Transformaciones Económicas y Sociales en la España del Siglo XIX: Desamortizaciones, Industrialización y Movimiento Obrero

Transformaciones Económicas y Sociales en la España del Siglo XIX

Desamortizaciones y la Cuestión Agraria

Pese a sus insuficiencias y errores, las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz cambiaron de forma radical la situación del campo español. Baste con señalar que afectaron a una quinta parte del conjunto del suelo. Lamentablemente, el atraso técnico y el desigual reparto de la propiedad de la tierra siguieron siendo problemas clave de la sociedad y la economía españolas.

Industrialización y sus Limitaciones

En la industria, España vio como la revolución que se había iniciado en Gran Bretaña y se extendía a otras zonas del continente, sólo afectaba de forma muy localizada al país, principalmente en Cataluña y el País Vasco. Diversos factores explican este retraso:

  • Escasez de carbón y materias primas.
  • Atraso tecnológico y dependencia del capital exterior.
  • Falta de articulación de un mercado interior caracterizado por las dificultades de comunicación y por el bajo poder adquisitivo de grandes masas de la población.
  • Factores políticos como la pérdida del mercado colonial, los destrozos de la Guerra de la Independencia o la inestabilidad política.

El Ferrocarril como Motor de Modernización

La expansión del tendido ferroviario fue un factor clave de modernización, como en el resto del mundo. España llegó con retraso al nuevo medio de transporte y la primera línea fue la construida entre Barcelona y Mataró en 1848. Curiosamente, el primer ferrocarril en los dominios españoles fue construido en Cuba en 1837, en el trayecto La Habana-Güines. Tras la promulgación de la Ley General de Ferrocarriles en 1855 tuvo lugar un verdadero «boom» del ferrocarril. En 1866 la red alcanzó los 5.145 kilómetros de extensión.

Política Comercial y Financiera

La política comercial fue, en general, proteccionista. Las leyes arancelarias de 1841 y 1849 favorecieron los intereses de los industriales del textil catalán y de los terratenientes castellanos cultivadores de trigo. Sólo durante el Sexenio Democrático se intentó una política liberal con el Arancel Figuerola de 1869. La Restauración significó de nuevo la vuelta al proteccionismo con la ley arancelaria de 1875.

En el terreno financiero, este período se caracteriza por las dificultades de la Hacienda estatal, agobiada por la Deuda Pública. Pese a estos problemas, en este período se adoptaron algunas decisiones históricas:

  • En 1856 se creó el Banco de España, que vino a sustituir al Banco Español de San Fernando. En 1874 quedó configurado como banco nacional con el monopolio de la emisión de papel moneda.
  • En octubre de 1868 se adoptó la peseta como nueva unidad del sistema monetario.

Evolución Demográfica y Cambio Social

La población española se incrementó a lo largo del período, aunque en menor medida que en los países más desarrollados. El descenso de la mortalidad y el mantenimiento de una alta natalidad explican esta tendencia. La mayor parte de la población siguió siendo rural. Se calcula que en 1865, el 80% de la población seguía viviendo en el medio rural.

El principal rasgo de este período es la paulatina desaparición de la sociedad estamental y su sustitución por una sociedad de clases basada en el derecho de propiedad y en la igualdad ante la ley. Esta nueva sociedad permitió mucha mayor movilidad social, bien por el éxito en los negocios, bien por la carrera administrativa y, sobre todo, militar. Se configuró un nuevo grupo social dominante configurado por la alta burguesía (empresarios textiles catalanes, financieros madrileños y vascos…), la oligarquía terrateniente propietaria de grandes latifundios, especialmente en la España meridional, y los altos cargos del Estado y el Ejército. Por debajo emergieron unas clases medias urbanas no demasiado numerosas (pequeños propietarios rurales y urbanos, oficiales del ejército, funcionarios, médicos, profesores…). La población campesina configuraba la mayoría de la población del país y era bastante heterogénea: propietarios, arrendatarios y jornaleros sin tierra que conformaban más de la mitad de la población rural.

Por último, ligada a la débil industrialización, se configuró un pequeño grupo de obreros industriales.

Los Orígenes del Movimiento Obrero

La débil y muy localizada industrialización española explica la debilidad del movimiento obrero hasta el Sexenio Democrático. Se calcula que en 1860 había en torno a ciento cincuenta mil obreros industriales en el país, más de la mitad de los cuales vivía en Cataluña. No obstante, ya desde la década de 1830 nacieron algunas asociaciones, como las “sociedades de auxilio mutuo”; se produjeron algunas protestas de carácter ludita, como los conflictos en 1835 en la fábrica “El Vapor” en Barcelona, o las protestas contra las “selfactinas” en 1854; la aparición de los primeros periódicos. Estas primeras manifestaciones del movimiento obrero fueron duramente reprimidas por los gobiernos de la época.

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