Vocabulario de ciudades

8

8.1:


Durante el siglo XIX y el primer tercio del XX el contexto del cambio social de la transición del Antiguo Régimen a la Edad Contemporánea causó transformaciones demográficas. En este periodo se consolidaron las tendencias de distribución espacial de la población que observamos en la actualidad. A lo largo del Siglo XIX y el primer tercio del XX la población española presentó las siguientes carácterísticas: ? La población crecíó de forma considerable, pero más lentamente que en otros países. Aproximadamente, pasó de 11 millones en 1800 a 18 en 1900 y 23 en 1930. El escaso crecimiento en el s. XIX se debíó al hambre, las epidemias y las guerras. Como consecuencia la tasa de mortalidad era alta, especialmente el infantil (29% en 1900, en Europa solo superada por Rusia). ? Movimientos migratorios: los desplazamientos de la población se vieron potenciados por las crisis agrarias de fin de siglo, y la emigración a ultramar, sobre todo desde 1800. Entre 1830 y 1900 abandonaron el país 1,4 millones de españoles, número que se incrementó entre 1900 y 1914, con destino a Argentina, Cuba, Brasil y a la Argelia francesa. ? Las ciudades crecieron con la llegada de población procedente de zonas rurales, que buscaba mejores opurtunidades. Crecíó la porblación de Madrid, Barcelona y, más tarde, el País Vasco y el litoral peninsular. Se expandieron mediante los ensanches. A pesar de ello, hacia 1914 la población española era predominantemente rural.? La distribución espacial de la población muestra una tendencia al crecimiento de las zonas costeras (Cataluña, País Vasco…) y menores en las regiones interiores y agrarias, como las dosCastillas y Extremadura. Por otro lado, en Cataluña la tasa de mortalidad y la de urbanización se acercaban a la media europea. 

8.2: El desarrollo urbano:

Las migraciones internas no fueron de relevancia hasta que a finales del Siglo XIX se acelera el éxodo rural:
El campesinado abandona la miserable vida en el campo y se trasladó a localidades mayores, fundamentalmente en el litoral mediterráneo. Cuando la población comenzó a concentrarse en las ciudades, de la mano del lento proceso de industrialización, se comenzó a desarrollar la urbanización.
La rápida concentración de población en las ciudades llevó a menudo a la escasez de viviendas y el consiguiente hacinamiento de los trabajadores, con unas condiciones de vida muy duras. Se generalizó el fenómeno de los realquilados (personas que tenían una casa alquilada y alquilaban las habitaciones o camas a varias personas, conviviendo más personas de las que cabían). Para resolver este problema se optó por tres estrategias diferentes: ampliando la ciudad con los ensanches (espacios residenciales para la burguésía con buenas condiciones como alcantarillado o espacios verdes), anexionando el extrarradio (las zonas industriales y barrios marginales para el proletariado, muy distintas a la zona de los burgueses, con malas condiciones y hacinamiento, por lo que se extendieron las enfermedades infecciosas y el descontento social) o el nuevo tipo de paisaje urbano de cierto carácter idealista, como la idea de los barrios-jardín que buscaban crear zonas de calles amplias, con viviendas unifamiliares con huerto y jardín, calles que debían tener los servicios básicos (agua, alcantarillado, electricidad, transporte) y viviendas para el proletariado, aunque en realidad se orientaron a la burguésía, ya que eran zonas que el proletariado no se podía permitir pagar.

8.2:


1. Incorporación de España a la Revolución Industrial: Durante el Siglo XIX España experimentó un proceso de aceleración industrial localizado en el sector textil
de Barcelona y el metarúrgico de Bilbao y Oviedo-Gijón. Estas zonas tenían fácil acceso al mar y eran cercanas a los paíeses europeos más avanzados económicamente (Francia y Reino Unido). El resto de España permanecíó sin industrializar. La incorporación a la Rev. Ind. Fue tardía, incompleta y desiquilibrada respecto a países como Reino Unido, Francia o Bélgica debido a: inestabilidad política (G. De la Independencia, y guerras carlistas y coloniales); deficiente red de comunicaciones; dependencia técnica y financiera del exterior; debilidad del mercado interior; escasa competitividad en el mercado internacional de productos nacionales; y la agricultura estancada. A diferencia de otros países europeos, España en el Siglo XIX seguirá siendo un país agrícola por el fracaso del proceso de industrialización, excepto por un leve crecimiento en la zona de Barcelona y el impulso del ferrocarril.
Ese fracaso se produjo por el retraso de la revolución demográfica, que llegó demasiado tarde, por lo que no había mano de obra barata para la industria. Además, la pobreza generalizada y la mala red de transporte no favorecía un comercio estructurado.
Tampoco se dio una revolución agrícola, ya que aunque aumentó la producción por las desamortizaciones, no hubo una revolución tecnológica que necesitara de industrias química y siderúrgica. Por último, la situación política inestable impedía que hubiera una legislación que impulsara la industrialización. Actividad industrial: ? Industria textil del algodón: en 1855 la industria algodonera estaba totalmente mecanizada. La catalana se vio favorecida por la política proteccionista. Al utilizar mano de obra de otras
regiones españolas, se impulsó la modernización de Barcelona. ? Industria siderúrgica: se desarrolló la siderurgia asturiana con fábricas en Mieres y la Felguera. A
finales de siglo Vizcaya se convirtió en el centro de la siderurgia española por la abundancia del hierro y la actividad de la empresa Altos Hornos de Vizcaya.
? Minería: durante el Sexenio Democrático se aprobó una legislación minera para la desamortización del subsuelo español. El Estado fue vendiendo en subasta pública los acimientos mineros.

En el comercio, el mercado interior, hasta mediados de siglo, hacía frente a obstáculos geográficos y trabas legales (gremios, portazgos, pontazgos y peajes), su abolición y mejora en los transportes, facilitó la unificación del mercado nacional. El comercio exterior, a pesar de la pérdida de la América continental, aumentó; pero la balanza comercial fue deficitaria (exportaban materias primas y productos semielaborados e importaban industriales). Frente a la primacía industrial británica, los países europeos trataron de proteger sus nacientes industrias. España practicó una política proteccionista (fabricantes de algodón catalanes, cerealistas castellanos e industriales siderúrgicos vascos). Pero los defensores del librecambismo, querían reducir la intervención del Estado, dejando al mercado libre. España pasó de un alto proteccionismo (Arancel de 1826), a una reducción a mediados de siglo, a una política relativamente librecambista (Arancel Figuerola-1869), volviendo al proteccionismo en la Restauración. España practicó una política proteccionista siguiendo las exigencias de los algodoneros catalanes, los cerealistas castellanos y los industriales de la siderurgia vasca, pero los defensores del librecambismo querían volver a reducir la intervención del Estado y liberalizar el mercado. España pasó de un alto proteccionismo (1826)
que fue moderándose hasta pasar a una política librecambista (1869), volviendo al proteccionismo en la Restauración.

Ferrocarril:


La construcción del ferrocarril en España estuvo regulada por la Ley de Ferrocarriles (1855), quesubvencionó las inversiones, eximíó de aranceles a los materiales importados y permitíó la entrada decapitales extranjeros. La construcción alcanzó su máximo desarrollo entre 1855 y 1864. Las primeras líneas ferroviarias fueron Barcelona-Mataró (1848) y Madrid-Aranjuez (1851). Se creó una red radial en torno a Madrid con un ancho de vía de 1,67m, mayor que el europeo, de 1,44m. Esto dificultó las comunicaciones ferroviarias con Europa. Se realizó con capital público (con la condición de que estas pasaran a ser propiedad estatal tras 99 años y privado sobre todo francés (Crédito Mobiliaro Francés de los hermanos Perreire). Se utilizaron materiales de baja calidad y gran parte de estas eran compradas a empresas extranjeras, no obteniéndose apenas beneficios. El aspecto más relevante del proceso de industrialización español durante el Siglo XIX fue el desarrollo del ferrocarril, cuya primera línea en la península fue la de Barcelona
Mataró (1848). El ferrocarril fue el medio de transporte principal del Siglo XIX por sus ventajas: gran capacidad de carga, velocidad, seguridad, disminución de tiempos y de costes.
Las facilidades del gobierno para que la explotación privada invirtiera en
el ferrocarril consiguieron que creciera muy rápido pero también, al otorgarse las principales concesiones a compañías extranjeras, los materiales se importaban de fuera, así que el ferrocarril no impulsó la industria siderúrgica nacional.

Bancos:


A nivel financiero, la banca experimentó un notable crecimiento desde mediados de siglo con la creación de los bancos de emisión (que emitían billetes) y bancos de crédito
(para la inversión en diversos negocios). Cuando muchos de ellos quebraron, se pasó a una nueva estructura bancaria dando monopolio de emisión de billetes al Banco de España. El sector financiero jugó un papel básico en la industrialización y economía. Con Fernando VII se creó el Banco de S. Fernando (1829) y la Bolsa de Madrid (1831). La Ley de Bancos y Sociedades de Crédito (1856) inició la modernización del sistema bancario; nace el Banco de España (1856) y entidades como el Banco de Santander (1857), Banco de Bilbao (1857) y Banco Hipotecario (1872). Pero hasta los años treinta circulaban monedas distintas obstaculizando el comercio. En 1868 se instauró la peseta como moneda oficial, logrando la unidad monetaria.



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