En 60 años, se produjo un mayor desarrollo de la economía española:
Se modernizó la industria debido a las importaciones de tecnología extranjera y se diversificó. Vale la pena destacar el crecimiento fulminante de la industria del automóvil, especialmente en las grandes ciudades. De hecho, uno de los emblemas de esta etapa fue el SEAT 600 (Doc. 4).
La agricultura experimentó un aumento en sus ingresos y un mejor nivel de vida de los agricultores. Sin embargo, hubo un importante éxodo rural en estos 60 años, con grandes migraciones a las ciudades para ocupar puestos de trabajo en la industria y el turismo. Al mismo tiempo, también hubo un aumento de la emigración al extranjero en esta década anterior (DOC.5), con la noticia de que la emigración va hacia América y comienza a Europa, con Francia y Alemania como los principales destinos. La emigración laboral también ha sido una fuente de ingresos para España al repatriar una parte significativa de sus salarios.
Paralelamente a la expansión industrial tuvo lugar el espectacular desarrollo del turismo, gracias a una entrada masiva de turistas europeos, principalmente de la segunda mitad de la década (Doc. 6). Las principales zonas turísticas fueron las Islas Baleares, Cataluña, Andalucía y Canarias. El turismo tuvo una gran influencia en la escena española. En primer lugar, condujo a trabajos de construcción y fue una fuente de divisas, aunque también tuvo un impacto negativo sobre el paisaje costero. También influyó en las costumbres y forma de pensar de los españoles, lo que significó una forma de socavar las ideas tradicionalistas del régimen.
A partir de 1973, se produjo una crisis económica causada por la crisis del petróleo, que se sumó a la inestabilidad de los últimos años del franquismo.
POLÍTICA ECONÓMICA durante el franquismo
Después de la guerra, se produjo una gran disminución de la población, debido a los combates (muertos y mutilados) y debido a la represión (presos y exiliados). Por otra parte, la producción industrial y agraria fue mucho menor que en 1935, las reservas de oro y divisas desaparecieron y la red de transporte se estaba deteriorando.
Se inicia en el período de la posguerra, la autarquía, que es un sistema económico en que una nación debe ser capaz de abastecerse y sobrevivir a todas sus necesidades con el comercio mínimo con el mundo exterior y el rechazo de capital extranjero con el fin de lograr la autosuficiencia económica (Doc. 1). Para ello, se tomaron una serie de medidas mediante las cuales la administración intervino en las actividades tanto de comercio interior (se fijaron los precios arbitrariamente) como exterior, ejerciendo el control de las importaciones y exportaciones (Abolir la importación «… no es esencial. (…) intensificar nuestras exportaciones …»), así como en la industria, fomentando las industrias militares y la creación del INI. Las consecuencias fueron negativas, ya que se produjo un aumento y una escasez de productos, lo que llevó al racionamiento y a un aumento del mercado negro.
En los cincuenta años, podemos decir que el resultado (Doc.2) de la intervención de la Administración estaba bloqueando el crecimiento económico («… final de un crecimiento moderado …»), la reducción de la competitividad y la fuga de la época dorada de la economía europea («brecha que separa … … … de otros países europeos»). Como el autor señala en el documento, este resultado negativo de la política económica de los años cuarenta se vincularía directamente con las acciones de un régimen totalitario y represivo («… fracaso económico corrió paralelo a la regresión política y social.«)
Se comienza a jugar en los 50 por la economía y en febrero de 1951, como resultado de un boicot por el aumento de los precios del transporte, Franco formó un nuevo gobierno con el objetivo de mejorar la economía. Comienza una nueva etapa, que se denomina como «el desarrollo».
El nuevo gobierno continuará el comienzo de la liberalización económica, lo que aumenta las importaciones y las exportaciones, mejora la producción agrícola, se suprimen las cartillas de racionamiento y se produce una reducción en el gasto público. Sin embargo, en 1956, se cierra el crecimiento y en 1957, los expertos económicos, los tecnócratas del Opus Dei, convencen a Franco para cambiar la autoridad local y el intervencionismo por la economía liberal. En 1959, España se une al FMI y al Banco Mundial. España requiere una serie de medidas, que acepta y recoge en el Plan de Estabilización (Doc.3), lo que da una justificación para la mala situación económica, las consecuencias de la Guerra Civil («… la insuficiencia de recursos … como consecuencia de los disturbios «) y («… la Primera Guerra Mundial en gran medida cerró los mercados y los suministros normales …»), y que marca el comienzo de una nueva etapa de «mayor flexibilidad económica …». Gracias a este Plan, la economía se saneó y se sentaron las bases del crecimiento económico.