Unificación de Italia y Alemania en el Siglo XIX

1. Unificación Italiana

1.1 Introducción

En la actualidad, Italia y Alemania, miembros de la Unión Europea, son dos países con un gran peso político. Sin embargo, hasta el último tercio del siglo XIX, ambos estados no existían como tales. Su fragmentación les restaba importancia en el mundo.

En el caso de Italia, estaba conformada por varios territorios. Algunos dependían de potencias extranjeras, como Milán (Lombardía) y Venecia (El Véneto), que pertenecían al Imperio Austríaco. Los ducados de Módena, Parma y Toscana eran gobernados por príncipes austríacos, y el Reino de las Dos Sicilias estaba bajo el poder de la dinastía borbónica. Solo el Reino de Piamonte-Cerdeña (que lideraría la unificación) y los Estados Pontificios eran soberanos.

1.2 Orígenes de la Unificación Italiana

El proceso se originó en los territorios del norte, especialmente en torno al Reino de Piamonte-Cerdeña, un estado que se industrializó pronto, con una burguesía liberal influyente y un monarca constitucional, Víctor Manuel II.

Durante la primera mitad del siglo XIX, los territorios dependientes de Austria, Lombardía y El Véneto, protagonizaron rebeliones liberales conocidas como Risorgimento, con figuras como Mazzini y Verdi. Buscaban un estado italiano unificado y liberal.

Personajes esenciales en el proceso fueron el primer ministro del Piamonte-Cerdeña (Cavour), Garibaldi y Napoleón III. La unificación tuvo varias fases, la principal entre 1859 y 1870, cuando Roma se convirtió en la capital de Italia.

1.3 Etapas de la Unificación

La década revolucionaria de 1848 también afectó a Italia. Lombardía y El Véneto intentaron independizarse de Austria sin éxito. En los Estados Pontificios, la revolución triunfó y se estableció una república que duró dos años.

En 1859, Piamonte-Cerdeña lideró la unificación y se anexionó Lombardía. En 1860, con la ayuda de Napoleón III, controló Parma, Módena y Toscana. Garibaldi conquistó el Reino de las Dos Sicilias.

Aprovechando la guerra entre Austria y Prusia en 1866, se anexionó El Véneto. En 1870, se incorporaron los Estados Pontificios, completando la unificación. Víctor Manuel II gobernó desde Roma, la nueva capital.

1.3.1 El Nuevo Estado Italiano

El nuevo estado abolió fronteras, unificó la legislación, la moneda y la administración. Sin embargo, pronto enfrentó problemas:

  • Desequilibrio entre un norte rico y un sur pobre.
  • Enfrentamiento con el Papa por la pérdida de los Estados Pontificios.
  • Voto censitario que favorecía a una minoría.
  • Beneficios para la industria del norte y desinterés del resto.

A pesar de esto, Italia se convirtió en una potencia internacional.

2. Unificación Alemana

2.1 Introducción

Prusia, el estado más potente económica y militarmente, lideró la unificación alemana junto con Austria en la Confederación Germánica, compuesta por 39 estados. En 1834, Prusia creó el Zollverein, una unión aduanera que excluyó a Austria.

El protagonista fue Bismarck, primer ministro de Prusia, que usó la diplomacia y la guerra. Junto con Austria, arrebató a Dinamarca los territorios de Schleswig, Holstein y Lauenburg. En 1866, la guerra con Austria determinó la potencia dominante. Prusia creó la Confederación Alemana del Norte, excluyendo a Austria. En 1870, venció a Francia y obtuvo Alsacia y Lorena.

La unificación, de signo conservador y autoritario, fue apoyada por la burguesía liberal y la nobleza terrateniente. El nuevo estado fue una monarquía federal con Guillermo I, rey de Prusia, como emperador.

2.2 Alemania Antes de la Unificación

El Congreso de Viena creó un mapa con 39 estados organizados en la Confederación Germánica. Austria y Prusia rivalizaban por la hegemonía. Los demás estados buscaban mantener su independencia mediante alianzas.

La división era clara, cada estado conservaba sus derechos aduaneros, lo que dificultaba la economía. Prusia, industrializada, necesitaba una Alemania unida para prosperar. La unificación se realizó en torno a Prusia, al igual que la italiana en torno a Piamonte-Cerdeña.

2.3 Etapas de la Unificación

Las revoluciones de 1848 impulsaron el nacionalismo en Alemania. Un parlamento en Frankfurt intentó la unificación, ofreciendo la corona al rey de Prusia, quien la rechazó.

En 1834, se creó el Zollverein, una unión aduanera que incrementó el comercio entre los estados alemanes, excluyendo a Austria. En 1866, la guerra entre Prusia y Austria terminó con la victoria prusiana en Sadowa. Prusia, liderada por Bismarck, dirigió la unificación.

La guerra franco-prusiana de 1870 culminó el proceso. Francia fue vencida y cedió Alsacia y Lorena a Prusia, que proclamó la unidad alemana bajo Guillermo I.

2.4 El Nuevo Estado Alemán

La unificación de 1871 creó una gran potencia política, económica y militar. El nuevo estado se organizó según el modelo prusiano, basado en el conservadurismo y el militarismo. La acción de Guillermo I y Bismarck posicionó a Alemania entre las grandes potencias.

Internamente, se configuró como una confederación donde los antiguos estados conservaron autonomía, pero el emperador dirigía la política internacional y el ejército. La política social de Bismarck evitó conflictos internos, consolidando a Alemania como una gran potencia mundial.

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