Transformaciones Agrarias y Manufactureras en la Era Moderna

Los avances tecnológicos, como la siembra mecánica, y la investigación en la aplicación de la máquina de vapor, marcaron un cambio significativo en la agricultura. La corona implementó leyes que permitieron el vallado y la exportación de cereales, favoreciendo el mantenimiento de precios elevados. La agricultura se preparó para cumplir tres funciones cruciales en la era industrial:

  • Alcanzar límites de producción que garantizaran el crecimiento poblacional.
  • Proporcionar la mano de obra necesaria para la industria.
  • Dar lugar al crecimiento de las ciudades como centros de dinamismo social e histórico.
  • Aportar capital para la mecanización de la industria.

Existe una fuerte conexión entre la Revolución Agraria y la Revolución Industrial.

En el siglo XVIII, se observó una mejora en las perspectivas agrícolas, con la desaparición de las crisis climáticas severas del siglo XVII. Los gobernantes se preocuparon por mejorar la agricultura y las condiciones del campesinado, reconociéndolos como la principal fuente de riqueza. Se difundieron nuevas técnicas de cultivo, se aseguraron los suministros de cereales mediante silos y se mejoró el transporte. Científicos colaboraron en estas mejoras.

El Fisiocratismo y el Liberalismo Económico

La importancia dada a la agricultura llevó al surgimiento del fisiocratismo, una doctrina que consideraba la tierra como el principal valor económico, ya que de ella nacían todos los productos necesarios para el desarrollo de otros sectores. Esta doctrina, originada en Francia, se extendió por Europa. Sin embargo, el liberalismo económico, con Adam Smith como figura clave, también ganó terreno. Este último condenaba la regulación estatal de la economía y abogaba por la liberación del mercado, regido por la oferta y la demanda.

La Manufactura en el Antiguo Régimen

La Revolución Industrial, el último gran proceso de cambio del periodo moderno, se inició a finales del siglo XVIII en Inglaterra y se consolidó en el siglo XIX. La manufactura, un sector significativo del antiguo régimen, experimentó cambios sustanciales en el siglo XVII. Desde la Edad Media, se vinculaba a pequeños talleres artesanos de carácter urbano y familiar, regulados por los gremios. Estos eran asociaciones de artesanos que defendían los intereses de sus miembros y regulaban la producción, determinando cómo, cuánto y a qué precio se debía producir. Además, los gremios jugaban un papel social importante, ofreciendo apoyo a sus miembros.

Hasta el siglo XVII, la producción manufacturera era limitada, con precios fijados por los gremios para evitar la competencia y asegurar ingresos mínimos. El capital invertido era limitado, dependiendo del poder económico y los resultados de la actividad familiar.

La manufactura mantenía una estrecha relación con el mundo agrario, dedicándose en parte a la producción de productos agrícolas. Era común que los artesanos también se dedicaran a la explotación de pequeñas propiedades agrarias.

El Sector Textil

El sector más desarrollado era el textil, especialmente la producción de tejidos de lana. Este sector tenía una amplia demanda, ya que la vestimenta era una necesidad básica después de la alimentación. Además, la transmisión de conocimientos de padres a hijos y la disponibilidad de mano de obra, especialmente mujeres que aprendían a coser, favorecieron su desarrollo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *