¿Qué fue la Revolución Rusa?
Sí, hubo un gran cambio social y político en Rusia en 1917, conocido como la Revolución Rusa. Aunque existe un debate historiográfico sobre la naturaleza exacta de estos eventos, es innegable que se produjo una transformación significativa. A lo largo del tiempo, la visión tanto occidental como rusa de esta revolución ha variado. Desde la occidentalización de Rusia bajo Catalina la Grande hasta la percepción del zarismo como enemigo del liberalismo en Europa, la historia de Rusia ha sido vista de diferentes maneras. La Intelligentsia rusa y el zarismo autocrático han sido considerados obstáculos para el cambio político. Sin embargo, en 1917, emergió una esperanza revolucionaria que despertó tanto optimismo como temor a una revolución mundial. En 1929, la estabilidad económica de Rusia fue admirada, y durante la Segunda Guerra Mundial, se la consideró como la salvadora de Europa. Durante la Guerra Fría, el odio hacia el bloque socialista fue notable y persiste en cierta medida hasta hoy. En conclusión, la percepción de Rusia ha sido circunstancial y su identidad como parte de Europa o Eurasia ha dependido del momento histórico.
Proceso y Revoluciones de 1917: Contexto Internacional
El contexto internacional del siglo XIX estuvo marcado por una serie de políticas revolucionarias, iniciadas con la Revolución Francesa de 1789. Esta revolución se caracterizó por el desprecio hacia los antiguos derechos y una visión orientada hacia el futuro. A lo largo del siglo XIX, todas las revoluciones tuvieron un carácter global. En el siglo XX, las revoluciones liberales culminaron con la caída del fascismo.
Antecedentes de 1905
La Revolución Rusa de 1917 se gestó en 1905, impulsada por la derrota en la Guerra Ruso-Japonesa, que desilusionó al pueblo y socavó la autoridad del Zar. Ese año estuvo marcado por motines militares, huelgas fabriles, protestas estudiantiles y revueltas campesinas. La Revolución de 1905 fue tanto obrera como campesina, exigiendo cambios políticos como la occidentalización y el parlamentarismo. El Domingo Rojo, una manifestación pacífica que terminó en masacre, deterioró aún más la imagen del zarismo. La aparición de los Soviets y la creación de la Duma sentaron las bases para la Revolución de 1917. Sin los eventos de 1905, esta última no habría sido posible. Entre 1890 y 1913, la sociedad rusa, diversa y vasta, enfrentaba la imagen de atraso mientras se industrializaba de manera desigual, generando un capitalismo dispar.
La Política Rusa: Una Contradicción Estructural
Nicolás II reforzó la autocracia tras el asesinato de Alejandro III, incumpliendo las promesas de reforma post-1905 y generando desconfianza. La contradicción entre absolutismo político y dinamismo económico-social, como señaló Trotski, evidenció la necesidad de reformas profundas.
Febrero de 1917: El Fin de los Romanov
Durante la Primera Guerra Mundial, Rusia enfrentaba masacres y pobreza extrema, lo que llevó a protestas generalizadas. En febrero de 1917, el ejército se unió a las manifestaciones pacíficas, marcando el fin de los Romanov. Esta revolución fue notablemente espontánea. Tras la revolución, un gobierno provisional fue formado con el apoyo de la Duma, enfrentando grandes desafíos: organizar elecciones, resolver la guerra y asegurar el bienestar social con promesas de «Tierra, trabajo, pan». La sociedad experimentó una reestructuración hacia una jerarquía más horizontal.
El Surgimiento de los Soviets como Contrapoder
Durante este período, los Soviets resurgieron como contrapoder, asumiendo roles legislativos y de recaudación de impuestos. Esta reaparición marcó un cambio significativo en el equilibrio de poder dentro de Rusia.
El Declive de la Revolución Liberal y la Tesis de Abril
La revolución liberal decayó debido al descontento con el gobierno provisional, exacerbado por la insistencia de figuras como Miliukov en continuar la guerra, impidiendo elecciones y reformas agrarias. La Tesis de Abril de Lenin marcó un cambio crucial, con los bolcheviques buscando la paz a través de Alemania. Aunque esto generó tensiones internas, Lenin demostró gran habilidad para interpretar la situación en Rusia.
Radicalización de los Movimientos Sociales
En junio, la sovietización intensificó los movimientos sociales, generando huelgas que alarmaron al gobierno provisional. Esto llevó a las Jornadas de Julio y a una represión antibolchevique. El Golpe Kornilov expuso la incapacidad del gobierno provisional, mientras que los bolcheviques, escapando de prisión, ganaron apoyo, iniciando la bolchevización de los soviets. En el verano de 1917, los campesinos se rebelaron y tomaron tierras de la nobleza.
La Toma del Poder en Octubre de 1917
La inoperancia del gobierno provisional llevó al II Congreso de los Soviets. En esa noche, los bolcheviques tomaron el poder ante la amenaza de un golpe de estado, asaltando el Palacio de Invierno. La falta de fuerzas de oposición allanó el camino para que los soviets asumieran el poder, estableciendo un gobierno obrero y revolucionario. Rusia se retiró de la guerra y se implementó una reforma agraria, sentando las bases para una revolución campesina. Aquí culminaría la revolución tal como se había concebido hasta entonces.
Puesta en Marcha y Problemas para la Materialización del Programa Revolucionario
La Paz de Brest-Litovsk resultó en pérdidas territoriales significativas para Rusia a favor de Alemania, sin dejar alternativa. Esto desencadenó una guerra civil e internacional que se extendió desde 1918 hasta 1921. Las potencias extranjeras apoyaron a los contrarrevolucionarios rusos y se negaron a reconocer lo ocurrido en Rusia durante el verano de 1917. Este período fue testigo del despertar revolucionario mundial posterior a la Primera Guerra Mundial, y la fundación de la III Internacional marcó un hito en la política de aislamiento contra Rusia.