Transformaciones económicas y sociales del siglo XVIII: La era de las luces y la emergencia de la burguesía

Transformaciones Económicas y Sociales del Siglo XVIII

Las Transformaciones Industriales

La expansión comercial del siglo XVII requirió transformaciones industriales, modificando los métodos y la organización productiva, adaptándose a las posibilidades técnicas y a los gustos de los consumidores.

Cambios en la Organización y la Geografía Industrial

Trabajar para Mercados Distantes

Hasta el siglo XVII se había trabajado para clientes próximos, generando una relación artesano-cliente cercana. A partir de esta época se trabaja para mercados distantes, primando la cantidad producida sobre la calidad. La organización adquiere tanta importancia como la producción, haciendo aparecer a empresarios industriales con gran habilidad organizativa. Estos comerciantes-industriales fueron responsables del aumento de la producción industrial y fomentaron el paso de muchos maestros gremiales al empresariado industrial. También se modificó el tipo de trabajador, priorizando la cantidad sobre la calidad.

Superar la Persistencia Gremial

El siglo XVIII observa la progresiva desaparición de los gremios. La industria corporativa supera sus problemas tradicionales (abastecimiento de materias primas y distribución de la producción). Los gremios, basados en privilegios y reglamentaciones, se volvieron restrictivos, anacrónicos e insensibles al cambio, entrando en conflicto con la libertad de empresa. Además, les era difícil atender la creciente demanda de productos industriales. El gremio, bien asentado en Europa, subsistió por el miedo a desmontar el sistema y a que la economía de mercado no funcionase. Contaban con el apoyo de los gobiernos, que los usaban para regular la economía. En algunos países sirvieron como agentes fiscales e inversores financieros. Los gobiernos no limitaron su funcionamiento hasta la segunda mitad del siglo, e incluso en algunos países se crearon más. Las nuevas formas de producción industrial convivieron con una estructura obsoleta abocada a la desaparición gracias a la difusión de otros tipos de organización industrial.

El Triunfo de la Industria a Domicilio

El siglo XVIII trajo cambios en las necesidades de los mercados y el comercio, adaptando los métodos de producción. Los comerciantes vieron insuficiente el trabajo de los gremios, dedicados a la producción local, que no se ajustaban al dinamismo del comercio internacional. Los empresarios encontraron atractivo emplear mano de obra campesina para realizar productos que necesitaban los mercados. Se trataba de labores sencillas o fases simples de una cadena de producción, generalmente textiles o de menaje. A esto se le llama industria a domicilio.

Fue un sistema ventajoso: incrementó el volumen de producción, permitiendo la apertura de nuevos mercados en las colonias; los campesinos, con tiempo libre entre siembra y cosecha, aumentaban los ingresos familiares.

Este sistema presentó problemas: imposibilidad de controlar la labor productora y la entrega de materia prima; el transporte de materias y manufacturas elevaba los costes; el aumento de los salarios; la producción estaba sujeta a los ciclos de trabajo agrícolas. Para reducir costes y aumentar la producción, se impuso la concentración de mano de obra y la búsqueda de mejoras productivas, desembocando en la mecanización. Inglaterra fue pionera.

La Industria Concentrada

Antes de la mecanización, se probaron modelos de concentración de mano de obra en el sector textil, la extracción mineral, la metalurgia y la construcción naval. Surgió como iniciativa estatal. En el siglo XVIII, el estado también estableció fábricas estatales para potenciar la industria y el comercio. Estas empresas legaron avances técnicos, pero su éxito fue escaso.

La Geografía Industrial

La industria a domicilio hizo que la producción tuviera un marcado carácter rural. Ligada a los textiles, conoció la entrada de producciones como la metalurgia (cuchillería, ferretería y siderurgia) en los Países Bajos o el norte de Europa, así como fases de producción de espejos o tintes, estimulando la economía de mercado y la integración de mercados. Aparecieron regiones productoras y desigualdades entre las naciones.

Predominio de la Construcción y la Industria Textil

Hasta el siglo XIX, la construcción y la industria textil fueron las principales actividades. El auge de la construcción se debió a la economía saneada de los monarcas, que les permitió emprender proyectos constructivos, y al desarrollo urbano y crecimiento de la población.

En el sector textil, la industria pañera decayó al competir con nuevos tejidos como las bayetas o el algodón, aunque la producción lanera se mantuvo hasta 1770. El lino y el cáñamo también compitieron con el algodón. La seda se siguió produciendo en los países mediterráneos. La novedad fue la entrada del algodón, cuyo éxito se debió a la moda. La industria del algodón se extendió por Europa hasta 1780, cuando Inglaterra limitó su expansión, superando al resto por su creciente mecanización.

La Metalurgia y la Minería

El hierro, el metal más importante del siglo XVIII, fue demandado por la construcción, el ámbito militar y la construcción de maquinaria y herramientas. Suecia y Rusia fueron los principales productores. Suecia exportaba el 60% de su producción a Gran Bretaña, que experimentó un gran crecimiento siderúrgico, produciendo cuchillería, alfileres, clavos, etc. Alemania tuvo una importante metalurgia rural.

El sector minero y del carbón creció, siendo demandado por fundiciones, hornos, forjas o calefacción urbana. En Gran Bretaña, la demanda de carbón por la industria intensificó la explotación carbonífera.

La Revolución Industrial en Inglaterra

La mecanización industrial produjo cambios económicos y sociales que sentaron las bases del mundo contemporáneo. ¿Por qué este cambio productivo en Inglaterra? El término «Revolución Industrial» es producto de procesos lentos que introdujeron cambios revolucionarios. Estos procesos son la acumulación de avances técnicos que permitían mayor productividad.

El crecimiento de la demanda, por el crecimiento demográfico y los cambios en las pautas de consumo, fue decisivo. La agricultura y la mejora de los transportes también contribuyeron. Las redes de distribución permitieron que los productos ingleses se introdujeran en el mercado internacional.

La mecanización trajo los cambios más sustanciales. Productos artesanales y marginales aumentaron su productividad gracias a la maquinaria, generando mayor demanda. Los progresos técnicos producían desajustes entre la oferta y la demanda.

La mano de obra doméstica se volvió obsoleta. Las máquinas requerían obreros. En los textiles, el trabajo de mujeres y niños fue sustituido por la energía hidráulica o el vapor. La mano de obra se concentró en la fábrica, sometida al ritmo de las máquinas. Inglaterra, líder en la producción textil de algodón, importaba materia prima barata de Estados Unidos, creando productos de buena calidad y coste reducido. Esto permitió a los comerciantes ingleses colocar sus productos en el mercado internacional con sustanciosos beneficios, que se reinvertían en la industria, las mejoras técnicas y la expansión de la Revolución Industrial.

La Burguesía

Definición y Límites

Desde la perspectiva estamental, la burguesía no es un estamento, sino parte del estamento llano, sin privilegios. Se caracterizan por realizar actividades organizativas e intelectuales.

Durante el siglo XVIII, la burguesía creció y se fortaleció, pero el referente del prestigio social seguía siendo la nobleza. La burguesía buscaba ennoblecerse. Surgió una conciencia de clase, que concluía que ciertas funciones debían ser desempeñadas por los burgueses. La noción de privilegio entró en crisis y los nobles aceptaron valores burgueses. La burguesía usó su poder económico para distinguirse de otros grupos sociales. Su movilidad social pasó por varias etapas:

  • Décadas iniciales: Se prolonga la situación del siglo XVII. Movilidad en los niveles altos. Comerciantes y financieros ocupan huecos en la nobleza. Los cambios en el estado favorecen el ascenso y ennoblecimiento de los administradores.
  • Décadas centrales: Se consolida la burguesía por el crecimiento económico y el aumento de la burocracia y las profesiones. Comerciantes y administradores se ennoblecen a través del trabajo o la compra de títulos.
  • Décadas finales: La burguesía pide cambios políticos que eliminen privilegios, pero desea ennoblecerse. La idea de luchar contra los privilegios se abre camino, disminuyendo las posibilidades de ennoblecerse. El prestigio social reside en la burguesía.

Esta situación se aplica a países con desarrollo social avanzado, como Francia y Gran Bretaña. En España, Italia y Alemania, el proceso fue menos intenso. En Europa del Este, la burguesía fue minoritaria. El burgués es el profesional que vive de su trabajo, diferenciándose por su profesión. Su actividad se relaciona con cambios estructurales del siglo XVIII. El aumento de la población generó mayor demanda de bienes y servicios profesionales. La administración del estado creció por la centralización y la asunción de competencias, aumentando las oportunidades de empleo para los burgueses.

Principales Grupos Burgueses

En el siglo XVIII, dentro de los ciudadanos, surgen nuevos burgueses:

La Burguesía Comercial

Se dedicaban al comercio y las finanzas. Los grandes comerciantes, encargados de los grandes puertos europeos y del comercio colonial y europeo, usaban las Compañías Privilegiadas y Compañías Comanditarias de base familiar. Tenían poca influencia política.

Los comerciantes dedicados al comercio interior, de menor capacidad económica, procedían de los antiguos gremios de comerciantes, que se convirtieron en organizaciones capitalistas. Dominaban sectores de los mercados y aspectos financieros. Eran intermediarios entre los productores de manufacturas y la demanda interior, y las terminales de exportación e importación. Se dedicaban a negocios de arrendamiento de impuestos, administración de rentas y abastecimiento al municipio o al estado.

Los mercantiles, menos adinerados, eran pequeños comerciantes de ciudad, tenderos, buhoneros y trajinantes, marcando la línea entre burgueses y trabajadores.

La Burguesía Financiera

Los financieros tradicionales se dedicaban a préstamos rurales y urbanos. En el siglo XVIII se mezclan las finanzas y el comercio. El Estado, el agente económico mayor, impulsó negocios donde se movía mucho dinero, gestionado por personas con capacidad de organización. Los financieros más comunes eran los asentistas y los arrendatarios de impuestos. Los asentistas, con privilegios del Estado, se dedicaban al comercio y la banca. Los arrendatarios de impuestos recaudaban impuestos tras hacer un préstamo al Estado. En España controlaban rentas de la Hacienda, pero a partir de 1749 la administración cobró directamente los impuestos. En Francia, los Fermiers Genereaux cobraban parte de los impuestos.

Se desarrollaron las acciones, que suponían la participación activa del capital en empresas productivas. Las Compañías por Acciones Privadas influyeron en la economía, permitiendo mayores inversiones y actividades más complejas. Surgieron burgueses que construyeron sus fortunas con base financiera, al igual que muchos nobles. Se desarrolló la Bolsa, aunque existieron crisis como la de los Bubbles en Inglaterra o el fracaso de las Bancas de Law en Francia.

La Burguesía Industrial

Nace en el siglo XVIII. Inicialmente, el mercader fabricante de la industria a domicilio compraba la producción a los campesinos para perfeccionarla y distribuirla. Surge el fabricante mercader, antiguos maestros gremiales que organizaban el trabajo y la comercialización de sus productos. Había otras formas industriales tradicionales con organización capitalista y dueños burgueses, como las minas, las fraguas y los astilleros. Las industrias de nueva planta se beneficiaron de los avances tecnológicos y la legislación que favorecía la libertad de empresa.

Funcionarios y Profesionales Liberales

Los funcionarios, un sector característico del siglo XVIII, copaban el centro de los gobiernos y las decisiones políticas. El Gabinete en Gran Bretaña y los Secretarios en España y Francia sustituyeron a los cuerpos consultivos tradicionales. Había una jerarquía: los más elevados, junto al rey, tenían estudios universitarios o valía personal. Los de rango inferior eran empleados de departamentos. La administración de justicia estaba formada por profesionales con carrera.

Las profesiones liberales (juristas, médicos, notarios, cirujanos) ejercían por libre. Los juristas, con conocimiento de las leyes, estaban presentes en los ámbitos más elevados de la vida urbana. Las profesiones del intelecto (profesores, filósofos, escritores, periodistas) cobraron importancia. Los militares, aunque no eran propiamente burgueses, ofrecían posibilidades de ascenso social por el desarrollo de los ejércitos nacionales y las necesidades técnicas.

La Mentalidad Burguesa

Frente a la mentalidad aristocrática, la burguesa era crítica con la fe, contraria a los privilegios y al monopolio del gobierno por la nobleza:

  • Fe: La conciencia cristiana burguesa era flexible, omitiendo aspectos de la religión y oponiéndose a la aceptación total del mensaje religioso.
  • Privilegios: La actividad económica burguesa colisionaba con un mercado restringido por privilegios. Luchaban por la libertad y mostraban una actitud agresiva hacia sus enemigos (anticlericalismo, persecución de la aristocracia, liberalismo económico intransigente). Se desarrolló la idea de un prestigio social basado en la valía personal, con nuevas vías de ennoblecimiento sin privilegios, como la Orden de Carlos III en España.
  • Gobierno: Inicialmente, la burguesía apoyó el absolutismo, viendo en el rey el instrumento para reformar el sistema. Se desplazó hacia posiciones más radicales al constatar que la monarquía no eliminaba los privilegios. La solución era una monarquía constitucional que incluyera sus intereses en el gobierno y los órganos de representación.

A finales del siglo XVIII, las tesis burguesas comenzaron a triunfar, aunque solo para un grupo reducido.

Caracteres Generales del Despotismo Ilustrado

Término del siglo XIX que agrupa a monarcas del periodo central del siglo XVIII (época de las Luces) con características similares:

  1. Influencia de la Ilustración en la cultura y el gobierno.
  2. Contención de los privilegios de la nobleza y el clero para fortalecer el poder del rey.

Su contexto temporal va desde la subida al trono de Federico II de Prusia y María Teresa de Austria en 1740 hasta el final del reinado de José II en 1790. La Revolución Francesa puso fin a las reformas de los monarcas ilustrados. Otros protagonistas fueron Carlos III de España, Catalina la Grande de Rusia, Pietro Leopoldo de Toscana, el Marqués de Pombal en Portugal y Bernardo Tanucci en Nápoles.

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