La Transición Española: Alternativas Políticas y Consolidación Democrática (1975-1982)
Alternativas Políticas tras la Muerte de Franco
Se denomina «Transición» al proceso de cambio gradual y pacífico desde la dictadura a la democracia que se desarrolló en España entre la muerte de Franco en 1975 y la victoria electoral del PSOE en 1982. Tras el fallecimiento de Franco, existían tres alternativas políticas principales:
- Continuidad del régimen franquista: Con alguna modificación superficial, defendida por el denominado «búnker».
- Ruptura democrática: Defendida por la oposición antifranquista, implicaba disolver las instituciones franquistas y formar un gobierno provisional que convocara elecciones.
- Reforma política: A partir de las leyes e instituciones franquistas, sin ruptura, pasando de la «democracia orgánica» a la «democracia real» desde la legalidad. Esta postura fue la que finalmente se impuso.
La opción intermedia –la reforma o transformación del sistema desde dentro– triunfó gracias al acuerdo o consenso entre los aperturistas y la oposición democrática, que renunció a parte de sus exigencias a cambio de una democracia plena.
El Papel del Rey Juan Carlos I y el Gobierno de Adolfo Suárez
El 22 de noviembre de 1975, Juan Carlos I fue proclamado Rey por las Cortes Españolas según las leyes franquistas, asumiendo la Jefatura del Estado. En su discurso, esbozó una tímida apertura. Inicialmente, el Rey mantuvo como jefe de gobierno a Arias Navarro, aunque incorporando ministros aperturistas. La apuesta por el continuismo de Arias Navarro provocó una gran movilización política y social, reprimida con dureza (sucesos de Vitoria y Montejurra). Ante la incapacidad de Arias Navarro para impulsar la reforma, en julio de 1976, el Rey forzó su dimisión y nombró presidente del gobierno a Adolfo Suárez, un falangista reformista.
Suárez inició la transición legal de la dictadura a la democracia. Su primera medida clave fue proponer la Ley para la Reforma Política, que contemplaba:
- Legalización de los partidos políticos.
- Reconocimiento de los derechos de reunión y asociación.
- Amnistía política.
- Convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes.
Esta ley fue aprobada por las Cortes franquistas y en referéndum.
El camino hacia la democracia se aceleró: disolución de las Cortes franquistas, supresión del TOP (Tribunal de Orden Público), ampliación de la amnistía y supresión del Movimiento. Se legalizaron los partidos políticos (incluyendo el PSOE y el PCE) y se permitió la libre sindicación. Se preparó la convocatoria de elecciones libres. La oposición democrática aceptó el camino de la reforma.
Restablecimiento de la Democracia: Las Elecciones de Junio de 1977
El 15 de junio de 1977 se convocaron elecciones generales y democráticas (las primeras desde febrero de 1936), con una participación cercana al 80%. Unión de Centro Democrático (UCD), partido de centro fundado por Adolfo Suárez, ganó con el 36% de los votos. El PSOE, liderado por Felipe González, fue la segunda fuerza más votada (29%). El respaldo a la derecha (Alianza Popular, de Manuel Fraga) y a la izquierda comunista (PCE, de Santiago Carrillo) fue menor. El nuevo gobierno de Suárez, sin mayoría absoluta, abordó mediante el consenso con otros grupos políticos nuevos objetivos:
- Elaborar una Constitución con representantes de todos los grupos parlamentarios.
- Hacer frente a la crisis económica mediante los Pactos de la Moncloa (octubre de 1977).
- Solicitar la entrada en la CEE (Comunidad Económica Europea).
- Construir el Estado autonómico (preautonomía a Cataluña y el País Vasco).
La Constitución de 1978
La Constitución se elaboró de forma consensuada por todos los partidos con representación parlamentaria. Para fomentar el consenso y la reconciliación, en octubre de 1978 se aprobó la Ley de Amnistía total. La Constitución fue aprobada en referéndum por una amplia mayoría (87,8%) con una participación del 67,1%, excepto en el País Vasco, donde la abstención fue del 55,5%.
Los aspectos más importantes de la Constitución de 1978 son:
- España se define como un Estado social y democrático de derecho.
- Se establece el principio de soberanía nacional y la Monarquía parlamentaria como forma de Estado.
- España es un Estado indisoluble, con derecho a la autonomía de nacionalidades y regiones.
- El Rey tiene funciones representativas y el ejército se supedita al poder civil.
- Se reconocen y garantizan los derechos individuales (vida, pensamiento, religión y culto, expresión, educación, etc.), colectivos (huelga, asociación, manifestación) y sociales (vivienda, trabajo, salud, etc.).
- Se establece la aconfesionalidad del Estado.
- Se fija una estricta separación de poderes: legislativo bicameral (Congreso y Senado), ejecutivo (Gobierno) y judicial (Tribunales). La Jefatura del Estado actúa de árbitro y moderador con poderes formales.
El Estado de las Autonomías
Se establecieron dos vías para acceder a la autonomía:
- Vía rápida (art. 151): Para las nacionalidades históricas (Cataluña, País Vasco y Galicia).
- Vía lenta (art. 143): Para el resto de las regiones.
Andalucía exigió la vía del 151, y el resto de las regiones alcanzaron la autonomía entre 1982 y 1983. Los Estatutos de Autonomía –aprobados por las Cortes y en referéndum– recogen las competencias, organismos, etc. Las primeras elecciones autonómicas se celebraron en el País Vasco (ganador el PNV/Carlos Garaicoetxea), Cataluña (ganadora Convergencia i Unió/Jordi Pujol) y Galicia (Alianza Popular/Manuel Fraga).
El Terrorismo durante la Transición
Desde el referéndum de diciembre de 1976 hasta las primeras elecciones de junio de 1977, la Transición estuvo amenazada por el terrorismo. Sin embargo, la movilización popular y la acción decidida del gobierno (amnistía y legalización del PCE) favorecieron el proceso de transición. El terrorismo de extrema izquierda (ETA, GRAPO y FRAP) buscaba la desestabilización política con acciones contra las fuerzas de seguridad del Estado y personalidades destacadas del franquismo. Paralelamente, grupos de extrema derecha, como Fuerza Nueva o los Guerrilleros de Cristo Rey, buscaban atemorizar a los demócratas y provocar situaciones violentas para estimular un golpe militar que forzase la involución política.
(Opcional) La acción más sangrienta del terrorismo de extrema derecha fue la «matanza de Atocha» en Madrid, en enero de 1977, donde fueron asesinados cinco abogados en un despacho laboralista vinculado al PCE y a CCOO.