Transformación Económica y Social de España en el Siglo XIX: Agricultura, Industrialización y Movimiento Obrero

1. Transformaciones Agrarias y Desamortizaciones

La agricultura, actividad económica fundamental en el siglo XIX español, ocupaba a la mayor parte de la población activa. Su modernización era imprescindible para generar excedentes que impulsaran la transformación industrial.

1.1. La Necesidad de Reformas Agrarias

La tierra estaba mayoritariamente en manos de nobles, clérigos y municipios, en forma de tierras amortizadas o manos muertas, lo que impedía su compraventa y modernización. Las técnicas de cultivo eran tradicionales y la productividad, escasa.

a) La Transformación del Régimen de Propiedad: El Proceso Desamortizador

A comienzos del siglo XIX, la propiedad de la tierra seguía el modelo del Antiguo Régimen, con la mayor parte de las tierras siendo inalienables. Esta situación limitaba la productividad. El proceso desamortizador, que buscaba liberalizar la tierra, se desarrolló a través de varias leyes:

  • Leyes de Mendizábal: Desvinculación de las tierras de la nobleza y desamortización de los bienes eclesiásticos.
  • Ley de Pascual Madoz: Desamortización de las tierras de los municipios (bienes de propios y comunales).

Estas leyes permitieron la conversión de tierras en propiedad privada, facilitando su compraventa. Los bienes confiscados pasaban a ser bienes nacionales, vendidos luego en subasta pública. Con la venta de bienes eclesiásticos, el gobierno buscaba reducir la deuda pública, financiar la guerra carlista, aumentar la producción agraria y consolidar una base de apoyo liberal e isabelino.

La desamortización de Pascual Madoz movilizó las tierras municipales. Las consecuencias de la desamortización fueron:

  • Imposición del concepto capitalista y liberal de la propiedad de la tierra.
  • Consolidación de grandes latifundios en manos de la nobleza, que se mantuvo como principal propietaria.
  • Abolición de las jurisdicciones señoriales, lo que permitió a la nobleza apropiarse de tierras.
  • La burguesía urbana y algunos nobles terratenientes se convirtieron en los principales compradores, apoyando al liberalismo.
  • Los campesinos, sin capacidad económica, no pudieron acceder a la propiedad, transformándose muchos en jornaleros.
  • Desvío de capitales hacia la compra de tierras.

b) Innovaciones Técnicas, de Gestión y de Cultivos

Hasta finales de siglo, la producción agraria creció gracias al aumento de la superficie cultivada, la especialización regional y la mejora de la productividad. Sin embargo, al final del siglo XIX, la agricultura española entró en crisis.

1.2. Impacto de la Agricultura en la Economía Española

A lo largo del siglo XIX, la agricultura española liberó pocos capitales y mano de obra para la industria y las ciudades, y tampoco funcionó como un mercado robusto para productos industriales. No obstante, jugó un papel crucial en el abastecimiento de alimentos a las ciudades y en la financiación del comercio exterior. La distribución de la tierra se mantuvo desigual, con grandes latifundios en el sur y minifundios en el norte, lo que, sumado a la falta de inversión y desarrollo técnico, agravó la miseria de los campesinos, especialmente en Andalucía y Extremadura, donde los jornaleros se enfrentaban a los terratenientes.

2. Industrialización y Modernización de las Infraestructuras

La industrialización española del siglo XIX se caracterizó por un retraso significativo respecto a otros países occidentales, que se prolongó hasta bien entrado el siglo XX. Solo Cataluña, País Vasco y la minería asturiana experimentaron un verdadero proceso industrializador.

2.1. Dificultades de la Industrialización

a) Factores del Retraso Industrial

  • Escaso poder adquisitivo de la mayoría de la población, compuesta principalmente por campesinos con pocos recursos.
  • Falta de un mercado interior integrado debido a la carencia de una red de transportes eficiente.
  • Incapacidad de la industria nacional para competir con los productos europeos, lo que llevó a políticas proteccionistas.
  • Escasez de capitales nacionales para invertir en la industria, lo que favoreció la inversión extranjera en sectores como la siderurgia y el ferrocarril, atraída por el proteccionismo estatal.

b) La Minería

La legislación de 1868-1869 liberalizó el sector minero, permitiendo la venta de minas (antes propiedad de la Corona) a particulares. Esto facilitó la llegada de capitales extranjeros, el desarrollo de industrias asociadas y la construcción de ferrocarriles. España se convirtió en un importante productor de minerales, que llegaron a representar un tercio de las exportaciones en 1900. Sin embargo, el carbón nacional, escaso y de baja calidad, encarecía los costes industriales debido a los aranceles proteccionistas. Otros minerales importantes fueron el plomo, cobre, mercurio y hierro.

c) Siderurgia y Metalurgia

El desarrollo de la siderurgia (hierro y acero) a partir de 1830 estuvo ligado a la industria textil, la construcción del ferrocarril, las obras de ingeniería, la industria naval y la mecanización del campo. Los principales núcleos siderúrgicos fueron Málaga, Asturias y Vizcaya. A finales del siglo XIX, la metalurgia vasca, con empresas como Altos Hornos de Vizcaya (fundada en 1882), experimentó un gran desarrollo. Aunque las construcciones mecánicas no podían competir con las extranjeras, las construcciones metálicas (puentes, edificios, mercados) sí se desarrollaron en España, lo que hizo necesaria la protección aduanera.

d) La Industria Textil

La industria textil se concentró en Cataluña (comarcas marítimas y fluviales), Alcoy y Málaga. Estuvo ligada al algodón y a la protección arancelaria. Se financió con capitales familiares de indianos (españoles enriquecidos en América), antiguos artesanos y empresarios manufactureros. Las empresas eran pequeñas y crecían gracias a la reinversión de beneficios. La renovación tecnológica fue gradual, con la sustitución de telares manuales por mecánicos movidos por vapor o energía hidráulica. La producción se destinaba al mercado interior y a las colonias (Cuba y Puerto Rico), pero el bajo poder adquisitivo limitaba su crecimiento.

e) Otras Industrias

Los artículos de consumo para mercados locales se producían en pequeñas fábricas y talleres artesanales, que se fueron modernizando gradualmente. La industria harinera castellana, con fábricas junto al Canal de Castilla, fue una de las más representativas.

2.2. El Comercio

a) Comercio Interior

El comercio interior mejoró con la modernización de los transportes, pero al final del siglo seguía estando retrasado respecto a otros países europeos.

b) Comercio Exterior

El comercio exterior se especializó en la exportación de materias primas y productos semielaborados, siendo deficitario. El déficit se compensaba con remesas de emigrantes, importaciones de capital extranjero y préstamos estatales. La política económica fluctuó entre el proteccionismo y el librecambismo, con los productores exigiendo protección y los exportadores e importadores prefiriendo el libre mercado. El librecambismo solo se impuso en algunos períodos progresistas.

2.3. Sistema Financiero y Empresariado


a) El sistema financiero es tan débil como el resto de la economía española. El desarrollo industrial necesita un sistema financiero estable que subvencione las empresas y canalice los capitales disponibles de los grupos adinerados hacia la industria; pero la preocupación del Estado es conseguir ingresos para la Hacienda pública, y ejerce un fuerte dirigismo sobre la banca. En 1856, durante el Bienio Progresista se crea el Banco de España para financiar al Estado, finalmente tendrá el monopolio de la emisión de billetes y gestionará la deuda pública. Se regula la creación de las sociedades de crédito y los bancos privados que financian, sobre todo, las compañías ferroviarias y la deuda pública del Estado. Durante el Sexenio Democrático se refuerza el papel del Banco de España y se establece la peseta como única moneda oficial. En la Restauración surge una poderosa banca privada en el País Vasco y Cataluña. A principios del siglo XX los bancos más poderosos del país son el Banco de Vizcaya, Banco de Santander y Banco de Bilbao.
b) El papel del empresariado: Las innovaciones agrícolas o industriales necesitan empresarios arriesgados que las alienten, promuevan y financien. Pero la mayoría de los empresarios españoles temen el riesgo, son enemigos del librecambio y en buena medida de la libre competencia; prefieren asociarse a otros empresarios y buscar la protección estatal para obtener beneficios seguros. En España es muy importante la presencia de empresarios e inversores extranjeros en la mayoría de los sectores productivos.

3. CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO Y CAMBIO SOCIAL. EL MOVIMIENTO OBRERO
3.1. La evolución demográfica: A lo largo del siglo XIX la población española experimenta un crecimiento constante más lento que los países de su entorno. Esta lentitud obedece a la pervivencia del modelo demográfico antiguo, caracterizado por unas altas tasas de natalidad y de mortalidad, sobre todo infantil. La población española, mayoritariamente rural, emigra a lo largo de todo el siglo, desde el campo hacia las ciudades o hacia América. Cientos de miles de personas marchan a finales de siglo hacia Cuba, Argentina, para muchos es un viaje sin retorno. Las ciudades experimentan un crecimiento que se traduce en la ampliación del casco urbano, los ensanches.
3.2. Los cambios en la sociedad del siglo XIX
Desaparece la diferenciación social por estamentos del Antiguo Régimen, sustituida por una sociedad de clases, diferenciadas por la mayor o menor propiedad de bienes:
a) Los grupos poderosos oLa alta nobleza, absentista y rentista, es la mayor propietaria de tierra, junto con la alta burguesía que ha comprado gran parte de las tierras desamortizadas. Ambas forman una oligarquía terrateniente que controla el poder político e impone sus intereses en el proceso de consolidación del Estado liberal. La nobleza se adapta a los nuevos tiempos, admite a la alta burguesía en sus círculos a través de matrimonios ventajosos . Forman parte de la alta burguesía los terratenientes que ha adquirido tierras desamortizadas, hombres de negocios y especuladores en Bolsa o gente enriquecida por la compra de solares de los “ensanches” urbanos, etc. El modo de vida aristocrático es el referente para una burguesía en ascenso, que va creando espacios sociales de comunicación y espectáculos propios. Estas dos clases sociales fueron la base del Liberalismo más conservador, partidarios del orden y de reprimir cualquier intento de protesta social. El clero vive una profunda reorganización a lo largo de la primera mitad del Siglo XIX. Ha perdido propiedades con la desamortización, pero conserva gran parte de su riqueza e influencia social.
b) Las clases medias escasas y poco numerosas , son un grupo social muy heterogéneo y débil Su máxima aspiración era ascender socialmente y copiar las formas de vida de la burguesía. Dentro de las clases medias se incluyen empleados o funcionarios de la administración; profesionales liberalescomerciantes de tipo medio y fabricantes modestos; dueños de pequeños talleres semiartesanales y propietarios rurales, que disponen de cierta capacidad de ahorro.  Son conservadores, temen los cambios y sobre todo quieren alejarse a toda costa del proletariado. Solo una minoría de profesores, estudiantes y periodistas son críticos y apoyan al Partido Demócrata, durante el Sexenio Democrático se convierten en la base del republicanismo democrático.
c) Las clases populares son un grupo muy heterogéneo y numeroso (80%), carecen de bienes y su situación va empeorando progresivamente En el medio rural, los campesinos mantienen formas de vida tradicionales y una ideología conservadora, fuertemente influida por la Iglesia. La red de relaciones sociales es de carácter comunal y paternalista, no se organizan políticamente, los cambios hacen disminuir su seguridad y los perjudican .


3.3. El movimiento obrero
a) Las primeras reacciones y organizaciones obreras:
o A lo largo del siglo se mantienen las protestas de tradición centenaria como los motines o algaradas populares. Los motivos son variados, pueden ser los elevados impuestos, la subida de precios, la falta de alimentos, elreclutamiento militar, o contra determinados colectivos. Se van politizando a lo largo del siglo. A medida que algunas zonas se industrializan, aparecen las primeras protestas espontáneas de breros industriales, son reacciones contra las máquinas , que destruyen sus puestos de trabajo anteriores, tienen lugar en Alcoy en 1821; en Barcelona  en 1835. Los primeros intentos de organización obrera anteriores a 1868, son clandestinos y están vinculados a los sectores progresistas radicales, y más tarde a los demócratas y republicanos. Se crean las primeras sociedades de socorros mutuos como la Asociación de Protección Mutua de Tejedores de Algodón (1840). Al
principio sólo buscan la ayuda mutua, pero pronto adoptan un carácter cada vez más reivindicativo. El Gobierno moderado disuelve en 1844 a la mayoría, permanecen las dedicadas a ayuda mutua, el resto pasa a la clandestinidad.
Durante el Bienio Progresista surgen las primeras huelgas en Cataluña, en 1855 la huelga general tiene como objetivo presionar a empresarios y al gobierno progresistas para que se legalicen las
asociaciones obreras La Ley del Trabajo que aprueban las Cortes recoge ciertas mejoras sociales pero limita el ámbito de las asociaciones número de sus integrantes  A partir de entonces, los dirigentes obreros comprenden que los progresistas no van a defender su causa, pasando a alinearse con los demócratas y los republicanos. Las actividades de las sociedades obreras dependían de quien gobernase, los moderados las reprimían constantemente.Los progresistas eran permisivos. Durante los últimos años del reinado de Isabel II el movimiento obrero permaneció aletargado como consecuencia de la represión política y de una cierta prosperidad económica. Las movilizaciones obreras, abiertamente politizadas, participan en el
derrocamiento final de Isabel II. La actuación de los obreros será decisiva en la revolución de 1868.
b) Durante el Sexenio Democrático  el obrerismo español se integra dentro de la Primera Internacional Obrera El Sexenio Revolucionario crea un clima de libertad, que coincide con el primer intento de coordinación del movimiento obrero a nivel internacional, la Asociación Internacional de
Trabajadores, conocida por las siglas A. I. T., que nace en Londres en 1864. Dentro de la A. I. T. hay dos formas de entender el movimiento obrero, la de los seguidores de Marx  y la de los seguidores de Bakunin .
c) Con la Restauración borbónica en 1874, el movimiento obrero pasa a la clandestinidad. A partir de 1881, hay mayor permisividad y aparecen partidos y sindicatos obreros que se oponen frontalmente al sistema político de la Restauración. El movimiento obrero permanece marginado del sistema político de la Restauración y fuertemente divididoEl sindicalismo anarquista funda la Federación de Trabajadores de la Región Española en 1881Desarrolla una acción sindical moderada, crece el número de afiliados y las zonas por donde se extiende su acción. Convierten el 1 de mayo en un día reivindicativo, exigiendo la jornada de 8 horas. Su estrategia política es la huelga general solidaria.

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