Transformaciones Económicas en España durante el Siglo XIX
Paralelamente al desarrollo político, en el siglo XIX se produce la transición de la economía feudal y la sociedad estamental hacia un sistema económico capitalista y una sociedad de clases. La nueva sociedad liberal se fundamenta en la propiedad privada, impulsando cambios legales para reforzar este principio.
Cambios en la Propiedad de la Tierra: La Desamortización
La desamortización de las tierras de la Iglesia y de los concejos fue la medida más significativa desde el punto de vista económico y social.
Desamortización de Mendizábal
En febrero de 1836 se publicó el decreto de desamortización de los bienes del clero regular, conocido como la desamortización de Mendizábal. Este proceso se extendió hasta 1845, cuando el gobierno moderado detuvo las ventas.
Mendizábal buscaba amortizar la deuda del Estado, transformar las tierras en propiedad privada sujeta al mercado y transferirlas a compradores acaudalados, quienes a su vez se alinearían con el bando cristino. Como resultado, una gran cantidad de bienes raíces pasó a manos de las clases dirigentes, aunque solo se amortizó una parte de la deuda.
Desamortización de Madoz
En 1855, durante el Bienio Progresista, se aprobó la desamortización de Madoz. Esta ley puso en venta todas las tierras restantes de la Iglesia, incumpliendo el Concordato de 1851, y las tierras comunales de los ayuntamientos (propios y baldíos). Otras reformas agrarias, como la transformación de los señoríos en propiedad privada, la supresión de los diezmos, el libre cercamiento de tierras y la liberalización del comercio agrícola, consolidaron el dominio de la oligarquía.
A pesar de estos cambios, no se produjeron innovaciones agrícolas significativas. El rendimiento de la tierra no aumentó, y el incremento en la producción se debió únicamente a la puesta en cultivo de nuevas tierras tras las desamortizaciones.
Retraso Económico de España a Mediados del Siglo XIX
A mediados de la década de 1870, la economía española mostraba un considerable retraso respecto al crecimiento de otros países europeos debido a diversos factores:
- Condiciones geográficas: Dificultaban las comunicaciones, encarecían el transporte y obstaculizaban el desarrollo de un mercado nacional integrado.
- Escasez y dispersión de materias primas y fuentes de energía.
- Lento crecimiento demográfico: Generó escasez de mano de obra industrial, falta de excedentes agrícolas y un mercado interno débil.
- Falta de capitales: Impidió la inversión en la modernización de las técnicas de producción industrial. El capital español se destinó a la compra de deuda pública o tierras desamortizadas.
- Papel negativo del Estado: La continua emisión de deuda pública y una política proteccionista favorecieron el inmovilismo y la falta de innovación tecnológica.
- Independencia de las colonias americanas: Resultó en la pérdida de mercados y fuentes de materias primas.
Industria, Minería y Ferrocarril
Ante el estancamiento agrícola, la producción industrial se mantuvo en niveles bajos. Solo a finales de siglo, los altos hornos vizcaínos comenzaron a ser competitivos.
La minería, mayormente controlada por capitales extranjeros a cambio de préstamos a Hacienda, experimentó un auge tras la Ley de Bases sobre Minas de 1868, que facilitó la venta de explotaciones a manos privadas.
Hasta 1855, la debilidad económica y la falta de un marco jurídico estable impidieron la creación de una red ferroviaria. La Ley General de Ferrocarriles (1855) y la Ley de Sociedades Bancarias y Crediticias (1856) permitieron la formación de grandes grupos financiados con capital francés, que controlaron la construcción del ferrocarril. Entre 1855 y 1865 se produjo un boom ferroviario, pero la crisis financiera internacional de 1866 paralizó el crecimiento, que se retomó después de 1876.
Comercio y Finanzas
El sector financiero tuvo un desarrollo tardío debido a la inestabilidad política, el caos monetario y la falta de legislación hasta 1856. La Ley de Sociedades Bancarias dinamizó el sistema y aceleró la creación de sociedades.
El comercio interior creció a partir de 1840 gracias a la liberalización económica, la construcción de carreteras y la eliminación de aduanas internas. Sin embargo, el comercio exterior se vio afectado negativamente por el proteccionismo y la inestabilidad monetaria.
A finales del siglo XIX, la economía capitalista se había consolidado en España, aunque el crecimiento fue lento y desigual, concentrándose principalmente en los centros financieros de Madrid.