Transformaciones y Conflictos en la Segunda República: El Bienio Reformista

El Bienio Reformista en España (1931-1933)

Tras la aprobación de la Constitución, las Cortes eligieron como Presidente de la República a Alcalá Zamora, un terrateniente católico y antiguo ministro monárquico del partido Liberal. Manuel Azaña, jefe de Acción Republicana, presidió el gobierno, compuesto por republicanos y socialistas. El nuevo gobierno continuó el programa de reformas:

Reformas Implementadas

  • Reformas laborales: El Ministro de Trabajo, Largo Caballero, impulsó la aprobación de la Ley de Contratos Laborales, que organizaba la negociación colectiva, y la Ley de Jurados Mixtos, que les otorgaba facultades de arbitraje vinculante en caso de desacuerdo. La oposición patronal fue intensa, y la dimisión de Largo se convirtió en un objetivo.
  • Acción educativa y cultural: Se construyeron numerosas escuelas y se aumentó el número y el sueldo de los maestros (plan quinquenal para crear 7.000 plazas de maestros y maestras, más de 20.000 construcciones escolares). El modelo era la escuela pública, obligatoria y gratuita. Se eliminó la religión católica como asignatura. La prohibición de enseñar a las órdenes religiosas provocó la oposición frontal de la derecha y de la Iglesia, que prohibió a los católicos matricular a sus hijos en las escuelas públicas. El porcentaje de analfabetos se situaba en el 45%. Para llevar la cultura al mundo rural, se apoyaron iniciativas como las Misiones Pedagógicas y el Teatro Popular “La Barraca”. También se creó una amplia red de bibliotecas y se apoyó la expansión universitaria (Ciudad Universitaria en Madrid). Muchos intelectuales apoyaron las reformas impulsadas por la República (A. Machado, Miguel Hernández, García Lorca, Picasso, Alberti).
  • Reforma Militar: Iniciada por Azaña, trataba de reducir el número de oficiales y modernizar la preparación y dotación material. Se dio primacía a los estudios para el acceso y los ascensos. El servicio militar se hizo obligatorio. Para lograrlo, se permitió la jubilación con el sueldo íntegro; se cerró la Academia Militar de Zaragoza, dirigida por el general Franco, y se anularon los ascensos del período de la dictadura. Se creó la Guardia de Asalto, policía armada moderna y de fidelidad republicana.
  • Reforma Agraria: Esta importante ley respondía a una aspiración histórica de los 2,2 millones de jornaleros, renteros y aparceros que malvivían en el sur latifundista de España. Se pretendía proporcionarles una parcela expropiando las fincas no cultivadas. La ley contemplaba una indemnización por las tierras expropiadas, pero los terratenientes se opusieron y apoyaron el golpe militar dirigido por el general Sanjurjo en agosto de 1932. El fracaso de este aceleró la aprobación de esta ley y del Estatuto de Cataluña. Su puesta en práctica fue, sin embargo, muy lenta debido a la burocracia del IRA y el boicot de los afectados.
  • Plan de Obras Públicas: Emprendido por el socialista Prieto para modernizar las infraestructuras y dar un impulso a la economía y al empleo, muy afectados por la crisis del 29.
  • Autonomías regionales: En septiembre de 1932 se aprobó el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Las elecciones catalanas dieron la victoria a Esquerra Republicana, y Macià se convirtió en Presidente de la Generalitat. El proyecto vasco se encontró con mayores problemas (varios proyectos), y no se llegó a aprobar hasta 1936. Lo mismo ocurrió en Galicia. Otros proyectos (Aragón, Castilla, Baleares y Andalucía) iniciaron el proceso en 1936.

La Oposición al Gobierno

El gobierno tuvo que hacer frente a una heterogénea oposición procedente tanto desde las derechas propietarias como desde las izquierdas proletarias:

  • Las derechas: Aunque hubo una derecha republicana (Alcalá Zamora, Miguel Maura, etc.) que colaboró lealmente en el nacimiento y desarrollo de la República, otros dos sectores se opusieron a las reformas:
    1. La ultraderecha antidemocrática (alfonsinos, carlistas, fascistas – JONS y FE) apoyó el golpe militar de Sanjurjo y todo tipo de acciones encaminadas a subvertir el régimen.
    2. La derecha «accidentalista», representada por la CEDA, creada en 1933 a partir de diversos grupos de monárquicos, tradicionalistas, católicos conservadores, dirigida por José María Gil Robles, que aceptó la República como un mal menor a la espera de una ocasión para «revisar» la Constitución. Su táctica fue desgastar la coalición gobernante mediante el bloqueo del parlamento.
  • Las clases trabajadoras: Ilusionadas al principio con la República, se fueron desencantando a medida que veían que algunas reformas, como la agraria, no se aplicaban o se ejecutaban lentamente. Esto generó un creciente malestar contra el gobierno que fue aprovechado por la CNT y la FAI, anarquistas, para hacer llamamientos insurreccionales. Aunque estos tuvieron poco éxito, contribuyeron a minar el prestigio del gobierno, sobre todo a raíz de los sucesos de Casas Viejas.

El PSOE, presionado por sus bases, abandonó el gobierno de coalición en el verano de 1933. Tras fracasar algunas tentativas de formar otro gobierno, Alcalá Zamora convocó elecciones en noviembre. La campaña electoral puso de manifiesto la división de la sociedad española. La derecha presentó un programa con tres puntos clave: la revisión de la Constitución en lo referente a los puntos relacionados con la religión; supresión de la reforma agraria y amnistía para los implicados en el golpe de Sanjurjo.

El resultado fue favorable a las candidaturas del centro y la derecha. La derrota de las izquierdas se explica tanto por la abstención de los anarquistas como porque se presentaron en candidaturas separadas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *