Transformaciones Sociales y Demográficas en la España del Siglo XIX y XX

Transformaciones Sociales y Crecimiento Demográfico en la España del Siglo XIX y XX

Crecimiento Demográfico

En 1800, España tenía alrededor de 11.000.000 de habitantes. Esta cifra ascendió a 18.600.000 en 1900 y a 23.600.000 en 1930, tasas equiparables e incluso superiores a las europeas, pero concentradas en Madrid, Barcelona y Vizcaya. La modernización demográfica se aplazó hasta el siglo XX, ya que el siglo XIX estuvo marcado por epidemias de cólera, crisis de subsistencia, dietas poco variadas, falta de higiene y escasa aplicación de los avances médicos.

Transformaciones Sociales

La revolución liberal trajo consigo un cambio en la realidad social, estableciendo la igualdad ante la ley con la renta como única diferencia. La alta aristocracia supo adaptarse y conservar su influencia.

El Campo Español

Entre 1800 y 1930, el grupo más numeroso de la población española fueron los trabajadores del campo, consecuencia de un reparto desigual de la tierra. Los jornaleros o braceros, que alquilaban su fuerza de trabajo, constituían un enorme problema. El liberalismo, al introducir la propiedad privada, cercar tierras y elevar los arriendos, agravó su situación. Esto provocó la politización del campo desde finales del siglo XIX, factor que se intensificaría en el siglo XX. La abundancia de mano de obra barata desincentivó la mejora técnica en las explotaciones. Aunque las leyes de la dictadura de Primo de Rivera intentaron mejorar la situación, no lograron sus objetivos. En el norte, existían pequeños propietarios, arrendatarios y aparceros.

El Auge de la Burguesía

La alta burguesía vio cumplidos sus sueños: propiedad garantizada, defensa por parte del Estado e igualdad jurídica. La burguesía dedicada a los negocios y las finanzas ocupó la cúspide social. Grupos burgueses menos acaudalados se implicaron en actividades comerciales e industriales, principalmente en Cádiz, Asturias, Cataluña y Valencia. Otros propietarios de tiendas, tierras o inmuebles se dedicaban a actividades menos lucrativas o trabajaban precariamente para el Estado.

El Movimiento Obrero

El movimiento obrero evolucionó lentamente, al ritmo de la industrialización. Antes de 1860, las protestas eran espontáneas, contra empleadores, capataces, máquinas y autoridades. La destrucción de maquinaria fue temprana y radical, como en el incendio de la fábrica Bonaplata de Barcelona en 1835, la primera en usar vapor.

Asociacionismo y Primeras Huelgas

En la década de 1840, nació en Barcelona la Asociación de Protección Mutua de Tejedores de Algodón. Las primeras huelgas organizadas, en 1854 y 1855, mostraban el descontento con el Estado por la falta de legislación laboral. A partir de 1868, los trabajadores optaron por la huelga y los sindicatos.

Anarquismo

El anarquismo llegó con Fanelli. En 1870 se formó la Federación Regional Española, que rechazaba las elecciones y el centralismo. Prohibida en 1874, resurgió en 1881. En 1910-11, surgió la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), con 700.000 afiliados en 1919. La huelga de La Canadiense en 1919 paralizó Barcelona. La jornada de ocho horas no solucionó el conflicto, con la intervención del Ejército y la represión patronal. Durante la dictadura, nació la Federación Anarquista Ibérica en 1927.

Marxismo

El marxismo combinó la acción directa con la política. En 1873, el grupo de Pablo Iglesias se unió a la Asociación General del Arte de Imprimir. En 1879, se fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y, en 1888, la Unión General de Trabajadores (UGT). En 1886, El Socialista rechazó cualquier vínculo con partidos burgueses. La UGT se extendió por Asturias, los ferrocarriles y Vizcaya. En 1923, contaba con 200.000 afiliados. En 1910, Pablo Iglesias obtuvo el primer acta de diputado por el PSOE. La Revolución Rusa provocó la escisión del Partido Comunista de España en 1922. La dictadura de Primo de Rivera llevó a la clandestinidad a la UGT y al PSOE, aunque se produjeron reuniones para solucionar problemas laborales.

Círculos Católicos

Los círculos católicos se organizaron para defender a los trabajadores, promoviendo la colaboración entre empresarios y trabajadores.

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