Las Reformas de la Segunda República Española (1931-1936)
La Segunda República Española, proclamada en 1931, emprendió una serie de reformas ambiciosas con el objetivo de modernizar el país y mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos. Estas reformas abarcaron diversos ámbitos, desde el ejército y la agricultura hasta la educación y las relaciones laborales.
Modernización del Ejército
Manuel Azaña, con la intención de crear un ejército profesional y leal a la democracia, implementó medidas para reducir el número de oficiales, eliminar el fuero militar, asegurar la obediencia al poder civil y erradicar la intervención militar en la política.
Entre las medidas adoptadas destacan:
- La promulgación de la Ley de Retiro de la Oficialidad, que obligaba a los oficiales a jurar fidelidad a la República o retirarse con sueldo íntegro.
- El cierre de la Academia Militar de Zaragoza, considerada tradicionalista.
- La clausura de las Capitanías Generales, los Consejos de Honor y el Consejo Supremo de Justicia Militar.
- La eliminación de la prensa militar.
- La creación de la Guardia de Asalto, una fuerza de orden público fiel a la República.
Estas reformas generaron tensiones y descontento en un sector del ejército, que la derecha aprovechó para fomentar la revuelta contra la República. A pesar de ello, se logró una disminución de los gastos militares.
Reforma Agraria
La agricultura era un pilar fundamental de la economía española, tanto por su contribución a la renta nacional como por la mano de obra que empleaba. La Reforma Agraria de 1932 buscaba:
- Poner fin al predominio del latifundismo, especialmente en el centro y sur de España.
- Mejorar las condiciones de vida de los campesinos pobres y los jornaleros.
La ley contemplaba la expropiación de grandes latifundios y el asentamiento de campesinos sin tierras, encomendando su aplicación al Instituto de la Reforma Agraria, que contaba con un presupuesto para indemnizar a los propietarios expropiados y facilitar los asentamientos.
A pesar de sus objetivos, la reforma tuvo un alcance limitado debido a su complejidad técnica, la falta de presupuesto, la lentitud burocrática y la resistencia de los propietarios, lo que contribuyó a acentuar la tensión social.
Reforma del Estado Centralista
La Constitución de 1931 abrió la puerta a la creación de un estado de regiones autónomas para satisfacer las aspiraciones nacionalistas de algunas regiones.
Cataluña
Francesc Macià proclamó la República Catalana dentro de la Federación Ibérica el 14 de abril de 1931. El gobierno provisional de la República Española reconoció este gobierno autónomo, la Generalitat, y se elaboró el Estatuto de Nuria, que otorgaba a Cataluña gobierno y parlamento propios.
País Vasco
El PNV y los carlistas aprobaron en 1931 el Estatuto de Estella, que fue rechazado por republicanos de izquierda y socialistas por su carácter confesional y poco democrático. En octubre de 1936, ya iniciada la guerra, se aprobó un estatuto vasco de carácter democrático, siendo elegido José Antonio Aguirre como Lehendakari.
Galicia
El proceso estatutario en Galicia fue más lento debido a un movimiento nacionalista menos fuerte, y el estatuto no llegó a ser aprobado por las Cortes.
Obra Educativa y Cultural
La República priorizó la educación, promoviendo una enseñanza liberal y laica y garantizando el derecho a la educación para toda la población. Se buscó acabar con la hegemonía de la enseñanza religiosa y se adoptó un modelo de escuela mixta, laica, obligatoria y gratuita, centrándose en la enseñanza primaria.
Además, se crearon las Misiones Pedagógicas, grupos de estudiantes que llevaban bibliotecas y actividades culturales a las zonas rurales, con el objetivo de mejorar el nivel cultural de la población y hacer de la cultura un derecho para todos.
Reformas Laborales
Largo Caballero, desde el Ministerio de Trabajo, impulsó una serie de medidas para mejorar las condiciones laborales, entre las que destacan:
- La Ley de Contratos de Trabajo, que regulaba la negociación colectiva.
- La Ley de Jurados Mixtos, con poder de arbitraje vinculante en caso de desacuerdo.
- El establecimiento de la jornada laboral de 40 horas y el aumento de los salarios.
- El impulso de los seguros sociales.
- La reducción de la jornada laboral de los trabajadores del campo.
- El fortalecimiento del papel de los sindicatos agrícolas en la contratación.
Estas medidas encontraron la oposición de las organizaciones patronales.