Transformación Económica en la España Liberal
Las principales normas legales de la transformación económica giraron en torno a la redefinición del nuevo derecho de propiedad. El régimen liberal se fundamentaba en el concepto de propiedad privada, considerada sagrada e inviolable. La titularidad individual se relacionaba con la capacidad de disponer libre e ilimitadamente de dicha propiedad, que entraba sin obstáculos en el libre mercado, donde gobierna la ley de la oferta y la demanda.
La labor de convertir en libre la propiedad inmueble del Antiguo Régimen fue doble:
- Desvincular los bienes de la nobleza.
- Desamortizar los bienes eclesiásticos y municipales.
Desvinculación de los bienes de la nobleza
- Supresión de mayorazgos.
- Abolición de señoríos:
- Acabar con relaciones de dominio por parte del señor.
- Convertir en propiedad particular y libre aquellas tierras.
- Dominio útil vs. dominio eminente.
Desamortización de bienes eclesiásticos y comunales
El proceso desamortizador lo llevaron a cabo los gobiernos progresistas durante el reinado de Isabel II (1833-1868).
- Desamortización de Mendizábal (1836-1837).
- Desamortización de Espartero.
- Desamortización de Madoz.
Los motivos de la desamortización fueron:
- Reconocer el derecho a la propiedad libre y circulante.
- Mejorar la productividad agraria.
- Aumentar el número de medianos propietarios.
- Disminuir la deuda pública del Estado.
Las consecuencias fueron:
- Disminución de la deuda del Estado.
- Las ventas absorbieron gran parte del capital existente en el país, que no pudo financiar el proceso industrializador.
- Gran importancia del proceso en el sector agrario: según Tortella, la extensión de lo vendido se estima en un 50% de la tierra cultivable.
- En cuanto a la estructura de la propiedad, apenas varió la situación desequilibrada, consolidándose el latifundismo en el sur y centro y el minifundio en extensas áreas del norte y noroeste.
- La mayoría de las tierras pasaron a manos de la oligarquía dirigente, ya que eran los únicos que disponían de medios económicos para comprarlas. Este grupo pretendió emular a la vieja aristocracia con la posesión de tierras.
- El campesinado resultó gravemente perjudicado, pues perdió el derecho a los usos comunales y el usufructo permanente de tierras de cultivo, apareciendo un proletariado agrícola, formado por campesinos sin tierra, jornaleros sometidos a duras condiciones de vida y trabajo solamente estacional.
- Hubo un leve aumento de la producción agraria debido al aumento de la superficie cultivada, pero no por aumento de productividad. Este leve aumento también se debió a otros factores: la supresión de la Mesta, la abolición del diezmo, la mejora en las condiciones de transporte y comunicación, las políticas proteccionistas a favor del cultivo de cereales a partir de 1820 o el aumento de la población.
- La agricultura siguió siendo tradicional, sin innovaciones técnicas significativas; la desamortización no estimuló el desarrollo industrial ni la modernización de España.
- Gran impacto de la desamortización por la pérdida y expolio de una gran parte del patrimonio artístico y cultural español.
Incorporación de España a la Revolución Industrial
La incorporación de España a la Revolución Industrial fue tardía, incompleta y desequilibrada con respecto a otros países como Reino Unido, Bélgica o Francia.
El proceso industrializador español estuvo muy localizado: sector textil en Barcelona y metalúrgico en Oviedo-Gijón y Bilbao, zonas cercanas a los países europeos más avanzados y con fácil accesibilidad por mar.
Las causas de este fracaso fueron:
- Inestabilidad política: cambios de gobierno constantes.
- Actividad bélica: el siglo comienza con la Guerra de la Independencia, sucediéndose después las guerras carlistas y otros enfrentamientos, además de la situación en las colonias (proceso emancipador de las colonias americanas continentales, actividad bélica en Cuba, guerra hispano-norteamericana).
- Falta de fuentes de energía: carbón escaso, de mala calidad y difícil extracción.
- Carencia de materias primas, por ejemplo, algodón que debía importarse.
- Atraso tecnológico.
- Falta de capitales nacionales.
- Dependencia exterior, tanto financiera como técnica y energética.
- Estancamiento de la agricultura, que no aporta mano de obra a la industria ni consigue aumentar el nivel adquisitivo de los campesinos, lo que fue fundamental en otros países.
- Debilidad del mercado interior español, principalmente por la baja capacidad adquisitiva del campesinado, pero también por la deficiente red de comunicaciones.
- Escasa competitividad en el mercado internacional de los productos nacionales, más caros y de menor calidad debido al proteccionismo de los grupos industriales.