Textos Políticos de la Segunda República Española: Discursos y Legislación

El Frente Popular

Nos encontramos ante un texto de carácter político que se encuadra antes de las elecciones de 1936, en el que las izquierdas y parte republicana se alían con un fin común: que no salga elegida otra vez la derecha en las elecciones. El autor de este texto es colectivo, ya que fue escrito por el Frente Popular al mando de Azaña. En cuanto al destinatario, es público, puesto que se trata de parte del programa político que presenta el Frente Popular a las elecciones.

La idea principal del texto es el programa que debe aplicar el futuro gobierno salido de las elecciones de febrero del 36, en caso de victoria de la coalición del Frente Popular. Se refiere básicamente a cuestiones sociales, queriendo volver a poner en marcha las medidas del bienio republicano-socialista (1931-1933). Las principales medidas a tomar eran las siguientes:

  • Restablecer la legislación social en la pureza de sus principios, es decir, aplicar la Constitución del 31 en su versión social, que la derecha en el bienio 1933-36 había parado.
  • Rectificar el proceso de derrumbamiento de los salarios del campo, reimplantando el salario mínimo para los jornaleros, el grupo social más pobre.
  • Modernización económica: política de reconstrucción económica, teniendo como objetivo la disminución del paro (alto como correspondía a una coyuntura económica desfavorable tras la Gran Depresión del 29), especialmente el juvenil.
  • Aumento de presupuesto en servicios sociales del ámbito de la sanidad, teniendo como objetivo la creación de un Estado protector de derechos sociales básicos, establecido en la Constitución y no aplicado a la altura de 1936.

La idea secundaria es que los partidos republicanos (especialmente Izquierda Republicana de Azaña y Unión Republicana de Martínez Barrios) no piensan en una república de lucha de clases, como el movimiento obrero clásico, sino en una república en la que la justicia social es algo justo y sirve para modernizar España. Igualmente, se afirma que estos partidos no aceptan un «control obrero solicitado por la represión del Partido Socialista», aunque el programa es conjunto, y eso se concentrará en la formación de un gobierno de republicanos, sin partidos de clase obrera como el PSOE o el PCE.

Manifiesto de Primo de Rivera

Nos encontramos ante un texto de carácter político que se encuadra dentro de la época de declive de la Restauración, concretamente en el pronunciamiento que dio Primo de Rivera para intentar solucionar los problemas que había en esta época, sobre todo a partir de la huelga general del 17, que marcó un punto de inflexión y tras la que empezaron a organizarse más huelgas y movilizaciones. El autor de este texto es individual, ya que se trata del Capitán General de la IV Región, Miguel Primo de Rivera. En cuanto al destinatario, es público, puesto que trata de alcanzar la máxima difusión al ser un pronunciamiento. La finalidad del texto es acabar con el régimen de la Restauración e implantar una dictadura temporal.

Las ideas principales del texto son las siguientes:

Justificación al pronunciamiento:

  • Primo de Rivera se considera intérprete de la voluntad popular («nuestro acto, que el pueblo sano demanda e impone») o («clamoroso requerimiento de cuantos, amando a la Patria, no ven otra solución que libertarla de los profesionales de la política»).
  • Considera el pronunciamiento como última salida porque («hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la vida española»), haciendo alusión a la legalidad del Régimen de la Restauración que él destruye.
  • Considera el pronunciamiento como necesario para arreglar los problemas de España producidos por los («profesionales de la política») desde la crisis del 98. Estos profesionales a los que se refiere son los políticos de la Restauración que tienen al país en crisis desde el 98 y los principales males que Primo de Rivera ve son: separatismo, conflictividad social, etc.

Anuncio de la creación de una dictadura militar (Directorio Militar) con apoyo de Alfonso XIII («confianza y mandato que en mí han depositado») que se supone va a ser transitoria («carácter provisional»), ya que en principio iba a ser de 90 días y al final se convirtió en una dictadura de 7 años.

Las ideas secundarias son las siguientes:

  • Anuncio de solución del problema de Marruecos, puesto que Primo de Rivera era partidario de evacuar Marruecos («no somos imperialistas»), aunque deja la puerta abierta a otro tipo de solución («pronta, digna y sensata») que se plasmará en el desembarco de Alhucemas.
  • Pide responsabilidades a los políticos de la última etapa de la Restauración («de los partidos políticos la sancionaremos con este apartamiento total a que los condenamos»), citando a los partidos dinásticos y su sustitución de la dirección del país por el partido Unión Patriótica, militares y nuevos políticos.

Constitución de 1931

El texto ante el que nos encontramos es de naturaleza legal, ya que se trata de una constitución, aunque tiene un gran contenido político. Esta constitución viene precedida de la convocatoria de elecciones a Cortes para que se elaborase la misma por parte del gobierno provisional. En junio del 31 tienen lugar las elecciones y dan la mayoría a los partidos republicanos y socialistas, por lo que estos son los encargados mayoritariamente de elaborar la constitución. La autoría del texto pertenece a las Cortes y su intención es avanzar hacia un régimen plenamente democrático. Por último, decir que el documento es de carácter público.

El artículo 1 nos habla de una República democrática como forma de gobierno, con marcado acento social («de trabajadores de toda clase que se organiza en régimen de Libertad y Justicia») y además expresa la soberanía popular como fórmula para extender a cada uno de los ciudadanos/as la soberanía nacional («los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo»). Esta república será democrática puesto que todo el mundo vota sin trampas.

Los artículos 3 y 27 tratan de la separación Iglesia-Estado, libertad religiosa y de conciencia. El Estado trata de apartar a la Iglesia de la vida pública, como es el caso de la educación, creando un país laico. Debido a esto, entre otras muchas cosas, la derecha se niega a votar la constitución y la sociedad española se divide.

El artículo 11 y parte del artículo 1 nos hablan del «Estado integral» como fórmula para describir un estado con cierta descentralización a escala municipal-provincial («compatible con la autonomía de municipios») y posibilidad de establecer estatutos de autonomía para regiones («características históricas, culturales y económicas comunes»), como es el caso de los nacionalismos catalán y vasco.

El artículo 39 habla de la libertad de asociación como uno de los derechos políticos del liberalismo clásico que se recogen en esta constitución. Además de los sindicatos católicos y de los sindicatos nacionalistas, existían la UGT y la CNT como organizaciones obreras con gran afiliación obrera que un régimen democrático, pero además de carácter social, tenía la obligación de legalizar.

Los artículos 51 y 52 tratan de las Cortes unicamerales (que son más progresistas que las bicamerales) elegidas mediante sufragio universal, masculino y femenino (las mujeres pueden votar por primera vez en España). El poder legislativo tenía preeminencia por ser el más cercano a la decisión mediante sufragio del pueblo.

Discurso de Azaña: Valoración de la Situación de la República

Nos encontramos ante un texto de carácter político, ya que se trata de un discurso político que hace una valoración de la situación de la República española y se encuadra dentro de la época anterior a elaborarse la Constitución del 31, es decir, poco después de haber resultado ganadores en las elecciones la unión republicano-socialista. El autor de este texto es individual, ya que fue escrito por Manuel Azaña. En cuanto al destinatario, son las Cortes y su finalidad es hacer una valoración de la situación española, enumerando cuáles son los principales problemas a resolver.

Las ideas principales del texto son las siguientes: La II República era un régimen que debía solucionar los problemas esenciales que España tenía desde hacía tiempo («ninguno de estos problemas»). De hecho, la República, por su carácter democrático, era la oportunidad histórica de dirimir los problemas pendientes que son varios:

  • El problema de la organización territorial del Estado (problema de las autonomías locales).
  • El problema social y especialmente el problema de la tierra (que es la reforma de la propiedad).
  • El problema religioso.
  • El problema del régimen político democrático se ha solucionado con la llegada de la II República mediante («la expulsión de la dinastía y la restauración de las libertades públicas»).

La idea secundaria es la consideración por parte de Azaña y la mayoría del centro-izquierda presentes en el Parlamento, de España como un estado laico o aconfesionalidad del Estado, como indicaría la Constitución del 31. Lo que políticamente («este problema —el religioso— hoy político») conllevaría el problema de encajar legalmente el nuevo papel de la Iglesia católica en la sociedad española, además de entrar en conflicto con la derecha, que contemplaba una España con gran influencia social de la Iglesia. La consideración no confesional de España llevaría a («inevitables y rigurosas consecuencias») como el matrimonio civil, la ley de divorcio, el fin del mantenimiento estatal a la Iglesia, educación laica, etc.

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