El Ascenso de Mussolini al Poder
Tras la Primera Guerra Mundial, Italia se encontraba sumida en una profunda crisis. El país se había endeudado considerablemente para financiar la guerra, lo que provocó una creciente inflación. Además, el desempleo aumentó significativamente.
Los partidos políticos tradicionales no lograron hacer frente a esta delicada situación, lo que llevó al auge de partidos extremistas, como el Fasci Italiani di Combattimento, liderado por Benito Mussolini, que representaba a la derecha.
Mussolini decidió tomar el poder por la fuerza, utilizando como medio la Marcha sobre Roma.
El Gobierno de Mussolini: Características del Fascismo
El fascismo se caracterizó por seis rasgos principales:
- Una ideología antidemocrática y anticomunista.
- Un Estado totalitario dirigido por un líder todopoderoso (el Duce), con la supresión de las libertades individuales.
- Intervención del Estado en la economía.
- Dominio del Estado sobre la sociedad.
- Un nacionalismo feroz y expansionista.
- Culto a la violencia y al militarismo, con la creación de grupos armados que adoptaban un estilo militar, incluyendo himnos, uniformes, símbolos, banderas y grandes concentraciones.
La Debilidad de la República de Weimar
Tras la derrota en la Primera Guerra Mundial, el emperador alemán abdicó. Una asamblea constituyente elaboró una nueva constitución que instauró una república en Alemania. Este periodo de la historia alemana se conoce como la República de Weimar. Desde sus inicios, la nueva democracia enfrentó la oposición de los grupos políticos más extremistas:
- Los grupos de extrema izquierda consideraban que el nuevo régimen era demasiado moderado y aspiraban a imponer un régimen comunista similar al ruso.
- Los grupos más conservadores consideraban que el nuevo régimen no era legítimo. En 1920, Adolf Hitler fundó el Partido Nacionalsocialista (NSDAP) e intentó tomar el poder por la fuerza mediante un golpe de Estado (el Putsch de Múnich), que fracasó.
Las Consecuencias Políticas de la Crisis Económica
La crisis económica incrementó el descontento y la tensión social. El desempleo afectó principalmente a los obreros y a las clases medias, lo que llevó a muchos de ellos a retirar su apoyo al gobierno y a votar por opciones extremistas. Como resultado, tanto el Partido Comunista como el Partido Nacionalsocialista experimentaron un notable aumento en el número de votos.
Además, ante el temor de una posible revolución obrera, los industriales y financieros decidieron apoyar económicamente al partido nazi.
Hitler Llega Legalmente al Poder
1932 fue un año crucial, ya que se celebraron elecciones tanto al Parlamento como a la presidencia de la República. En las elecciones parlamentarias, los comunistas y los nazis fueron las fuerzas más votadas, pero ningún partido obtuvo la mayoría absoluta, por lo que ninguno podía formar un gobierno en solitario.
En las elecciones presidenciales, el mariscal Hindenburg fue reelegido. Se enfrentaba a un difícil problema: normalmente, el jefe del gobierno era el líder del partido más votado en las elecciones al Parlamento; pero como ningún partido había obtenido una mayoría clara, él debía decidir a quién encomendar la formación del gobierno. Presionado por los hombres de negocios y por los grupos más conservadores, Hindenburg nombró canciller a Hitler en enero de 1933.
La Eliminación de la Oposición
En pocos meses, los nazis se hicieron con todo el poder.
Lo primero que hicieron fue acabar con los partidos de la oposición, utilizando como pretexto el incendio del Reichstag (Parlamento) por parte de un comunista.
Además, Hitler eliminó a aquellos que pudieran oponérsele dentro de su propio partido. En junio de 1934, ordenó el asesinato de sus adversarios políticos en la llamada Noche de los Cuchillos Largos. De esta manera, Hitler dejó claro el destino de quienes se opusieran a sus deseos. En agosto, Hindenburg murió y Hitler se convirtió también en presidente de la República.
El Ideario de Hitler
Tras el fracaso del Putsch de Múnich, Hitler fue encarcelado. En prisión, escribió Mein Kampf (Mi lucha), donde plasmó su ideario.
Este ideario recogía muchos rasgos del fascismo, como el culto al jefe, la primacía del Estado y la exaltación de la violencia y la juventud. Además, incorporaba valores tradicionales y un intenso racismo.
Una Ideología Racista
El nazismo es una de las variantes del fascismo. Su rasgo más específico es su concepción racista y radical de la historia. Para Hitler, los alemanes pertenecían a la raza aria, considerada la raza superior responsable de las grandes creaciones de la humanidad. Hitler consideraba prioritario devolver la pureza racial a la población. Se implantó una sistemática política antisemita que se fue endureciendo paulatinamente.
Los judíos comenzaron a ser maltratados físicamente. En 1938, se produjo la Noche de los Cristales Rotos, en la que decenas de judíos fueron asesinados.
En 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, Hitler decidió aplicar la llamada Solución Final. Todos los judíos y los gitanos fueron deportados a campos de exterminio. Se estima que cinco millones de judíos murieron en estos campos.
Un Partido Único
El Estado estaba dirigido por un líder indiscutible, el Führer (el caudillo).
El Control de la Población: Terror y Propaganda
La implantación de un Estado policial fue el primer medio para controlar a la población. El aparato policial estaba dirigido por Hitler y se componía fundamentalmente de dos cuerpos: las SS, una guardia personal de Hitler, y la Gestapo, la policía secreta. Sin embargo, para controlar a la población, el terror no era suficiente: la propaganda jugó un papel central en el mantenimiento del régimen nazi. Goebbels fue el encargado de dirigir el aparato de propaganda. La educación transmitía la ideología nazi. Además, los jóvenes estaban obligados a ingresar en las Juventudes Hitlerianas, donde recibían educación política y militar.