Transformaciones Políticas y Sociales de la Revolución Francesa

La Revolución Francesa: Transformaciones Políticas y Sociales

La Revolución Francesa fue una época de profundas transformaciones políticas, económicas y sociales. Marcó la extensión de la política parlamentaria y constitucional.

Causas de la Revolución

La Revolución Francesa fue causada por una combinación de factores políticos, económicos y sociales relacionados con el Antiguo Régimen y con conflictos de la coyuntura del último cuarto del siglo XVIII. El Estado francés atravesaba una profunda crisis financiera. Algunos ministros de Hacienda, como Turgot y Necker, propusieron una reforma fiscal para que los estamentos privilegiados, nobleza e iglesia, pagaran impuestos. Estos se negaron y, en 1787, la Asamblea de Notables exigió al rey que, si quería plantear un nuevo impuesto, debía convocar a los Estados Generales (institución de origen medieval que no se había reunido desde 1614). Esa rebelión nobiliaria, «la revuelta de los privilegiados», creó una crisis política que acabó desembocando en una revolución.

En enero de 1789, la convocatoria de los Estados Generales coincide con un periodo de grave crisis económica. Las malas cosechas habían provocado una aguda crisis de subsistencia. El precio del trigo se duplicó. La carestía provocó la reducción del consumo de productos artesanos y muchos talleres y fábricas tuvieron que cerrar. El malestar de la población por escasez de alimentos, subida de precios y desempleo quedó reflejado en los más de 60.000 cuadernos de quejas. Los campesinos protestaban contra el pago del diezmo y los abusos de los derechos feudales. Por otra parte, la burguesía urbana se quejaba de la presión fiscal, pedía garantía de libertades civiles y políticas, y una reforma profunda del Estado y la Administración.

Los Estados Generales, abiertos por el rey Luis XVI el 5 de mayo de 1789 en el palacio de Versalles. Los delegados del tercer estado reclamaron que no se votara de forma separada por estamentos, sino que cada persona tuviera un voto.

La Asamblea Nacional (1789-1792)

El 20 de junio de 1789, los delegados de la burguesía se reunieron en la sala del Juego de la Pelota ante el temor de que el rey tuviera la intención de disolver los Estados Generales. Los representantes juraron no separarse hasta haber aprobado una constitución para toda la nación. Los conjurados, con el apoyo de una minoría del clero y la nobleza, declararon la apertura de una Asamblea Nacional Constituyente. Se repitieron los motines populares contra la carestía del pan y los excesos de las fuerzas encargadas del orden. El 14 de julio de 1789, una multitud asaltó los muros de la cárcel donde se confinaban a los presos políticos, símbolo del absolutismo. La toma de la Bastilla se convirtió en la imagen más conocida de la revolución.

Durante la grande peur («el gran miedo») en el verano de 1789, se multiplicaron las revueltas antiseñoriales. Los primeros días de agosto se publicaron los decretos que terminaron con los diezmos, las prestaciones personales y los privilegios jurídicos estamentales. Todos los ciudadanos eran iguales a la hora de pagar impuestos. Era la abolición del sistema feudal. Antes de finalizar agosto, la Asamblea aprobó un texto muy importante: la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, inspirada en la Declaración de los Derechos de Virginia de 1776: libertad de pensamiento y creencias, igualdad ante la ley, seguridad, propiedad y resistencia a la opresión.

La presión popular obligó al rey a firmar leyes que ponían final al Antiguo Régimen:

  • Medidas legislativas posteriores que decretaron la libertad de comercio e industria.
  • La expropiación de los bienes eclesiásticos convertidos en bienes nacionales.
  • Disolución de las órdenes monásticas y la Constitución Civil del Clero.

Otras medidas tomadas fueron:

  • La emisión del papel moneda (billetes llamados asignados).
  • Ley de Chapelier que prohíbe la creación de gremios o asociaciones.
  • Decretos proteccionistas y de libertad de comercio y de grano.
  • La organización del país dividida en departamentos y comunas.

La obra fundamental fue la elaboración de la Constitución de 1791. Francia se convertía en una monarquía constitucional regida por los principios de la soberanía nacional y división de poderes:

  • El gobierno (poder ejecutivo).
  • La Asamblea (poder legislativo).
  • Los tribunales de justicia (poder judicial).

En octubre se creó la Asamblea Legislativa, creada por los diputados. En abril de 1792, la Asamblea declaró la guerra a Austria. El 10 de agosto, las masas populares asaltaron el palacio de las Tullerías.

La Convención (1792-1795)

Nuevo parlamento que abolió la monarquía y proclamó la república. En la batalla de Valmy, un ejército de ciudadanos franceses expulsó al ejército prusiano del duque de Brunswick. En noviembre, una nueva victoria de Jemappes sobre los austriacos aseguró la continuidad de la revolución. Uno de los debates más encendidos que enfrentaron a los girondinos con los jacobinos fue el proceso abierto al rey. La presión de los jacobinos consiguió que Luis XVI fuera juzgado y condenado a muerte por la colaboración con el enemigo. En enero de 1793 fue guillotinado, esto provocó la creación de una coalición internacional formada por Austria, Prusia, Gran Bretaña, Holanda y España. En la primavera de 1793, las levas y la carestía de las subsistencias provocaron protestas y revueltas campesinas.

En julio de 1793 llegó Robespierre. Se proclamó una nueva Constitución, con un carácter más democrático, basada en la soberanía nacional y el sufragio universal. Al mismo tiempo, se dictaron una serie de reformas sociales que afectaban a la propiedad de la tierra, los salarios mínimos y el precio de los artículos de primera necesidad. Era el «despotismo de la libertad», una sangrienta política represiva que se conoce como el Terror.

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