Transformaciones de España en el Siglo XIX: De la Política al Desarrollo Económico y Social

La evolución política del Sexenio Democrático

Introducción

En el año 1868 se da por concluido el reinado de Isabel II y comenzó una etapa muy convulsa y novedosa en la historia de España al implantarse un régimen político liberal muy avanzado y plenamente democrático definido por la Constitución de 1869. Este régimen dio paso a la efímera Primera República Española. Al final de estos seis años se impuso de nuevo una monarquía liberal con el regreso de los borbones, se inauguró entonces una larga etapa de la Historia de España llamada Restauración.

A) El origen de la revolución de 1868

Causas:

1. Descontento popular por la fuerte crisis económica

2. Crisis de la Hacienda, debido a la importante deuda

3. Crisis política del sistema liberal, con toda la oposición política en contra del gobierno de Narváez. El Pacto de Ostende (1866): toda la oposición política (progresistas, demócratas y más tarde la Unión Liberal) se unen con el objetivo de derrocar a Isabel II y elegir una Asamblea Constituyente elegida por sufragio universal masculino.

B) La Revolución de 1868: la “gloriosa”

La revolución triunfa tras el pronunciamiento del almirante Topete en Cádiz en septiembre y la victoria del General Serrano frente a las tropas partidarias de Isabel II. La reina se exilia en París. Gobierno provisional de Serrano: se formó un gobierno provisional que organiza unas elecciones constituyentes en la que vencen los progresistas.

C) La Constitución de 1869

Es la primera constitución democrática de España, debido a la existencia del sufragio universal masculino.

Características:

1. Soberanía nacional.

2. Monarquía parlamentaria con el poder del rey muy limitado.

3. El poder legislativo en manos exclusivas de las Cortes (Congreso y Senado).

4. El poder ejecutivo lo tiene un Consejo de Ministros que responde ante las Cortes.

5. El poder judicial lo ejercen tribunales independientes.

6. Por primera vez se reconocen la libertad de residencia, de enseñanza y de culto.

E) La monarquía de Amadeo de Saboya (1871-1873)

Tras el exilio de la reina Isabel, España debe elegir a su monarca. Entre varios candidatos europeos, las Cortes se decantaron por Amadeo de Saboya (hijo de Víctor Manuel II, rey de Italia) que era el candidato preferido por el General Prim. El reinado de Amadeo de Saboya fue perdiendo apoyos desde el día de su llegada a España (ese mismo día fue asesinado Prim). El nuevo rey respeta la Constitución pero no es querido por el pueblo, ni por la nobleza, ni por la Iglesia. Además, tuvo que enfrentarse a graves problemas políticos:

1. Sublevación en Cuba

2. La Tercera Guerra Carlista

3. Luchas internas en el partido político que apoyaba a Amadeo que provocó la celebración de 3 elecciones y seis cambios de gobierno en pocos meses. Ante la grave situación y la falta de apoyos políticos el rey decide abdicar a inicios de 1873, poco más de dos años después de su llegada a España. Ante la renuncia del rey, las Cortes se constituyen en Asamblea Nacional y proclaman la Primera República.

F) La Primera República (1873-1874)

Se caracterizó por su debilidad, la inestabilidad política y las luchas entre sus partidarios enfrentados en dos ideas distintas de república: Federalista o unitaria. En menos de un año tuvo 4 presidentes (Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar). Se enfrentó a gravísimos problemas que acabaron con ella:

1. La Tercera Guerra Carlista. Se extendió por el País Vasco, Navarra y Cataluña convirtiéndose en una auténtica guerra civil.

2. La gran agitación obrera que culminó con una Huelga General.

3. El problema del cantonalismo. Empezó en Cartagena y se extiende por Sevilla, Cádiz, Torrevieja y Almansa. Pretende dividir el estado en territorios (cantones) casi independientes. El cantonalismo solo fue sometido tras el empleo del ejército.

4. La Guerra de Cuba, iniciada por los separatistas con el apoyo de Estados Unidos. El Fin de la República sucede tras el pronunciamiento del General Pavía el 2 de enero de 1874. Comienza la llamada “república de orden” encabezada por Serrano como etapa de transición a la vuelta de los borbones a España. En diciembre de 1874 el pronunciamiento de Martínez Campos en Valencia proclamaba a Alfonso de Borbón como rey de España.

La economía española en el siglo XIX: agricultura, industria y transportes

Evolución de la agricultura

La agricultura española del s. XIX presenta las siguientes características:

a) Expansión del trigo como base para el autoabastecimiento. La pérdida de América y la desamortización favorecen el aumento de tierras dedicadas al trigo. En 1830 el país es autosuficiente, la política proteccionista favorece el cultivo de trigo y sólo en caso de malas cosechas se recurre a la importación de trigo. A lo largo del siglo se pasa de una producción para autoconsumo a una comercial, favorecida por la desamortización y el auge del transporte. Podemos afirmar que desde 1870, las crisis de subsistencias (hambrunas a causa de las malas cosechas) están dominadas, este es el gran éxito de la agricultura española del siglo XIX.

b) Expansión del viñedo: Entre 1820-1860 se triplica la extensión cultivada. El vino y aguardiente, principal producto de exportación. La filoxera francesa provoca un aumento extra en la producción de vino, desde 1882 España “monopoliza el comercio mundial del vino”, pero no consigue mantener esa posición, los franceses siguen controlando el mercado.

c) Expansión de olivo: A lo largo del siglo, se aumenta un 50 % la producción y se fijan las áreas de cultivo principales actuales: Andalucía (Córdoba-Jaén) y el Bajo Aragón-Tarragona. Desde fines de siglo se va imponiendo el uso alimentario del aceite de oliva (hasta entonces era utilizado en gran parte para uso industrial).

d) Expansión de los cultivos hortícolas y cítricos: especialmente en las comarcas situadas en torno a Valencia.

Conclusión: La agricultura ha sufrido una expansión a lo largo del siglo aunque con cierto estancamiento en los últimos decenios. Se ha pasado de una agricultura de subsistencia a la comercial y se ha logrado superar las hambrunas, pero por otra parte los rendimientos siguen siendo bajos y las condiciones técnicas arcaicas. La propiedad de la tierra no ha pasado al pequeño campesino, siguen dominando los terratenientes. En los primeros años del s. XX, la agricultura supone en torno al 40 % de la renta nacional: España sigue siendo una economía de base agraria.

El Proceso de industrialización

En términos generales la industrialización fue débil y tardía comparada con el resto de Europa.

a) La Industria Siderúrgica

Caracterizada por un desarrollo titubeante a lo largo del siglo. Hasta 1860 predomina el área de Marbella-Málaga, con altos hornos abastecidos por carbón de leña. Entre 1860-1880, el foco más importante se situó en Asturias, debido al desarrollo de los hornos de coque (abastecidos por el carbón de hulla extraído en las cercanías). Destacaron los Altos Hornos de Mieres y la Sociedad Duro en La Felguera. A partir de 1880-1900 se produjo el despegue vizcaíno, que culmina en 1902 con la creación de la Sociedad Altos Hornos de Vizcaya, la mayor empresa española de capital exclusivamente privado. Se desaprovechó la oportunidad del ferrocarril (Ley de Ferrocarriles de 1855) para fomentar el

desarrollo industrial español (2/3 de los raíles eran importados). Paradójicamente, después de 1880 el 90 % del hierro de Bilbao se exporta a Inglaterra por vía marítima (a la vuelta traen carbón), dado que era un hierro de mejor calidad y más barato que el inglés.b) Industria Textil La industria textil se desarrolló en Cataluña, basada en la fabricación de telas de algodón. El sector textil catalán había comenzado su desarrollo ya en el siglo XVIII (al igual que Inglaterra), si bien perdió parte de su vitalidad por el estancamiento que sufrió entre 1808-1832 (durante la Guerra de Independencia y el reinado de Fernando VII). A partir del reinado de Isabel II volvió a expandirse, gracias a la iniciativa empresarial de la burguesía catalana que aplicó las nuevas máquinas y técnicas de producción a sus fábricas. También fue determinante en el éxito de la industria textil catalana la política proteccionista. Los aranceles a la importación de textiles procedentes de Inglaterra y otros lugares de Europa favoreció la producción en Cataluña, puesto que el marcado nacional español era abastecido en exclusiva por la industria catalana. En conclusión, la industria textil algodonera de Cataluña fue el sector industrial más dinámico de la España del siglo XIX. c) Valoración sobre la industrialización española. La primera conclusión es el fracaso de la Revolución Industrial en España en el siglo XIX, puesto que el desarrollo industrial fue muy limitado, centrándose en dos focos periféricos: Cataluña y País Vasco-Asturias. Solo la industria siderúrgica y la textil se desarrollaron conforme al modelo capitalista, el resto se mantienen como industrias de tipo artesanal. La industria textil fue la verdadera palanca de la industrialización española, no así la siderúrgica. En general todos los historiadores califican el proceso como: fracaso industrializador, retraso industrial, industrialización incompleta. A comienzos del siglo XIX, solo el 15% de la población activa trabajaba en el sector secundario, mientras que más de 65 % se dedicaba a la agricultura. Por último, es significativo que la expansión industrial española estuvo acompañada de un disminución relativa del peso industrial en Europa: En 1800 España aportaba el 5 % del producto industrial, en 1860 el 3% y en 1913 solo el 2 %.

2.3. El desarrollo de los transportes a) Los condicionamientos geográficos España es un país muy montañoso que dificulta las comunicaciones entre las distintas regiones y encarece los costes de construcción de infraestructuras. Tampoco cuenta con grandes ríos navegables. Estas dificultades en las comunicaciones dificultan los intercambios comerciales que excedan el ámbito local-regional. b) La revolución del transporte interior: la construcción del ferrocarril. El ferrocarril mejoró el transporte es España debido a las ventajas que presenta respecto al resto de transportes terrestres de la época. Tiene mayor capacidad de carga, mayor velocidad y mayor seguridad. Por todo ello supone una gran disminución en los tiempos y costes. La Ley General de Ferrocarriles de 1855 favoreció la rápida construcción de una tupida red gracias a las inversiones extranjeras (sobre todo capital francés), si bien la crisis financiera de 1866 paralizó parte de estas obras. En conclusión, la extensa y rápida construcción de la red de ferrocarril en realidad no sirvió para los objetivos previstos. Es decir, existía una amplia red de ferrocarril pero no había mercancías para transportar por lo que no resultaron o rentables y muchas empresas de ferrocarril quebraron.

3. La sociedad española en el siglo XIX: del estamentalismo a la sociedad de clases. En el ámbito de la sociedad, las revoluciones liberales supusieron el paso de la sociedad estamental (la del Antiguo Régimen) a las sociedad de clases. La sociedad de clases presenta las siguientes características: 1 Todos los individuos son iguales ante la ley (al menos en teoría) 2 Los grupos sociales se establecen en función a la riqueza: clase alta, clase media y clase baja. 3 Debido a que el criterio diferenciador es la riqueza, existe movilidad social, es posible ascender en la escala social. a) La nueva clase dominante: la Clase Alta o La Oligarquía terrateniente, industrial y financiera. Formada por la unión de la Alta Burguesía (grandes empresarios e industriales) y la Alta nobleza (los antiguos nobles que pierden sus privilegios pero conservan su riqueza procedente de sus grandes propiedades territoriales). Son la base social del régimen liberal moderado (los que participan del sufragio censitario)b) Las clases medias: grupo muy variado pero minoritario. Formada por pequeños empresarios industriales, comerciantes, profesionales liberales y funcionarios. Este grupo era menos numeroso que en otros países de Europa. c) La Clase Baja. Se trataba el grupo mayoritario y representaba tres cuartos de la población. Se divide en: Campesinos: la gran mayoría de la población. Muchos trabajaban como jornaleros o arrendadores en tierras de la Clase Alta. Sus condiciones de vida eran muy precarias. Son los grandes perjudicados de la instauración del sistema liberal en España Clase Baja urbana: formado por los artesanos, criados, mozos y sirvientas y por los obreros de las industrias. Este último grupo fue en aumento. A esta clase se la conoce también como el proletariado.

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