Transformaciones Culturales en España (1898-1936): Modernización, Educación y Prensa

Transformaciones Culturales en España (1898-1936)

Cambio en las Mentalidades

El período entre 1898 y 1936 en España se considera una etapa de gran fecundidad cultural. 1898 marcó una nueva etapa de reflexión para el país, mientras que 1936 señaló el inicio de la Guerra Civil, que subordinó la cultura a sus exigencias. El cambio en las mentalidades se inició a finales del reinado de Isabel II, a partir del Sexenio Democrático. El analfabetismo dificultó la difusión de las ideas de pensadores y literatos a las masas, por lo que la educación y la prensa se convirtieron en instrumentos fundamentales. Las ciudades se transformaron en centros de acceso a la cultura, y la divulgación del conocimiento pasó a manos de intelectuales agrupados en escuelas de pensamiento: liberalismo, tradicionalismo y regeneracionismo.

El Regeneracionismo y la Generación del 98

El compromiso intelectual se reflejó en el deseo de colaborar en la regeneración de España. La Generación del 98, con figuras como Unamuno, Azorín, Pío Baroja, Ramiro de Maeztu, Valle-Inclán y Antonio Machado, nacidos en torno a 1870, reflexionó, a menudo con pesimismo, sobre la realidad histórica y el futuro del país, participando de la sensibilidad regeneracionista de la época.

El Ocio y la Cultura Popular

Un cambio importante en la mentalidad fue el disfrute del tiempo de ocio. La presión obrera impulsó el aumento de salarios y la reducción de la jornada laboral. La mayor disponibilidad de tiempo libre permitió a sectores más amplios de la sociedad urbana superar los umbrales de subsistencia, y el ocio se orientó progresivamente hacia el consumo. Las fiestas patronales, con sus verbenas, se convirtieron en espacios de difusión de nuevos inventos como la fotografía y el cinematógrafo. El teatro, especialmente el género chico, fue un medio de culturización y propaganda muy popular. El deporte, inicialmente restringido a las élites, se popularizó gracias al crecimiento económico, las mejoras sociales y la prensa, con el fútbol como principal exponente.

Influencias Intelectuales: Positivismo, Krausismo y Evolucionismo

Con la Restauración se difundió una mentalidad positivista, presente tanto en el pensamiento político de Cánovas como en intelectuales de la oposición, como los krausistas. El krausismo, basado en la filosofía de Karl Krause, defendía el panteísmo. En España, promovió una concepción racionalista en oposición al pensamiento tradicionalista. Julián Sanz del Río introdujo el krausismo en la Universidad Central a finales de la década de 1850, centrándose en la reforma de la educación como vía para la modernización del país. El positivismo también influyó en la llegada de la sociología, preocupada por la cuestión social. Se investigó la condición de vida de la clase trabajadora, y en 1884 se creó la Comisión de Reformas Sociales. En la década de 1890, surgió un consenso sobre la necesidad de una intervención estatal moderada en materia social, que se concretó en las primeras leyes sobre accidentes en el trabajo infantil y femenino en 1900.

La Prensa y la Educación

La prensa desempeñó una labor de divulgación cultural e impuso nuevas formas sociales, tanto en el ámbito ideológico como en el de la cultura y el ocio, convirtiéndose en un medio de comunicación de masas. La Restauración inauguró la época dorada del periodismo, con periódicos como El Imparcial, El Liberal, El Heraldo de Madrid, ABC, La Vanguardia y El Debate. La prensa de este período gozó de mayor libertad que en la época isabelina, y contó con la colaboración de importantes figuras de la Edad de Plata.

La preocupación por España también se manifestó en el campo de la educación. Además del programa regeneracionista de Costa («escuelas y despensa»), se desarrollaron iniciativas como la Institución Libre de Enseñanza y las Escuelas del Ave María, que coincidieron en la valoración de la educación al aire libre, el ejercicio físico y la atención personalizada. Anarquistas y socialistas también intentaron organizar sus propias escuelas.

La Institución Libre de Enseñanza

De carácter aconfesional, la Institución Libre de Enseñanza asumió principios éticos de raíz cristiana, aunque presentados como laicistas. Su independencia de cualquier poder público o religioso la convirtió en una institución minoritaria. Se intentó aplicar sus mejoras en centros oficiales, y se promovió la creación de centros de formación e investigación, como el Ministerio de Instrucción Pública en 1900 y la Junta para la Ampliación de Estudios (JAE) en 1907.

Las Escuelas del Ave María

El proyecto del padre Manjón, las Escuelas del Ave María, se orientó a los sectores más humildes de las provincias con mayor índice de analfabetismo. Los alumnos aprendían un oficio, y el método educativo, basado en una concepción cristiana del hombre, era innovador y se orientaba a la integración social.

Otras Iniciativas Educativas

El ambiente de renovación cultural y pedagógica propició otras iniciativas, como el Instituto Escuela de Madrid, para mejorar la calidad de la educación secundaria, y las Misiones Pedagógicas, creadas en 1931, que buscaban extender la educación a todos los sectores de la sociedad, especialmente en las zonas rurales.

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