El Liberalismo Moderado (Década Moderada)
Durante este periodo, una serie de jóvenes políticos protagonizaron la vida política española. El hombre más representativo del moderantismo fue Narváez. En esta década se emprendió la tarea de institucionalizar el régimen liberal.
La Constitución de 1845 llevó a la práctica la concepción doctrinal del liberalismo moderado, según la cual, la corona y las cortes son conjuntamente depositarias de la soberanía nacional, compartiendo el poder legislativo. A la corona se le otorgaban más prerrogativas de las que se le atribuían en el texto constitucional.
Las cortes se componían de dos cámaras: el Senado y el Congreso de los Diputados. Los miembros del Senado eran designados por el rey entre españoles que poseían una elevada fortuna personal. El número de senadores era ilimitado y su cargo vitalicio.
El Concordato de 1851 zanjó la ruptura que se había producido entre la Iglesia y el Estado liberal. La Santa Sede aceptó el hecho consumado de la desamortización eclesiástica y ratificó el patronato regio. España reconocía la unidad católica y la confesionalidad del Estado, al tiempo que concedía la protección del poder civil a la Iglesia y reconocía su intervención en la enseñanza.
Los moderados configuraron un régimen político basado en el control de la corona sobre los mecanismos reguladores de la acción política. A ello responden:
- La creación de la Guardia Civil, que pretendía el orden público y la protección de la seguridad de las personas.
- La disolución de la Milicia Nacional, considerada por los moderados como un peligroso cuerpo armado bajo la influencia del liberalismo radical.
- La Ley de Organización de los Ayuntamientos, que regulaba la elección de los alcaldes en poblaciones de dos mil o más habitantes.
- La reforma del sistema tributario, que supuso una modernización de la Hacienda pública mediante un sistema de impuestos más uniforme y equitativo.
- La reforma de la instrucción pública, que preveía el paso de las competencias educativas a manos del Estado.
- La modificación de la legislación electoral.
- La elaboración del Código Penal.
La principal amenaza del moderantismo provenía de sus propias filas debido a las fracciones internas del partido. El general O’Donnell lideró un pronunciamiento militar contra el gobierno: la “Vicalvarada”. Su politización, a través del Manifiesto de Manzanares redactado por Antonio Cánovas del Castillo, consiguió la adhesión de grupos progresistas que incitaron la insurrección popular.
En medio de la confusión, la reina Isabel II decidió llamar a Espartero. La revolución había triunfado, provocando la caída de los moderados.
El Bienio Progresista
Los progresistas acometieron nuevamente la tarea de profundizar el carácter liberal del régimen. Cuatro hechos marcaron la obra política desarrollada durante el bienio progresista:
- La Constitución de 1856, aunque aprobada por las Cortes, no llegó a ser promulgada. Recogía los principios progresistas, afirmando la soberanía nacional y ampliando los derechos del ciudadano.
- La Ley de Desamortización General, que afectaba al clero secular y a los bienes municipales. La venta de los bienes eclesiásticos suscitó la ruptura de relaciones con la Iglesia, encontrando una fuerte oposición no solo de los moderados, sino también de algunos progresistas.
- La promulgación de la primera Ley Ferroviaria (Ley General del Ferrocarril) en 1855.
- La Ley Bancaria y la Ley de Sociedades de Crédito, que representaron el punto de arranque de la expansión del moderno sector bancario español.
Lo más novedoso del bienio fue la conflictividad social, que aunó la protesta contra las condiciones de trabajo y los bajos salarios, desembocando en una huelga general.
La importancia política del bienio estribó en el intento de extender las bases del régimen liberal. Durante estos dos años se consolidaron la opción democrática y la republicana.
Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
José I Bonaparte, hermano de Napoleón, introdujo reformas liberales en España para preparar el terreno al finalizar la guerra. En enero de 1810, la Junta Suprema Central decidió, desde Cádiz, convocar a las Cortes para llevar a cabo reformas.
Se eligieron diputados en todas las provincias de España y las colonias (aproximadamente 300). Solo podían acceder a Cádiz por mar. Fueron llegando diputados, y en septiembre se abrieron las Cortes de Cádiz, con 104 diputados. En marzo de 1812 había 184. Y cuando acaba la guerra, en septiembre de 1813, había 223. Los diputados eran en su mayoría de clase media (funcionarios, comerciantes, abogados…); también había eclesiásticos (obispos…), religiosos y aristócratas.
Cuando empiezan a funcionar las Cortes, hay tres ideas políticas básicas:
- Absolutistas: mantener el absolutismo finalizada la guerra.
- Jovellanistas: seguidores de Jovellanos, que defendía un sistema político similar al inglés, una monarquía parlamentaria.
- Liberales: monarquía, parlamento y constitución.
La Constitución de 1812 (La Pepa)
Fue proclamada el 19 de marzo de 1812, día de San José, por lo que se la conoce como La Pepa (grito del liberalismo: “¡Viva La Pepa!”). Una constitución define los principios políticos por los que se rige una nación, y a partir de esos principios se elaboran las leyes. Es un símbolo del liberalismo frente al absolutismo.
Está elaborada de la siguiente manera:
- Preámbulo: objetivos de la Constitución.
- Capítulos: tratan un tema específico.
- Artículos: definen los principios (artículo XVI, artículo XVII…).
La Constitución de Cádiz consta de 10 capítulos y 384 artículos. Al ser extensa, se considera liberal-progresista (los textos cortos se consideran conservadores). Es un texto muy meticuloso y preciso, y fue copiada por muchos países (Sudamérica, Europa…).
Principales principios:
- Se reconoce el principio de soberanía nacional (el poder político de España reside en la nación).
- División de poderes: el poder ejecutivo es el gobierno (el rey); el poder legislativo es el parlamento (las Cortes + el rey), que además de hacer leyes, impone impuestos (el rey no puede suspender las Cortes, está limitado); el poder judicial reside en los tribunales (clero y militares tendrán jurisdicción propia).
Se crea la Milicia Nacional, cuerpo de seguridad para defender el liberalismo. También se crea el ejército permanente, formado por todos los españoles. Los alcaldes se eligen democráticamente. Se crean las diputaciones y las gobernaciones civiles.
Además, las Cortes de Cádiz elaboraron una amplia legislación para terminar con el absolutismo:
- Abolición del régimen señorial: ya no habrá que pagar impuestos señoriales.
- Se elimina el mayorazgo.
- Se suspenden los gremios y cofradías.
- Se suprime la Inquisición.
- Se establece la libertad de prensa, excepto en materia de religión.