marítimo y marcó el viraje definitivo de la política de Felipe II hacia el Atlántico. Lisboa se convirtió en la nueva base de operaciones atlánticas contra holandeses e ingleses. También se concentró la Gran Armada en esta ciudad. La Paz con Inglaterra no se lograría hasta el Siglo XVII.
LA ESPAÑA DEL Siglo XVIII
La ilustración es una corriente de pensamientos que nace en Francia y se extiende por Europa occidental en el Siglo XVIII. La formaban parte de la nobleza, parte de la burguésía y parte del clero.
Contaba con las siguientes carácterísticas:
– Confianza en la razón.
– Confianza en la educación como instrumento para el cambio.
– Defiende la tolerancia.
– Defensa de ideas políticas nuevas.
Debido a esto el Siglo XVIII fue llamado el Siglo de las Luces
. Un personaje importante fue Montesquieu que planteó la separación de poderes y Rousseau que defendíó el principio de soberanía popular mediante el voto
.
En España fue lenta y difícil. Surgíó una generación de pensadores (Campomanes, Jovellanos, Floridablanca…) que empezaron a criticar el modelo social imperante en la España del S. XVIII. Se expandieron los mismos principios y se intentaron parecidas reformas. Todos ellos estaban convencidos de que sólo la mejora del nivel cultural de la población podía sacar al país de su atraso. Por ello hicieron de la educación un objetivo prioritario. Se enfrentaron a las órdenes religiosas y a los estamentos privilegiados. La segunda preocupación básica de los ilustrados españoles fue la cuestión económica
. Se esforzaron en estudiar la situación real del país y en proponer una serie de reformas que contribuyeran al crecimiento económico.
Carlos III (1759-1788) accedíó al trono español al morir su hermanastro Fernando VI sin descendencia directa. Al iniciar su reinado en España se mostró partidario de seguir algunas de las ideas de progreso y racionalización ilustradas, siempre que no atentaran contra el poder de la monarquía absoluta. En el inicio de su reinado tuvo que enfrentarse a la fuerte oposición de los grupos privilegiados a su programa de reformas. En 1766 se produjo el motín de Esquilache, una revuelta en la que se unieron el malestar de la población por la escasez, el elevado precio de los alimentos y el descontento de los privilegiados que veían como las reformas ilustradas reducía su poder e influencia.
Carlos III destituyó a Esquilache, paralizó las reformas y tomó medidas populares como bajar el precio.
Los ilustrados eran regalistas, es decir, defensores de la autoridad del rey frente a la Iglesia. Expulsaron a los jesuitas.
Reformas económicas:
– Limitación de los privilegios de la Mesta.
– Liberalizar el comercio interior y exterior (colonias).
– Apoyo a la industria nacional (mercantilismo).
– Moderación en la política impositiva.
– Creación de las sociedades económicas de Amigos del País para fomentar la agricultura, el comercio, la industria…
El Siglo XVIII estaba caracterizado por el crecimiento interrumpido de la población.
Los monarcas y los déspotas ilustrados estaban convencidos de que una elevada población era necesaria para el desarrollo de la agricultura y de la industria, adoptaron políticas poblacionistas. Este crecimiento se mantuvo limitado por las crisis de subsistencia.
Por otro lado, el incremento de la producción mediante el aumento de la superficie cultivada no era posible en gran parte de España.
Las manufacturas se implantaron por todo el territorio español. Zonas de mayor actividad: Valencia, el País Vasco y Cataluña.
El despotismo ilustrado de Carlos III tiene un balance positivo, se impulsaron reformas de tipo económico y se apoyaron propuestas para el progreso de la instrucción pública, saneamiento de las ciudades, etc.